Boulevard Voltaire, 11 enero 2015. Manuel Valls, en jefe de guerra; retrato improvisado
Manuel Valls (Barcelona, 1962) se convirtió en el político más popular de Francia, durante los últimos cincuenta años, denunciando el “arcaísmo” de las izquierdas, pidiendo que su partido, el PS, abandonase la palabra “socialismo”, por considerarla “anticuada”.
[ .. ]
Dos años de gobierno, como primer ministro de François Hollande, lo han hundido en un abismo no menos histórico de impopularidad nacional. Tras esa tragedia íntima, el laberinto cainita de las izquierdas francesas, alejadas de los obreros, divididas en incontables capillas antagónicas, muy minoritarias política, social y culturalmente, en un Francia cuyas crisis de fondo han sido agravadas por el inmovilismo gesticulante de la pareja Hollande – Valls.
El mes de octubre de 2012, a los seis meses cortos de la elección de Hollande como presidente de la República, un 75 % de los franceses tenían buena opinión de Manuel Valls, estrella ascendente del “social liberalismo” nacional. Era necesario remontarse a Charles de Gaulle y Gorges Pompidou, en las fuentes bautismales de la V República, entre 1958, 1962 y 1969, para encontrar personalidades con una estima popular tan profunda, que nunca tuvieron Mitterrand, Giscard, Chirac ni Sarkozy.
Primer ministro del Interior del primer gobierno Hollande, entre el mes de mayo de 2012 y el mes de abril de 2014, Valls perdió popularidad, pero continuó siendo el político más popular de Francia. Nombrado primer ministro, la primavera del 2014, continuó contando con una cota de popularidad excepcional, con el 48 / 49 % de opiniones positivas.
Tras asumir con mucho riesgo político personal los sucesivos zigzag de Hollande, la cota de Valls comenzó a hundirse, para caer en el pozo negro de una impopularidad récord este fin de semana, cuando apenas un 18 % de franceses dicen tener una opinión positiva de un primer ministro caído de hinojos de la tierra baldía de los primeros ministros más impopulares del régimen.
Valls se convirtió en el personaje político más popular de Francia tras la publicación, el 2008, de un libro de entrevistas titulado Pour en finir avec le vieux socialisme… et être enfin de gauche” (Cómo acabar con el viejo socialismo… para ser de izquierdas, al fin). Aquel libro, escrito en colaboración con un colega del Obs (semanario socialdemócrata), provocó una tormenta intelectual entre las izquierdas francesas y lanzó definitivamente la carrera de Valls.
Las tesis de Valls, el 2008, son bien conocidas: “Hay que acabar con el arcaísmo de izquierdas”. “El PS debe cambiar de nombre, ya que la palabra “socialismo” ha dejado de tener mucho sentido: fue una gran utopia contra el capitalismo del siglo XIX; utopía difunta”. Durante dos o tres años, Valls continuó atizando una “tormenta de ideas” que causó estragos, con declaraciones de este tipo: “El Partido Socialista corre peligro de muerte, encerrado en una arcaica visión del mundo. Hace tiempo que propuse cambiar el nombre del Partido Socialista… ya que ese nombre no responde a la realidad de nuestro tiempo. Tras dos elecciones presidenciales fallidas, el PS está en una encrucijada: debe cambiar de nombre, renovarse o morir. Yo soy candidato a la candidatura socialista a la presidencia de la República, para comenzar cambiando el socialismo francés, víctima de sus arcaísmos, hoy”.
Entre el 2008 y el 2012, Valls intentó reformar el PS, romper con el “arcaísmo” de las izquierdas francesas. Aquella batalla le dio una inmensa popularidad, bien enraizada en el corazón sociológico de Francia: clases medias inquietas por la crisis, obreros bien clasificados laboral y culturalmente, sumándose a los electorados tradicionales del centro izquierda y el centro derecha. Si Valls hubiese roto por aquellos años con el PS, y hubiese fundado su propio partido, social – reformista, quizá continuaría muy alto en los sondeos, como personalidad “bisagra” entre las izquierdas y las derechas.
Valls prefirió seguir a Hollande en su aventura personal, seducido por el poder. Las izquierdas socialistas, comunistas, ecologistas y más allá, no le han perdonado nunca su posición “social liberal”, “social reformista”. Las derechas, centristas, tradicionales o muy conservadoras, no le han perdonado su fidelidad a Hollande, arrastrando a su jefe de gobierno hasta el infierno de la impopularidad absoluta.
Valls soñó y sigue soñando con suceder a Hollande en la jefatura del Estado. A once meses de la próxima elección presidencial, la pareja Hollande – Valls tiene menos intenciones de voto que Marine Le Pen, la candidata del Frente Nacional (FN, extrema derecha). Valls no pierde la esperanza: y espera poder liderar, antes o después de la próxima elección presidencial, a los socialistas e izquierdas “reformistas”, “social liberales”.
En 2008, la reforma del PS y el socialismo francés parecía “posible”. Y Valls la consideraba “deseable”. La presidencia Hollande ha abierto nuevas grietas y enfrentamientos cainitas entre los socialismos e izquierdas franceses. La inmensa crisis nacional, abierta por la reforma laboral desguazada, propuesta por la pareja Hollande / Valls, ha reabierto viejas heridas y tumores cancerosos. Valls espera “capitalizar” su posible “victoria” (¿?) contra la CGT y los sindicatos que piden su linchamiento público cada día.
Valls “hijo predilecto de Franco”, cabeza de turco de Hollande.
Manuel Valls, en jefe de guerra; retrato improvisado.
Valls: “La izquierda puede morir”.
Le Monde intenta evitar el linchamiento político de Manuel Valls.
Valls, Hidalgo, Dati, Vallaud-Belkacem… la nueva Francia mestiza.
maty says
El problema de la sociedad francesa/española/europa es que todavía no quiere aceptar/asumir que el futuro económico es negro para la mayoría de la población. Se crezca o no, el nivel de vida de la mayoría continuará bajando.
Una vez alcanzado un nivel de endeudamiento gigantesco no hay manera de maquillar la cruda realidad: recortes, aumento generalizado del desempleo y bajada de salarios y prestaciones.
Semanas atrás Adidas inauguraba una fábrica en Alemania para fabrizar zapatillas con la singularidad de que estaba totalmente robotizada, la primera en el mundo de ese tipo.
Si a lo anterior añadimos que el año 2017 pinta muy mal a nivel mundial en todos los mercados y con el petróleo subiendo una vez cerrados los pozos menos rentables…
maty says
-> http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/proyecciones
JP Quiñonero says
Maty,
Sospecho que comparto tu optimismo: el «bienestar» presente se está pagando con deuda; y esa deuda será una herencia a pagar por nuestros hijos y nietos, que tendrán menos poder adquisitivo, peores pensiones y «bienestar» igualmente hipotecado, ay…
Q.-
PS. Si… Santiago Niño Becerra es un hombre que dice cosas de una sensatez tan abrumadora que nadie lo escucha. Se agradece el link, claro.
maty says
Adidas prescinde de la mano de obra en su última fábrica de zapatillas
-> http://www.eleconomista.es/tecnologia/noticias/7209755/12/15/Adidas-prescinde-de-la-mano-de-obra-en-su-ultima-fabrica-de-zapatillas-en-Alemania.html
Lo que hace diferente a estanoticia es que indica que la robotización integral se va a generalizar también en la producción de productos de bajo valor añadido, que es la producción manufacturera más extendida en España => incremento del desempleo industrial.
Como el mercado mundial no va a crecer mucho más por décadas (lo que aporte África no será tan importante), la tarta del mercado que consiga la empresa robotizada de Adidas se la quitará a otras empresas menos productivas/rentables.
Por supuesto, los robots más especializados no se fabricarán en España…
JP Quiñonero says
Maty,
Bueno… esa es una tendencia universal, cómo dudarlo.
Hay otras… Por ejemplo, la no menos generalizada incluso en el terreno de la comisa basura: «Hamburguesas, auténticas, caseras…»
Q.-
maty says
Para terminar, esta anotación de hoy mismo y con gráficos:
-> http://blog.funcas.es/crece-la-pobreza-pese-a-la-recuperacion-economica/
«Según estimaciones publicadas por Eurostat hace unos días, más de 13 millones y medio de personas están en riesgo de pobreza y exclusión social en España, 3 millones más que antes del inicio de la crisis. Estos datos se refieren a personas que disponen de una renta inferior a unos 668 euros al mes, es decir por debajo del 60 por ciento de la renta media. Se trata pues de pobreza relativa, que refleja la distribución de la renta nacional.
El riesgo de pobreza también ha crecido en la mayoría de los países europeos. Pero, si exceptuamos a Grecia, el empeoramiento no ha sido tan significativo como en España. Hoy por hoy, la tasa de pobreza se sitúa 6 puntos por encima de la media europea…»
JP Quiñonero says
Maty,
–Españoles más pobres en una España empantanada.
–Españoles más pobres que ayer, pero menos que mañana, 6.
Q.-