Disparate ridículo.

Comenzando por una fragmentación política devastadora:

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ABC, 1 junio 2015. Composición y sensibilidades políticas del Parlamento griego.

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El Periódico, 25 de junio 2015. Intenciones de voto al Parlamento catalán, en curso de imprevisible evolución ¿y fragmentación?

Muy groseramente, en Grecia, siete u ocho partidos estatales, entre los que destaca una coalición gubernamental de diez o doce partidos, Syriza, de muy diversa sensibilidad izquierdista, se disputan de mala manera el voto de 10,7 millones de griegos (2014). En Cataluña, siete u otro partidos, entre los que destacan los restos de una coalición difunta (CiU) y varias coaliciones en curso de formación (Lista del Presidente, Cataluña en Común) e imprevisible futuro, se disputan el voto de 7,5 millones de catalanes (2014).

Temo que una fragmentación política tan variopinta solo permita anunciar una muy difícil, compleja y volátil gestión de la vida pública, hipotecada.

Si se prolongase, el “corralito” griego agravaría de manera muy dolorosa la pobreza e incertidumbre del pueblo griego. En verdad, ningún gobierno ni pueblo han salido indemnes de ningún “corralito”.

El Conseller d’Economia i Coneixement catalán resume de este modo las hipotecas económicas que pesan sobre Cataluña: “Andreu Mas-Colell, ha assegurat que “en sentit pràctic i pragmàtic”, Catalunya “ja està intervinguda” pel govern central.”

Atenas y Barcelona no están solas: Grecia y España tienen cosas muy graves y profundas en común.

“Esa amenazada comunidad de seres humanos unidos en la incertidumbre, condenados a cohabitar en la rama de un árbol que tiene enfermas sus raíces, quizá podridas, recuerda con ferocidad las pulsiones cainitas que se cernían sobre el Estado español a principios del siglo XXI…”.