Trocadero, 23 junio 2012. Foto JPQ.
La banlieue / los suburbios, pudrideros del tejido social de Francia.
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El Frente Nacional (FN, extrema derecha) y el yihadismo terrorista francés han crecido en una misma geografía suburbana: 780 guetos que se han convertido en un pudridero social cuyos tentáculos se extienden por regiones enteras.
Treinta días después de los atentados que se cobraron 130 muertos y más de 350 heridos, en el corazón de París y Saint-Denis (la histórica ciudad en cuya basílica se encuentran enterrados muchos reyes de Francia), los sociólogos y demógrafos subrayan que la extrema derecha comenzó a crecer en los mismos guetos donde se educaron muchos jóvenes franceses musulmanes tentados por el terrorismo, cuando los militares dudan del objetivo estratégico de “destruir” a Daesh, incluso si se intensifican los bombardeos, mientras quedan al descubierto los trágicos fallos de la lucha contra el terrorismo en el “frente” de los suburbios, uno de los primeros semilleros del FN de Marine Le Pen.
Hervé Le Bras, demógrafo, autor de un ensayo de referencia sobre la ascensión del FN, comenta: “Muchos jóvenes y muchos obreros votan a la extrema derecha porque el ascensor social está bloqueado”. Tras los atentados terroristas de primeros de año, Manuel Valls, primer ministro, calificó de “apartheid” a la gran mayoría de las 780 zonas urbanas sensibles (ZUS, donde viven entre 4 y 5 millones de franceses pobres). Meses más tarde, Christophe Guilluy, demógrafo, comenta: “La “banlieue”, los suburbios, calificados piadosamente de ZUS, se han convertido en pudrideros sociales, esclusas; nada de guetos, esclusas por donde se dispersa el fango de la crisis social y cultural de fondo…”.
El corazón de los nuevos electorados del FN comenzó a crecer en los suburbios de París (donde la extrema derecha tiene más votos que el PCF y las extremas izquierdas, juntas) y algunas grandes ciudades, como Lille y Amiens (feudos electorales de Marine Le Pen), Marsella (feudo electoral de Marion Marechal Le Pen), Estrasburgo (feudo electoral de Florian Philippot, vicepresidente del FN, cabeza de lista de la extrema derecha de la región Alsacia-Lorena-Champaña-Ardenas), en cuya periferia nacieron varios de los yihadistas autores de las matanzas del 13N.
La implantación del FN va mucho más allá de los guetos y las ZUS donde ha proliferado el terrorismo yihadista francés, el más importante entre las bandas de criminales asociadas a Daesh. Pero hay un semillero social y cultural común entre nuevos electores del FN y nuevos terroristas islamistas franceses.
El 30 % de los jóvenes y el 40 % de los obreros que votaron al partido de Marine Le Pen, en la primera vuelta, estiman que la Francia de hoy “no tiene nada que ver” con la Francia donde crecieron ellos y sus familias. Pascal Perrineau, profesor de ciencias políticas e historiador emérito del FN, comenta de este modo la evolución psicológica del nuevo electorado de la extrema derecha: “Para muchos franceses modestos, víctimas de la crisis, el incremento del paro, la apertura de fronteras, la inmigración y el islam están destruyendo la Francia donde ellos crecieron y crecieron sus familias. El FN es, para ellos, una suerte de refugio contra la destrucción de una Francia que está perdiendo su identidad”.
Gilles Kepel, gran especialista en el terrorismo islámico suburbano, en Francia, percibe una evolución “paralela” de los jóvenes franceses, de origen magrebí y religión musulmana: “Si la escuela pública no ofrece enseñanzas prácticas para salir de la crisis, los valores que intenta transmitir no sirven para gran cosa. Hijos de familias destruidas, mal escolarizados, los jóvenes franceses de origen magrebí son administrativamente franceses, pero no se sienten nada franceses. En ese desierto de valores se han educado, al mismo tiempo, los electores del FN y los franceses tentados por el salafismo y el yijadismo”.
Tres semanas después de los atentados de primeros de noviembre, la primera vuelta de las elecciones regionales, el domingo pasado, hizo coincidir el subidón electoral del FN y las revelaciones sobre el origen suburbano francés, de varios de los asesinos, terroristas y kamikazes protagonistas del 13N.
DUDAS MILITARES SOBRE LA ESTRATEGIA MILITAR DE HOLLANDE
Con la segunda y decisiva vuelta, este domingo día 13, el FN se confirmará como primera o segunda gran fuerza política nacional, creciendo de manera espectacular en el desierto la crisis social atizada por las esclusas y pudrideros de los suburbios. Ese crecimiento electoral coincide con las profundas dudas militares sobre la eficacia real de los bombardeos en el primer frente de lucha internacional contra Daesh.
Hace días, François Hollande y su ministro de la Defensa, Jean-Yves Le Drian, anunciaron con voz muy engolada que el “objetivo” de la intervención militar francesa y aliada contra el yihadismo terrorismo, en Siria e Irak, era y es la “destrucción global de Daesh”. Apenas dos semanas más tarde, Le Monde comenta con cierto laconismo cruel: “En verdad, Francia es un pequeño actor en el conflicto”. Solo ha participado en un modesto 5 % de los bombardeos aliados.
Hace días, el mismo Le Monde subrayaba que, en verdad, el arma aérea francesa “está falta” de municiones para continuar los bombardeos al ritmo, modesto, “exigido” por el jefe del Estado, forzado a pedir socorro de urgencia a la gran industria del armamento estadounidense, cuando los Rafale y Mirage franceses estarían “ciegos” sin los “ojos” del espionaje militar facilitado por el presidente Obama.
La “alianza” militar con Rusia es algo muy limitado, formando parte Francia de otra alianza, liderada por los EE. UU. y Arabia Saudita. Ante el calendario político del presidente Hollande, el Estado mayor de los ejército aconseja, según Le Monde, “paciencia y perseverancia”.
Empantanado el frente internacional de la guerra contra el yihadismo terrorista, la segunda vuelta de las elecciones regionales confirma la pudrición política del frente nacional de la misma guerra, en unos suburbios convertidos en pudridero social, semillero de la extrema derecha.
Geografía de la galaxia yihadista parisina… Antony, 2.
La banlieue / los suburbios, pudrideros del tejido social de Francia.
Sarcelles, un “laboratorio” étnico y cultural, 8.
El «flâneur», el cazador furtivo, el «Waldgänger» y la fotografía de Quiñonero.
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