Vista del jardín de la Villa Medici en Roma. Hacia 1630. Óleo sobre lienzo, 48,5 x 43 cm.
Entre las influencias españolas en Francis Bacon, quizá la más secreta sea la del Velázquez de la Vista del jardín de la Villa Medici en Roma.
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Fotografía casa residencia de Peter Lacy, Barbados, c. 1950s.
Portrait of Francis Bacon’s violent lover to be auctioned at Sotheby’s.
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House in Barbados, ca. 1950 / 52. FB.
Durante su tumultuosa aventura sentimental / carnal con Peter Lacy, Bacon realizó ¿por encargo? una obra rarísima y poco o nada estudiada en su relación capital con la obra de Velázquez, House in Barbados, estimada en un millón de libras el mes de junio de 2012, que puede verse en la Bacon Foundation de Mónaco, muy presente en la gran exposición FRANCIS BACON, MONACO ET LA CULTURE FRANÇAISE.
La serie que reproduzco, Villa Medici, residencia de Peter Lacy y House in Barbados subraya de manera excepcional, el dialogo íntimo de Bacon con Velázquez.
Bacon, en Mónaco… de Cimabue a Zurbarán.
Bacon, en Mónaco… en el principio fue Velázquez.
Bacon, en Mónaco… tras las huellas de Velázquez y Picasso.
Picasso – Bacon : un Infierno con Resurrección.
Volverás a Picasso, a Bacon, pero…
Lucien Freud: cuerpos desnudos, almas en pena.
Arte.
Excelente tu recuerdo de Francis Bacon, artista singular, vividor y dipsómano, genio también que, durante sus primeros cincuenta años, pareció llevar en el bolsillo el retrato de Dorian Gray (una curiosa foto con Burroughs, algo más joven, le hace parecer hijo del escritor); luego, a la par que se consagraba, vinieron historias negras, pozos peligrosos en que se alojaba, depresiones, la hinchazón física producto del alcoholismo, apenas ya paliada por la costumbre narcisista de este genio de la pintura. El final, en Madrid, durante su última visita (creo que fueron varias, incluso muchas). Bacon empezó a reinar en vida e impera después de muerto, tanto como para ensombrecer a su homónimo genial, el polivalente Baco de Verulamio, asimismo de existencia azacaneada, dignos ambos de libros de gloriosas aventuras para cuya fábrica (por desgracia) mi breve talento no serviría. Un saludo
Ricardo,
La verdad es que la expo de Mónaco es importante. Descubre o recuerda territorios mal explorados.
En el caso de las influencias españolas -motivo para otra expo, el otoño que viene-, se trata de algo quizá esencial… el Barroco español tuvo / tiene una fuerza que no tiene el gran arte inglés o francés, mucho más «artísticos», menos crudos y brutales…
A ver y volver a ver.
Avanti..!
Q.-
Ese barroco antecede a Valle, Solana, Eugenio Noel; también JB y CJC beben de su crudeza. En cuanto a Bacon, excelente, innovador, agresivo y valiente; lástima que sea (como otros) objeto de especulación artística, y sus precios (por las nubes, claro, del todo injustos) convertidos en referente, lo mismo que el patrón-oro, los diamantes o esos billetes consuetudinarios que pronto van a desaparecer. Saludos, estimado.
Ricardo,
Bueno… en verdad, CJC viene del lenguaje saturnal de la Picaresca («devoraros lo unos a los otros»), mientras que JB es un exponente canónico del estilo noble castellano. Me llevaría demasiado lejos entrar en esos asuntos…
La especulación… otro proceso saturnal, hélas, que todo lo arrasa y entierra entre sus despojos, sus ruinas, etcétera.
Avanti..!
Q.-
Estimado: el barroco me deja perplejo: por una parte me abruma (casi me amedrenta) cuanto tiene de jesuítico; por otra me encanta su delirio de las formas transgresoras. ¿Esquizofrenia de las artes?, ¿bipolaridad de las personas?, ¿fruto de un siglo de pobreza de los pobres?, ¿expresión grandilocuente de la Contrarreforma? Francis Bacon también tiene mucho de eso. Murió en España, la tierra del Finis Gloriae Mundi, de Valdés Leal, espectador de ocasos, glorioso abuelo de Solana.
Ricardo,
Si… buena parte del barroco religioso español da miedo, mucho miedo, un miedo pavoroso, por momentos.
Bacon… utiliza algunos elementos formales de esas construcciones horrorosas para hablarnos del horror de nuestro tiempo: algo atroz, pavoroso y sin Dios, desalmado.
Bacon… también utilizó la Crucifixión de Arezzo / Cimabue de la misma manera: retomó un pecho abierto en canal… algo muy duro de soportar.
De ahí mi admiración por Bacon.
Avanti..!
Q.-
El barroco español y su espectáculo de terror indefinible. Ya no amedrenta allí lo que llamaron miedo a la escatología, a esos novísimos irrefragables, repletos de los horrores de la materia corrompida, la pestilencia, el fuego, el odio y la eternidad (Los padres Señeri, Ayala y Claret bien lo describieron; Joyce lo refrendó en El Retrato del Artista Adolescente; no se quedaron atrás muchos impulsores de los Ejercicios Espirituales en el Nacionalcatolisimo); lo que nos demuestra, nos aterroriza, es la imagen de infinita miseria, de tormento indeleble del alma y del cuerpo que anega toda solidaridad, mata las últimas esperanzas. Queda detrás… ¿la fe en la ciencia?, ¿el despertar del nuevo ser humano?, ¿la creación que se recrea?; no añado nada, me lo coarta la nada de la nada, estimado; perdón por la redundancia; es que el barroco se me ha atragantado, se me queda dentro, no me lo expulsa ni el médico ni el cirujano. ¿Será tormento para el hereje que soy?
Ricardo,
Sin duda, sin duda.
Esos santos y ese beaterío me daban miedo. Incluso miedo físico. Un santo pavor… de hecho, solo el barroco digamos laico suscita grandísimo entusiasmo, claro.
Con la literatura es muy distinta… tras la grandilocuencia de los decoradores de iglesias (pagados para eso, claro está), en los poetas está mucho más presente la crisis de la fe, la crisis de la mora, la crisis de las creencias, las crisis de España… dimensión capital que Luis Rosales estudió de manera magistral.
Avanti..!
Q.-
PS. A estas alturas, ser hereje, o creyente, o agnóstico, son cosas que han dejado de importar, a mi modo de ver. Un slogan parisino de hace años decía, más o menos: «Única creencia, el consumo». Dios tenía otra cosa, oye, qué quieres que te diga. Y el Logos no digamos.
Sí, estimado, el miedo físico de las reliquias, la angustia de las historias para niños sugestionables, el recelo ante las lóbregas girolas de los templos, el ¡Válgame, Dios! frente al umbral de las criptas oscuras adunadas a memorias terribles. Sin embargo (como bien explicas en tu elogio entusiasta), la música barroca regala una vital melancolía, aleja, casi desvanece ese pánico del pecado que trajo la Contrarreforma; el mismo Transparente de Toledo (denostado, a veces, por impropio, casi sacrílego para algunos exégetas de las artes) queda convertido en especie de mágico claristorio que ilumina las sombras de los tiempos siniestros recogidos en la catedral, lejos ya de ese bautizo que algunos entusiastas nombraron como Centro de Mágico Saber y Crisol de las Tres Culturas. Vuelve a imponer el niño Los Milagros de Nuestra Señora a La Araña Negra; espera incluso a la Noche de los Reyes para que los tres sabios beban las copas de anís y le traigan la bici y los patines; madruga antes que el sol para coger rosas la misma Mañana de San Juan. Y resulta que las postrimerías del Barroco se convierten ex nihilo en esa incertidumbre de la física cuántica que, esta vez, concede la vida perdurable al Gato de Schrödinger; y el chico le oye encantado mayar, y hasta le busca una gata florida a la que pronto el felino deja encinta.
Ricardo,
Bella exégesis lírica… con incontables flecos de todo tipo.
Avanti..!
Q.-
Tu «Volaverunt» del Duelo a Garrotazos, me trae los presagios peores en cuanto a la enmienda-reconstrucción de España. Por desgracia, el capital teme la falta de entendimiento, la incertidumbre, y desde la minúscula PYME del Tío Perico, que ha puesto una cantina en una calleja de Pradoluengo, hasta las multinacionales y los entes del Bilderberg, ponen en lista de dudas a nuestro país; y así, como eso del trabajo en casita desde tu ordenador, y los salarios en que uno ha de ganar como cuatro, quedan aún «en lontananza», vamos (ojalá yerre) hacia un rebote del paro, que…no sé…no sé. Y la pobreza es pasaporte a la infelicidad, a no ser que busques deliberadamente sumergirte en los Tres Votos, harto difícil para una mayoría y catastrófico para una nación. Un saludo, estimado.
Ricardo,
Ay… «…la pobreza, pasaporte a la infelicidad…». Añadiré un dato poco optimista: aumentan las defunciones, disminuyen los nacimientos… ese «invierno» demográfico tiene unas consecuencias trágicas y no deja de ser un síntoma de la trabazón entre los negocios íntimos y los negocios públicos.
Razón de más, me digo, para creer en la palabra, el Logos. Desaparecen los Estados, se hunden los sistemas políticos, queda la palabra, luminosa e intacta, fuente virginal de otros mundos por venir, si somos capaces de construirlos… Las Ciudades Invisibles llama IC a tan épico proceso.
Avanti..!
Q.-
Si me hablas del LOGOS vuelvo a creer en la MAGIA, busco asideros para zafarme de esa Europa que se descompone, bisa el final del Imperio Romano, las pestes y el invierno demográfico. Si no se aceptan refugiados laboriosos habrá que optar por la clonación, por un Rael que espera la llegada de los Elohim, por el apoyo y la difusión anuente de las madres asistidas. Porque, me pregunto, ¿quiénes son los bárbaros aquí? ¿Está el enemigo a las puertas?, ¿somos nosotros los que su ejército formamos? Siento ese miedo de mi infancia, cuando leía que los muertos llamaban a la puerta de Don Juan, el arquetipo seductor descrito por Zorrilla, que salva Doña Inés. En ella mi inocencia (medrosa necedad) espera. ¿Quién es? A Europa la amenazan el hambre y los cañones. ¿Cuál de los dos hace más daño? Mi culpa, estimado, se une a la de muchos, la inmensa mayoría: es el no hacer lo que se puede, inhibirse, enrrocarse por si la pieza (solo te queda una) te la comen
Ricardo,
El Logos es el logos y la magia quizá sea otra cosa, a mi modo de ver.
Por otra parte, el Logos también es algo esencialmente material, que une todas las cosas visibles e invisibles, a través de una materia espiritual… la terminología no es mía. La tomo prestada a los primeros neoplatónicos entre alejandrinos y murcianos, llegados por Almería, más o menos…
Cool. nada de enrocarse: la calle es mucho más atractiva,
Q.-
Siempre lo es, estimado. El enrroque conduce a la consunción; es una imagen mental que aparece con frecuencia y, casi, casi y en ciertas ocasiones no digeribles, se presenta como muralla de cal y canto tras la que el tiempo no acucia ni los bárbaros intimidan. ¿Recuerdas la imagen del alquimista anciano, de luengas barbas de plata, oculto dentro de un recatado la boratorio en compañía de un gato negro a quien, a veces, la curiosidad felina le arrastraba a escaldarse por abrir a destiempo el atanor?
Ricardo,
Recuerdo, si, la tal imagen… que siempre asocio a una memorable novela de Marguerite Yourcenar.
La alquimia es una cosa, la magia es otra y el Logos una tercera…
Yo sigo con mi Logos, como un tonto / niño con sus lápices de colores: saliendo al paso de la historia con tan frágiles armas. Inmortales,
Q.-
EL LOGOS, la palabra, el verbo divino, también esa «palabra perdida» que siguen buscando los magos y los alquimistas. Es, como explicas, el lápiz de los colores del universo, los soles, los planetas, el vacío interestelar; y allí donde lo grande (lo de arriba) se junta con lo pequeño (lo de abajo), viene el niño y saca el azul, el amarillo, el verde, el granate, el naranja, el blanco; pero nunca el negro y el gris, que eso queda para la pena, entra en el territorio de la muerte. Un saludo desde la naciente noche de Madrid, más fresca hoy, más grata.
Ricardo,
… OK, claro. Con algún matiz… el negro, «territorio de la muerte»… depende. Los negros de Velázquez (retomados por Manet, Singer Sargent y Sorolla, entre otros, claro) quizá iluminen otras cosas. El negro es utilizado como prueba de luto. Pero los anarquistas han utilizado ese color como bandera. El negro azabache de la bóveda celeste está poblado de estrellas…
Q.-
Y ese entrañable horror de los juegos infantiles en que la tropa de chavales había conseguido un pendón oscuro sobre el que campeaban dos tibias y una calavera; y, entonces, gritaban a rebato: «Bandera negra», creyéndose una jarca de piratas, tomando por asalto los cerros y eriales de los desmontes urbanos. Era una forma romántica de la utópica anarquía. El blanco y el negro: luto en unos lugares, símbolo de pureza y gozo en otros. Gracias por tus fotos del 13/14 de julio, cuando París siempre es una fiesta… a pesar de todo; y eso que la tormenta se cierne y (ojalá yerre) puede ser más sonada que un aguacero de verano, sea la misma Riada de Santa Teresa. Acordémosnos de Santa Bárbara.
Ricardo,
Si… la bandera negra de la magna tradición de la piratería andante… ¡qué olvido el mío…! Gracias por el recuerdo, que quizá sea el esencial. Del John Silver de Stevenson al Pirata de Minelli, esos piratas quizá encarnen la más noble de las tradiciones íntimas.
Q.-
PS. Volveré al 13 / 14 de julio con un recuerdo a Brassaï.
Estimado: Y…¡Al combate, chocolate, Pata Palo va a arrasar, a los malos y a los buenos, con Pateta llevará! Y los niños cantan La Varsoviana, y dejan pelada la Pradera de San Isidro y los altos del Guinardó, y tunden a bastonazos los puestos de los trileros y los títeres, confiscan ochavos y maravedises, ponen la zancadilla a los corchetes, se llevan espadas viejas y un maltrecho mosquete, revienta, cual cohete de feria, al cargarle la polvora y pegarle fuego. Se arman los «Moros y Cristianos» de Elche y de Jijona, regalan turrones y bizcochos, y una lluvia imprevista que viene de las sierras (no sabemos si de Espuña o de Aitana) cancela de súbito el festejo, y la pobre bandera que apañaron las hermanas de los niños, queda, vencida, agonizante, sobre el barro del erial, el distintivo negro, ya gris de la gleba, la calavera asiento de un gazapo, ambas tibias cobijo de alacranes, guarecidos así del aguacero. Queda en el caserón (salvado del torrente) el libro de John Silver, que aún los piratas desconocen a Johnny Deep. (Y este tiberio jocoso y descreído, me devuelve memorias de los otros que quise hacerlos míos. No sé en que siglo están, amigo, si acudían a las ferias de Medina o fueron usuarios de verbenas hospicianas; del Parque de Atracciones, ¡¡NO!!) No conocieron a Rivera ni a Rajoy; tampoco creo que a Zafra y a Sagasta; puede que ya escucharan de Madoz; seguro de Godoy y del Ancien Royaume.
Ricardo,
Leo con mucho agrado y admiración tu reflexión impresionista; pero me pillas en un momento de corre que te corre con mil menudencias currantes…
… Avanti..!
Q.-
Hoy vuelve la Humanidad a mutilarse. Nos abruma de nuevo la tragedia, llega de pronto, nada se puede hacer por evitarla (¿nada, aún? Lo dejo en interrogante, no dispongo de elementos de juicio suficientes para decir un Sí, o un No). Las vidas que no llegaron más lejos, lo que pensaron y sintieron, ni siquiera muchos de los niños conocieron más que una inconsciente alborada. Al que mata, ¡poco le importa!, ¡es inclemente juez, ángel exterminador horrible, diablo cargado de los más ominosos atributos! Se me va la palabra, pierdo la voz, estimado. Solo me queda guardar en la memoria lo que imagino del ser de los que ayer, en Niza, tanto han sufrido. Un abrazo de amigo, de hermano de los hombres.
Ricardo,
En nuestro caso, casi todo lo que sabemos de la vida y la muerte viene del mar común, la patria y frontera común de todas nuestras culturas.
Nuestro aprendizaje de la vida, el amor y la muerte pasa por los hombres que forjaron nuestra civilización con sus palabras seminales. Sócrates y Jesús nos enseñan a vivir y morir como hombres…
Q.-
El «Mare Nostrum», la entrañable fosa latina, aquel inmenso lago romano que iba desde las Columnas de Hércules a las bocas del Tanais, cantado por Ovidio. Es lo nuestro, estimado, tantas veces teñido de sangre, tantas veces vínculo de cultura, patria, asimismo, de Sócrates, quien muchas enseñanzas recibió de las parteras; de ese Jesús, sabio maestro, puede que jefe militar; dicen los libros, como tu bien recuerdas, que supieron morir de la mejor manera que es posible al hombre: la muerte consciente y aceptada. ¡Qué difícil! Nada puedo añadir. Es tan definitiva la experiencia que las prognosis pertenecen al reino de la fantasía, a lo que uno solicita o se exige, a la postura, a veces. Un abrazo.
Estimado: me tomo dos días de relax, al lado, en Guadalajara; voy con frecuencia. El martes estaré de nuevo en el frente. Espero que tuy París sea grato, atenúe los dramas cotidianos, te haga feliz en el día a día.
Ricardo,
Te deseo lo mejor, claro.
Moi, sigo en París, todavía, una semana larga, o así. Pero, en verdad, estoy un poco cansado, esperando el momento de largarme unos días a una playa mediterránea.
Avanti..!
Q.-
Ya de vuelta, estimado, a la espera del nuevo regreso al alfoz de Guada y a mis breves visitas comarcales. Vi a Pastrana casi yerma, cerrados los más de los comercios por una calorina próxima al récord del lugar; sin embargo, una guía animosa y parlanchina explicaba a los muy escasos turistas (solamente una pareja de maduros sevillanos) las maravillas de los tapices renacentistas de la Colegiata, e intentó convencerme para que los viera y la escuchase. ¡Suerte que no me confundió con un desenterrado procedente de una mágica monda que viniere para alojarse entre los sarcófagos de los Éboli y los Mendoza! A la vuelta, paisaje de gatos enfrente de casa. Un desconfiado felino de expresivos ojos, cojito y bastante, reptaba más que subía por unos solitarios berruecos de cemento, atravesó alambradas con experiencia de minador, parecía un atleta de los gatos, era capaz de superar minusvalías; luego, se juntó a una madre gatura que paseaba orgullosa dos mininos poco más grandes que puños. Fui a por comida, tuve que dejarla a pocos pasos del grupo, no se atrevían a cogerla; a lo peor se veían dentro de un asador, suponiéndome un ogro. Me di la vuelta; creo que el contenido de la lata desapareció en segundos. Al final, se les fue el recelo: relamían los gatines el plato mientras yo les miraba un tanto perplejo. Nadie me vio, y eso que todavía ni era la hora del lubricán ni el sol había caído tras el horizonte. Mientras, Europa, la nuestra, debatiéndose en sombras, dialogando en un casino que jamás se cierra, nadie percibe que se agotan los recursos, algo muy duro y de carácter imprevisible está a punto de suceder; pero nadie lo cree ni parece importar sino a unos cuantos. Un saludo, y mi deseo de que tus vacaciones venga ya, saques partido a esos días que tanto te mereces.
Ricardo,
Bella excursión narrada con precisión y tu bella prosa…
Por mi parte, qué quieres, navegando como puedo por muy distintas aguas. Cuando recale por el Mediterráneo seguiré en la brecha, a mi manera.
Avanti..!
Q.-
Es la salada claridad del mar más nuestro, sus arenosas orillas levantinas, sus peñascos de las costas provenzales, los ominosos riscos de la Hélade y el grito del marino que se anega, y hace su singladura última en el bajel fenicio, la helénica trirreme, el corvus del romano que Cartago derriba y erradica, la navis oneraria que, desde el Ponto Euxino a Lixus, lleva los bienes del Imperio… Mil años más, ya son falúas y galeras, vienen en ellas Barbarroja y Uluch Ali, Carlos el César que en los Gelves se perdiera, Andrea Doria, Cervantes y su mano que vulneran; más tarde Mehmet Ali; llegan ahora hasta el transporte que Malta salva y del asedio del Eje la libera… Y de repente, estimado, me escapo de la historia, cambio su ingrata andadura por las playas de Saint Tropez, subo a la ciudad vieja de Dubrobnik-Ragusa, asusto a las nudistas con mi talante revejido, me pierdo entre miríadas de bañistas de Palma y de Gandía, del Mar Menor y de Tarifa, de Lloret y de Marbella, de S’Agaró y de Torremolinos, de Benidorm ¡como no!; y cuando creo llevarme el gato al agua (menudo susto que pasó el felino: era de carne, ninguna rosca nunca me he comido)solo acuden a mi imaginación los cuerpos y las caras de las jóvenes turistas, soy un voyeur a su lado, casi el señor de negro que trae consigo un libelo del padre Claret y piensa en confesarse por lo bueno que ha visto y lo malo que ha pensado. ¡Vuelve la vida, cubre a la muerte! Ya el eterno retorno de lo bello pone punto final a ese Apocalipsis que ronda día a día. ¿Qué me merezco con tanta inane palabrota? ¿Soy el nieto bitongo de Ricardo León? ¿Aspiro a pergeñar un hospiciano Alcázar de las Perlas? ¿Debo de ir, deprisa, al nosocomio, o ya declino y voy sobrando, sea la mesa del tanatorio mi destino, aguardando bajo la sábana impecable la segur del forense que estudia otro cadáver? P.S: Ya me irás descubriendo más cosas de ese mar, ya nos irás obsequiando con tus fotos; sea tu verano de holganza y reflexiones, carga de batería, prístino combustible para invierno.
Ricardo,
Uau… «… el eterno retorno de lo bello pone punto final a ese Apocalipsis que ronda día a día..» Bella panorámica mediterránea, caray. Tomo buena nota. Leo y vuelvo a leer tu carga de caballería lírica, encantado.
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Por mi parte, seguiré… quizá un poco o muy narcisista, retomando cosas de ayer, que cobran una cierta perspectiva íntima, hoy.
Avanti..!
Q.-
Ya sabes: comparto contigo el Mediterráneo, lo añoro, lo idealizo, mezclo en la imaginación historias que nunca sucedieron o quedaron a medias, archivadas por siempre como asignaturas pendientes de la persona. ¿Me dará el aprobado el Mare Nostrum?, ¿se llevará la riada todo el arancel de insuficiencias y futilidades que uno lleva dentro?
Vuelvo otra vez a Guada, de paseo hacia esos pueblos del Romancero, anclados casi en sus tiempos: Sigüenza, Medinaceli, Pastrana, Cifuentes, Molina… ¡mon dieu! todo lo que hay. Me esperan las sombras de Almanzor y del Arcipreste, de CJC, de ese Ezra Pound que pasó por allí y Menéndez Pidal recordó décadas más tarde. Saludaré a mis amigos, los gatos: el cojito, la mamá, sus niños, el desconfiado, el dormilón indiferente… A ver si los vecinos terminan haciéndome la cencerrada y acabo anegado en el pilón del pueblo, húmedo que me llevan después al Sanatorio de Alcohete donde, debajo, quedan, en excelente estado, los búnkeres que Miaja mandó construir en el 37.
Ricardo,
Te sigo, admirado, por tus vagabundeos castellanos. Pero, bueno, yo solo soy mediterráneo; de muchos mediterráneos…
Guardo bellos recuerdos de la Riviera italiana y la Costa Azul francesa; Niza y Antibes en particular. Ya en Carpetovetonia… no he frecuentado mucho la Costa Brava, pero conozco bien el Maresme. Más allá, lo conozco todo… Mi infancia pasa por las playas de Águilas y Mazarrón. Más allá, el Sur del Sur, ay… hasta recalar en Tarifa, donde me asaltan los recuerdos de mi época de corredor de fondo y véliplanchiste / windsurfer, que me transportan a mi lejana California, para siempre perdida, hélas.
Avanti..!
Q.-
¡Tarifa, que el viento se te lleva si te descuidas, y en Marruecos aterrizas! La Costa Brava… de niño veraneé algunas veces en casa de mi tía catalana, de Blanes, primera población de Gerona y de la Costa; luego…p’arriba hasta Port Bou, y si queremos, nos vamos de gira por los castillos cátaros. Dicen también, que el Adriático es hermoso, que las ciudades dálmatas e istrias que de la serenissima fueron tienen una belleza diferente, poco mancillada, a pesar de tantas guerras, tantos nombres, ya sabes: Zara-Zadar; Split-Spalato; Dubrovnik-Ragusa; Cattaro-Cotor; y las islas: bosques de castillos, suelos de griegos y romanos; los turcos y los habsburgo en esas terribles, sanguinarias guerras, que se han reproducido en los Balcanes desde entonces; y es que… unos católicos, otros ortodoxos, muchos musulmanes; facciones y banderías en los montes, insumisos guerreros albaneses y montenegrinos, venganzas de popes y pachas, ese imperio de A.E.I.O.U cuyo final describió sabiamente Musil bautizándolo como Kakania; y quedan las Cícladas y Esporadas, las Jónicas, el Dodecanesado, Eubea y Creta, las costas de Turquía, Estambul, llave y cerrojo del Mediterráneo… cuánta naturaleza hermosa, cuantas etnias y lenguas; y eso que no hablamos de Túnez ni de Trípoli, nos quedamos en esa Alejandría de Marco Antonio y Cleopatra, de Durrell y Kavafis, vemos y sentimos a esos dos como hijos póstumos de los Tolomeos. Detrás, muy lejos, entonces terra incognita y maldita, la California mítica, el oro de Hollywood Tinseltown, la juventud a estadios ya de ahora, tierra por siempre en tu memoria… comparto fantasías, estimado.
Ricardo,
Si, hay muchos Mediterráneos… incluso antagónicos: nuestro mar también se ha convertido en un basurero y una tumba. Hablando de la caída y el fin de Cartago, Polibio también hablaba de nosotros, como Kafavis, hablando de los griegos de la diáspora, que somos todos nosotros, ay…
Avanti..!
Q.-
Presente y futuro del Mediterráneo: ¿Acabará nuestro mar en manos de un proyecyo como aquel delirio de Atlantropa ideado por un sabio alemán de los años veinte? Ya no podrá decir el pirata: «Asia a un lado, al otro Europa», ni colgar de una antena a quienes más se lo merecen. (No mentemos al diablo, vamos a quedarnos con los filmes de Johnny Depp); pero… ora et labora; y mientras nos preparamos con la vacación. El martes estoy de vuelta, ya sabes, going back and forth y un poquito de trabajo entremedias. Un saludo, estimado.
Ricardo,
El Mediterráneo… uno y muchos; que alguien se apiade de él y todos nosotros. On the road again, por mi parte.
Avanti..!
Q.-