Rue Monceau, 20 julio 2011. Foto JPQ.
Tantos años después, advierto que fue Baltasar quien me dio la idea original de un libro que no escribiría hasta mucho más tarde.
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Quiñonero contra Caín
Baltasar Porcel
El Museo del Prado exhibe una de las más aterradoras obras de Francisco de Goya: dos hombres, medio enterrados a escasa distancia, se apalean mutuamente. Es la barbarie inútil y sañuda. ¿Es una alegoría de España? De cierta España, si, y estos días lo comprobamos de nuevo.
Pero quien desee evaluar más el asunto o drama debe leer un libro recién publicado, en cuya portada aparece también un Goya: dos hombres luchan a espada. Comparados con los otros, se trata de una sofisticación… Pero el libro es duro, relampagueante, un auténtico itinerario cainita. Se titula De la inexistencia de España (Ed. Tecnos), y su autor es Juan Pedro Quiñonero, periodista y escritor afincado en París, que observa la historia, la política, la economía y, por encima de todo, la literatura, con una singular lucidez y conocimiento marginales y animosos.
He ahí la tesis del libro: “El Estado que usurpó durante siglos el nombre de España sembró sus tierras de numerosas razones políticas, militares y económicas, pero nunca ofreció una casa común donde se reconocieran libremente todas las lenguas, las culturas y las religiones españolas. La picaresca, con la que culminó la irrupción endemoniada de la lengua, la ética y la estética del Hampa y la Germanía, inició un proceso de desertización moral y espiritual quizá más devastador que la desertización geográfica que comenzó por las mismas fechas”. Concretando, Quiñonero cree que más allá del Arciprestre de Hita, de Alfonso el Sabio, llega el desastre y culmina en el siglo de oro con tipejos como Quevedo, que “no insulta a sus adversarios: él ensucia y destruye las líneas de su figura, para mejor asfixiar a la persona con sus heces, destruyendo su existencia moral”. Al que podríamos contra poner Don Quijote, quien “topa muy pronto con la realidad y la identidad desalmada de sus con temporáneos”, y al cual dice otro personaje cervantino: “Todo el cuerpo de nuestra nación está contaminado y podrido”. Y de ahí hasta hoy…
De la inexistencia de España es un prodigio de sugerencias, un cúmulo de incitaciones, plagado de barrocas volutas apocalípticas y de breves análisis afiladísimos. Y en él, la cultura gallega y, sobretodo, la catalana —con citas, meditaciones, ganas— figuran en un plan de igualdad con la castellana. No conozco ningún otro libro actual así escrito “desde España” [ .. ] Y desde esta posición señala futuros regeneracionistas posibles [ .. ] Pero pasa esto: como conjunto invocamos a Caín… Baltasar Porcel, Quiñonero contra Caín, La Vanguardia, 14 septiembre 1998.
Laura says
El que sabe, sabe.
JP Quiñonero says
Más o menos, Laura, más o menos…
Q.-