Hollande, eliminado por Marine Le Pen.
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Inquietud agravada tras los resultados de la primera vuelta de las elecciones regionales… Seísmo político en Francia.
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Conservadores y socialistas, Nicolas Sarkozy y François Hollande, temen que la primera vuelta de las elecciones regionales, el domingo, “solo” sea el anuncio espectacular del posible resultado de la primera vuelta de la próxima elección presidencial, instalando a Marine Le Pen en el podio del primero o el segundo puesto entre los candidatos a la jefatura del Estado.
Desde hace más de un año, todos los sondeos cotizan a la presidenta del Frente Nacional (FN, extrema derecha) a la cabeza de todas las intenciones de voto en la primera vuelta de las próximas presidenciales, dentro de dieciocho meses, Solo Sarkozy y Alain Juppé le disputan ese liderazgo en los sondeos, que siempre relegan a Hollande a un humillante tercer puesto… Présidentielle 2017 : Marine Le Pen en tête au premier tour dans tous les cas de figure.
Los resultados oficiales de la primera vuelta de las elecciones regionales han confirmado tales previsiones de manera espectacular.
La extrema derecha ya fue el partido más votado en las elecciones europeas de 2014, cuando el partido de Marine Le Pen consiguió el 24,86 % de los votos, seguido de los partidos de Nicolas Sarkozy y François Hollande, que solo consiguieron el 20,81 y el 13,98 %, respectivamente.
Dieciocho meses más tarde, el FN vuelve a ser el partido más votado en toda Francia, con el 27,96 % de los votos de la primera vuelta, consiguiendo ser el partido más votado en seis de las trece regiones de Francia.
A dieciocho meses de la próxima elección presidencial, los resultados de la primera vuelta de las regionales son percibidos por Sarkozy y Hollande como una advertencia espectacular: Marine Le Pen puede eliminar a cualquiera de ellos ante una segunda vuelta presidencial.
A la derecha, Nicolas Sarkozy sufre una palmaria humillación. Su partido, Los Republicanos (LR), solo es el primer partido más votado en cuatro de las trece regiones de Francia. Un resultado honorable, pero insuficiente para proclamarse primer partido de Francia.
A la izquierda, François Hollande y su primer ministro, Manuel Valls, han sufrido una humillación trágica. El PS solo está en primera posición en tres de las trece regiones de Francia. Ante la segunda vuelta, conservar esas regiones ya será un resultado “esperanzador”, instalando al PS en una posición de partido minoritario.
BALCANIZACIÓN DE IZQUIERDAS Y DERECHAS
El nuevo paisaje político francés es víctima de una doble balcanización, desastrosa para las izquierdas y derechas tradicionales.
A la derecha, la ascensión irresistible del FN es una amenaza creciente para la derecha tradicional, que encarna el partido de Nicolas Sarkozy, Los Republicanos (LR). Impensable una alianza estratégica entre LR y el FN, la derecha tradicional está cogida en una “pinza” inquietante.
A la izquierda, el PS sufre de la crisis global de las izquierdas.
El PS, partido gubernamental, sufre un voto de castigo muy severo, cuando sus aliados históricos, PCF, ecologistas y extremas izquierdas, sufren un proceso de descomposición aguda. Los comunistas se han convertido en una “familia” política grupuscular, sin verdadera implantación nacional. Los ecologistas se han dividido en varias capillas cainitas. Hay tres o cuatro micro partidos de extrema izquierda, divididos entre ellos.
ANGUSTIA SOCIAL DE JÓVENES, PARADOS Y VÍCTIMAS DE LA CRISIS
Ese “puzzle” de fuerzas políticas divididas, enfrentadas y antagónicas dejan al descubierto un paisaje político cuarteado por muy diversas fracturas sociales, políticas y culturales.
En el terreno estrictamente regional, asistimos a un cambio profundo de la geografía política francesa. Hasta el sábado, el PS controlaba todas las regiones de Francia. A partir de la semana que viene, tras el voto de la segunda vuelta, el domingo próximo, la geografía política regional será un puzzle con mayoría conservadora o ultraconservadora. Conservadurismos enfrentados entre ellos. Marine Le Pen estima que Sarkozy es su peor enemigo. Sarkozy se considera así mismo como el “único” líder capaz de evitar que Marine Le Pen termine siendo elegida presidenta de la República.
Esos cambios políticos de inmenso calado “solo” son el reflejo de cambios sociales y culturales de insondable profundidad, que Nicolas Lebourg, historiador especialista de la extrema derecha, investigador en el Observatorio de los radicalismos políticos de la Fundación Jean-Jaurés (think thank socialista), resume de este modo: “El PS ha dejado de representar a las clases populares, la derecha de Sarkozy tiene una línea política incomprensible. El FN de Marine Le Pen tiene una línea clara en terrenos capitales como la identidad nacional, la inmigración y la seguridad. Se trata de temas muy populares, que responden a la angustia profunda de los franceses más afectados por la crisis, parados, jóvenes, clases medias amenazadas”.
El FN ya era el primer partido obrero de Francia, desde hace una década. En la primera vuelta de las elecciones regionales, un 35 o 40 % de los obreros han votado a la extrema derecha.
Conquistado el voto obrero, el FN comienza a ganar terreno entre la juventud francesa. Según un sondeo del diario “20 Minutes”, un 34 % de los jóvenes de 18 a 30 años votaron a la extrema derecha el domingo. Se trata de un cambio cultural y sociológico de imprevisible calado.
El FN consiguió el domingo sus mejores resultados en un antiguo bastión de la izquierda socialista y comunista, la región Nord-pas-de-Calais / Picardie, y en la región más cosmopolita, Provenza – Alpes – Costa Azul (PACA). Se trata de dos inmensos votos de castigo emblemáticos, contra la derecha (en la Costa Azul) y contra las izquierdas (en el Norte).
Los resultados de la segunda y definitiva vuelta, el domingo que viene, pueden “equilibrar” modestamente los resultados de la primera vuelta. Solo se tratará del maquillaje gris ceniza del rostro cuarteado de una Francia víctima de un ataque de la más negra angustia social.
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