Metro Assemblée Nationale, 16 enero 2016. Foto JPQ.
El ruido estéril de la hojarasca periodística oculta o maquilla los despojos del campo de ruinas.
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Metro Assemblée Nationale, 16 enero 2016. Foto JPQ.
La presidencia de François Hollande y la campaña presidencial que puede tener alcance europeo se hunden en la charca de unos escándalos que son el espejo de un paisaje político nacional en ruinas.
Acusado de haber ofrecido a sus hijas de 14 y 15 años empleos de “asistentas parlamentarias”, entre 2009 y 2016, Bruno Le Roux (51 años), ministro del Interior, presentó su dimisión la tarde del martes, abriendo una nueva grieta podrida en el “fin de reino” del presidente Hollande
Como François Fillon, candidato conservador a la presidencia de la República, y otro centenar largo de diputados, Le Roux, ofreció a sus propias hijas numerosos contratos temporales como “colaboradoras parlamentarias”, durante siete años, pagados con dinero público.
Se trata de una práctica legal, moralmente dudosa, que el caso de Fillon, su esposa y sus hijas, ha transformado en un fabuloso escándalo nacional. El candidato conservador a la presidencia de la República contrató a Penelope Fillon como asistenta parlamentaria, permitiendo cobrar a la pareja 900.000 euros, fruto de un empleo presuntamente ficticio, durante varios años.
A la misma hora que Bruno Le Roux anunciaba su dimisión, desde la prefectura de Bobigny, al norte de París, la Fiscalía especializada en delitos financieros anunciaba que “ampliaba” su investigación, en curso, sobre los esposos Fillon, estimando que pudieran existir presuntos delitos de “producción y utilización de documentos falsos, con el fin de intentar justificar empleos ficticios”.
Mientras la instrucción del “Penelopegate” sigue su proceloso curso, a treinta días de la primera vuelta electoral, el próximo 23 de abril, la dimisión del penúltimo ministro del interior de Hollande abría un nuevo pozo de podredumbre política.
Entre el 18 y el 20 por ciento de los 577 diputados franceses emplean a sus esposas, amantes, amigas, hijos, como asistentes parlamentarios. Algún presidente de la Asamblea nacional comenzó utilizando a su amante como asistente parlamentaria, asalariada, antes de contraer matrimonio, precipitadamente, cuando ella quedó embarazada.
Es frecuente el caso de diputados que intercambian favores laborales: “Tu utilizas como asistenta parlamentaria a mi novia; y yo utilizo como asistentes parlamentarios a tus hijos”. Mediapart y Le Monde, entre otros medios, han denunciado ese “modelo” parlamentario, pasablemente mafioso. En vano. Los diputados de izquierda y derecha han preferido “cubrirse” los unos a los otros, para prolongar indefinidamente la utilización indiscriminada de “sobres” de 4.000 a 6.000 euros, que ellos pueden utilizar libremente para gastar como lo consideren oportuno.
El “Penelopegate” ha permitido desenterrar ese escándalo larvado del modelo político francés. Alain Juppé, alcalde de Burdeos, candidato eliminado por Fillon a la presidencia de la República, anunció su propia renuncia denunciando el estado ruinoso del paisaje político político nacional.
¿La situación política de Francia? “¡Qué catástrofe..! ¡Qué callejón sin salida conocida!” ha sentenciado Juppé.
¿Las izquierdas? Juppé las percibe en esta situación: “Víctimas del desastre de la presidencia de François Hollande, están más divididas y enfrentadas que nunca. Y corren el riesgo de ser eliminadas en la primera vuelta de la próxima presidencial.”
¿La extrema derecha? Juppé percibe en Marine Le Pen una amenaza para Francia y Europa: “Continúa creciendo. El fanatismo anti europeo del Frente Nacional corre el riesgo de ser un desastre para Francia.”
¿El social reformismo? Juppé estima que es una prolongación de Hollande: “Emmanuel Macron se presenta como un “renovador”. En verdad, nadie puede olvidar que él fue uno de los inspiradores de Hollande. La debilidad de su programa no sería nada bueno para nuestro país.”
¿El centro, la derecha, François Fillon? Juppé hace un balance devastador: “Renové mi apoyo a Fillon, desde el primer momento. Su denuncia de un presunto complot y asesinato político lo han conducido a un callejón sin salida. Qué desastre. La derecha solo podrá ganar presentándose unida ante los electores. Estamos muy lejos de esa unidad. Muchos de nuestros amigos han abandonado el barco. La obstinación personal de François Fillon está alentada por unos simpatizantes fanatizados que no permitirán la unión con el centro. Así, las cosas, tampoco yo puedo ofrecer la unidad de nuestras familias políticas. De ahí mi renuncia irrevocable”.
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Juppé sobre Francia: un campo de ruinas políticas.
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