Gran Via de les Corts Catalanes, 27 enero 2016. Foto JPQ.

Dos horas cortas de zapeo durante dos noches de hotel me recuerdan la influencia devastadora de la nadería audiovisual, con pretensiones “informativas”.

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Tras el duelo a garrotazos, la opinión pública debe soportar a toda hora la propagación de basuras tóxicas audiovisuales, calificadas de “comentarios” y “opiniones”, repitiendo ad infinitum naderías en forma de exégesis de la nada, maquillada con basura ideológica. “La adoración de la nada es el Infierno”, decía Thomas Merton.

Proceso infernal -la vida cívica, hipotecada al duelo a garrotazos ideológico; el duelo a garrotazos, convertido en nadería audiovisual propicia a la incomunicación de los seres humanos-, proceso infernal que, en verdad, no escapa a nadie, pero nadie denuncia en su origen último:

ABC, «Aún no quieren entender que tratan con un tipo dispuesto a comerse la zanahoria y romperles el palo en la espalda.»

ara, «El perill que afronta ara mateix l’estat espanyol és el de veure’s incapaç d’engegar una autèntica segona Transició. És el perill de la impotència, de la frustració. I no estem parlant de la dificultat immediata de triar president i formar govern. El problema és més de fons.»

El País, «Es decir, la peor de todas las soluciones posibles: Gobierno interino de Rajoy y nuevas elecciones, sin garantía de resultados sustancialmente distintos. Y sin que ni siquiera esté claro cómo podrían convocarse antes de que alguien haya aceptado someterse a una primera votación de investidura, como exige la Constitución.»

La Vanguardia, «Una conjunción de esas características no la resistían ni el Capitán Trueno, ni El Jabato.»

El Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas… versión enero 2016.