El ara presenta el duelo en estos términos:
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“La històrica legislatura que ara comença girarà, efectivament, al voltant de la legitimitat democràtica d’iniciar un procés d’independència des de la legalitat catalana i posarà a prova la capacitat del president, el Govern, el Parlament i la ciutadania de mantenir la cohesió social” [ .. ] “L’oposició recorda al president que la ruptura no és un camí viable”.
Joan Tapia recuerda los términos políticos, institucionales y aritméticos del duelo deseado y asumido con ocurrente alegría pueblerina: “Una mayoría parlamentaria, como la que con la ayuda de la CUP tiene ahora Junts pel Sí, tiene derecho a gobernar pero no a romper el Estado de derecho y a poner rumbo a la independencia en 18 meses. Y no lo tiene porque el 52% en unas elecciones convocadas como plebiscitarias (y aún más en las legislativas del 20-D) votó a partidos no independentistas…” “Querer la independencia exprés contra la opinión del 52% de los catalanes no parece una vía muy aconsejable.”
La mera evocación de palabras como “diálogo”, “intento de comprensión” e ilusiones líricas de ese tipo parece cosa de locos de atar, cómo dudarlo. Parece mucho más atractiva la vía castiza del Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas. Así se satisfacen las pulsiones cainitas de todas las partes.
Carles Puigdemont ha sido elegido presidente de la Generalitat para embarcarse en esa aventura.
Modelo nacionalista catalán del Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas.
La soberanía de Cataluña, víctima de los partidos nacionalistas catalanes, 3.
Modelo socialista del Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas.
Modelo conservador del Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas.
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