Francia y España / Cataluña viven su diversidad con ataques de angustia social.

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Afirmar que Francia es un “país de raza blanca” ha precipitado una crisis esperpéntica en la superficie, revelando una cierta incapacidad francesa a reconocer sus nuevos rostros multiculturales:

–“Yo soy Charlie”, espejo de una “guerra civil” francesa.
–Nadine Morano, con ella llegó el escándalo de la raza.

En España, Franco, caudillo de opereta tropical, celebraba el “día de la raza”, a mayor gloria de la “raza” blanca, castellana, católica, etcétera.

En Cataluña, Antoni Rovira i Virgili fue el primero (¿?) en recurrir al “hecho biológico catalán” para definir los “rasgos diferenciales” de la identidad catalana, por las mismas fechas que ese concepto triunfaba en Europa con aspiraciones “imperiales”: Cataluña y el “hecho biológico catalán”, Cataluña y el “hecho biológico catalán” (2), Junqueras y las ideas racistas de la derechona catalufa.

Setenta / ochenta años más tarde, Josep Fontana no habla de “hecho biológico catalán”, pero afirma: “Nuestra formación como pueblo remonta al siglo XIII”, (La formació d’una identitat: Una història de Catalunya, 2015). Esa concepción “cultural” de la identidad de un pueblo (¡defendida por un historiador marxista!) se obstina en ignorar a los otros catalanes, de Boscán a Ana María Matute. Del mismo modo que Franco y sus tropas esperaban imponer en Cataluña la lengua del “imperio”.

Las elecciones del 27-F han confirmado de manera espectacular la condición invertebrada de Cataluña, España / Cataluña invertebradas.

Condición invertebrada que Josep Fontana reconoce, en escorzo, cuando resume el 27-S de este modo: “Una primera ullada al panorama que es comença a veure un cop acabades les eleccions sembla indicar que el resultat ha estat un autèntic desastre”… Panorama després de la batalla. ¡Los proletas del área metropolitana de Barcelona no han votado indepe! ¡El “pueblo catalán” tiene rostros antagónicos! Ya lo decía Brecht: «¿No sería más simple para el gobierno disolver el pueblo y elegir otro?».

Unos y otros se obstinan en ignorar una palmaria diversidad demográfica, social, cultural, prometiéndose “arreglar” la crisis en curso a garrotazos. Recurso histórico y castizo, cómo olvidarlo: El Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas.