Arenys, 6 diciembre 2014. Foto JPQ.

Josep Pla y el duelo a garrotazos, en España y Cataluña.

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Demografía y aritmética electoral desmienten de manera radical el mesianismo ideológico.

Según el servicio oficial de estadísticas de la Generalitat, Cataluña tenía el 1 enero 2015, 7.504.008 habitantes.

El censo oficial de las elecciones del 27 septiembre ascendía a 5.315.180 electores.

Estos fueron los resultados oficiales y definitivos de esas elecciones:

Total votantes, 4.130.196 – 74,95 % censo
Abstención, 1.380.657 – 25,05 % censo.

JxSí, 1.628.714 votos – 39,59 % censo.
C’s, 736.364 votos – 17,90 % censo.
PSC, 523.283 votos – 12,72 % censo.
CatSíqeesPot, 367.613 votos – 8,94 % censo.
PP, 349.193 votos – 8,49 % censo.
CUP, 337.794 votos – 8,21 % censo.
uno.cat, 103.293 votos – 2,51 % censo.

Juntos, JxSí + CUP consiguieron este resultado: 1.966.508 – 47,80 % votantes – 36,99 % censo – 26,20 % población.

Representando al 26,20 % de la población catalana, el 36,99 % del censo electoral y el 47,80 de los votos emitidos, los partidos mayoritarios en el Parlamento catalán se creen autorizados a proclamar una Resolución que se propone “romper” con el España y el Estado español, iniciando una “desconexión” política e institucional, “en 18 meses”.

En términos políticos, se trata de un mesianismo demagógico irresponsable y disparatado, que corre el riesgo de agravar la fragmentación social, tras una década de empobrecimiento y endeudamiento gubernamental.

En términos culturales, la utilización de expresiones como “poble català”, con esos fines políticos, es un abuso mesiánico de la lengua, corrompiendo los fundamentos del tejido social, corrompiendo l’aigua virginal de la lengua y el agua de la fuente de Sant Patllari de Camprodon (Joan Maragall, Les Muntanyes).

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