Boulevard de Rochechouart, 20 enero 2017. Foto JPQ. Valls, candidato favorito de la derecha.
Hace unos años, Manuel Valls decía: “El Partido Socialista corre peligro de muerte, encerrado en una arcaica visión del mundo. Hace tiempo que propuse cambiar el nombre del Partido Socialista… ya que ese nombre no responde a la realidad de nuestro tiempo.”
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Hace doce meses, las izquierdas francesas gritaban que Franco habría estado orgulloso de Valls.
Candidato a la candidatura del PS a la elección presidencial, Valls fue el mejor candidato de la derecha. Los antidisturbios debían proteger sus mitines de los manifestantes de izquierdas que denuncian su conservadurismo.
Obstinando en calificarse a sí mismo como de “izquierdas”, Valls ha agravado su contenciosos con el PS y las izquierdas…
Con quince palabras cortas, Manuel Valls, ex primer ministro, precipitó el miércoles 29 de marzo una crisis histórica del socialismo francés, complicando la suerte de Emmanuel Macron, candidato social reformista a la presidencia de la República, el “único” rival creíble de Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional (FN, extrema derecha).
Tras varias semanas de falso “suspense”, Valls declaró la mañana del miércoles a la cadena BFMTV: “Votaré a Emmanuel Macron en la primera y en la segunda vuelta de la elección presidencial”. El mes de diciembre pasado, Valls firmó la carta de principios fundamentales de las elecciones primarias de su propio partido, el PS, comprometiéndose por escrito a apoyar de manera activa la campaña electoral del candidato socialista.
A finales de enero, Benoît Hamon fue elegido candidato oficial del PS, eliminando de manera espectacular al eterno y derrotado candidato, Manuel Valls. Semanas más tarde, Valls traiciona la palabra firmada a mediados de diciembre y apuñala por la espalda a su rival y candidato del PS, por estas razones: “Los intereses superiores de la Nación son más importantes que las reglas de una comisión o un partido”.
La decisión de Valls cayó como una bomba en el campo de ruinas del socialismo francés. Sobre él cayó una tormenta de chuzos de punta: “¡Traidor!” “¡Asesino!” “¡Impresentable!” “¡Eres un digno heredero de Franco..!”.
El vespertino Le Monde, tradicionalmente comprensivo con las tribulaciones del PS, sacaba la tarde del miércoles esta primera conclusión: “Los historiadores del futuro se preguntarán, sin duda, quien precipitó la implosión del Partido Socialista (PS), si François Hollande, si Manuel Valls, si Benoît Hamon”.
De entrada, a corto plazo, el socialismo francés es víctima del fracaso, descrédito y decepción nacional ante Hollande. Elegido candidato del PS, Hamon clavó inmediatamente una estaca en la cerviz presidencial y gubernamental: su programa electoral es un proyecto de “ruptura” con el socialismo de Hollande. Valls, por su parte, fue el ejecutor del “socialismo holandés”: su traición al candidato del PS es percibida como el principio de la implosión de un partido fragmentado en familias irreconciliables, tirándose a la cabeza y la yugular navajazos y cacerolas.
En el mismo gobierno, durante un par de años, Valls, primer ministro, y Emmanuel Macron, ministro de economía, se llevaban a matar. Anunciando que votará por Macron, Valls le hace un muy flaco favor al candidato favorito de los sondeos, que intenta cultivar la imagen de “social reformista” o “centrista del centro”, equidistante de los centristas que apoyan a François Fillon, candidato conservador, e independiente de los centristas que apoyan su candidatura, antiguos conservadores reconvertidos en el centrismo.
Macron ya tiene el apoyo de ministros y ex ministros socialistas, centristas y conservadores. Si los apoyos socialistas crecen, el candidato social reformista corre el riesgo de perder muchos votos de centro derecha. Percibido como un traidor al socialismo “clásico”, Valls está en la periferia del PS y no podrá “entrar” ni en el partido ni en un hipotético gobierno de Macron. El suyo es un apoyo potencialmente envenenado, el apoyo de un “heredero” del socialismo de Hollande, que es la peor herencia que puede ofrecerse a los electores que aspiran a una renovación del paisaje político nacional.
Macron reaccionó al “apoyo” de Valls con irritado alejamiento: “Los franceses quieren caras nuevas. No podemos continuar haciendo apaños de baja política tradicional”.
Valls y las ruinas del socialismo francés.
Hamon y el ocaso del socialismo en Francia.
Manuel Valls y la reforma del socialismo francés.
Valls “hijo predilecto de Franco”, cabeza de turco de Hollande.
Valls… De Mossèn Cinto Verdaguer al mesianismo político francés.
Valls, candidato favorito de la derecha.
El socialismo francés, víctima de cinco años de desilusión, decepción y descrédito de Hollande.
Hamon / Valls… duelo a garrotazos, a cara de perro.
Crónica del hundimiento de la casa Hollande.
Miro hacia atrás, y advierto que todo cobra sentido. Las catástrofes –Hollande se va… deja tras si un campo de ruinas cainitas, Valls y las ruinas del socialismo francés– solo “sorprenden” a quienes no han deseado mirar y contar lo que estaba ocurriendo, desde hace años:
Crisis y angustia social en la Francia de Hollande.
Hollande y la crisis global de la vieja izquierda.
Emmanuel Todd: “Hollande y el PS también están destruyendo la República”.
Hollande, entre crisis nacionales, Europa y su peluquero.
Hollande… Constitución, reforma laboral, terrorismo: rechazo masivo.
Hollande cambia de gobierno para que todo siga igual, rumbo a ninguna parte.
La pareja Hollande / Valls se sirve un cóctel con mucho odio, sexo, esquizofrenia y angustia social.
Mujeres y jóvenes, nuevos pobres en la Francia de Hollande.
Jóvenes y mujeres, primeras víctimas de la pobreza en la Francia de Hollande.
Los antidisturbios deben proteger a Hollande, refugiado en su búnker audiovisual.
Hollande: “La calle es mía” 11.
Hollande: “Siempre me quedarán los antidisturbios”.
Hollande y el antiterrorismo: un campo de ruinas.
Francia / Hollande: ineficacia del antiterrorismo.
Hollande: 3 años, 8 planes contra el paro, 572.300 nuevos parados.
Hollande acelera el ocaso de Francia, 4.
Hollande acelera el ocaso de Francia, 3.
Hollande acelera el ocaso de Francia, 2.
Hollande acelera el ocaso de Francia.
Francia, entre decadencia gesticulante y decadencia tranquila.
Hollande acelera la degradación de Francia.
Hollande, entre crisis nacionales, Europa y su peluquero.
Francia, tras la matanza de Niza… en estado de crisis policial, social, política, cultural.
La matanza de Niza ilumina de modo sombrío todas las crisis de Francia:
De entrada, crisis de su modelo de seguridad interior: Francia / Hollande: ineficacia del antiterrorismo.
Reflejo sombrío de otras crisis paralelas…
Crisis social: ¿Existe todavía una sociedad francesa?
Crisis multi & transcultural: París y sus barrios étnicos, entre multi & transculturalismo 2.
Crisis de identidad: Francia y el fútbol… crisis de identidad nacional.
Crisis del puesto en la nueva Europa: Brexit… Francia, eslabón débil de la “nueva” Europa.
Crisis parlamentaria: … “49.3 = Decretazo = Follada”.
Francia… en estado de crisis policial, social, política, cultural…
Noches de vino y rosas… “El mundo es vuestro”.
París / Euro 2016… Crisis social y mucha basura.
Francia, estado de crisis.
La tragedia de Francia, hoy.
Las mujeres, en el corazón de la crisis de las crisis de Francia 2.
Las mujeres, en el corazón de la crisis de las crisis de Francia.
Crisis de todas las crisis de Francia 2.
Crisis de todas las crisis de Francia.
Hollande acelera el ocaso de Francia, 4.
Mujeres y jóvenes, nuevos pobres en la Francia de Hollande.
Jóvenes y mujeres, primeras víctimas de la pobreza en la Francia de Hollande.
Francia, víctima de un ogro filantrópico, el Estado.
Crisis, inmigración y multiculturalismo en Francia.
Europa / Francia: nueva problemática, aprender a vivir con el miedo.
La banlieue / los suburbios, pudrideros del tejido social de Francia.
El fútbol, la moda, el desarraigo, la publicidad, los suburbios, las crisis.
Hollande: “Siempre me quedarán los antidisturbios”.
Amor y guerra social en los muros de París, 24.
El ‘flâneur’, el cazador furtivo, el ‘Waldgänger’ y la fotografía de Quiñonero.
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