Place d’Aligre, 21 mayo 2017. Foto JPQ.
A los dieciséis días de ser elegido presidente, Emmanuel Macron inició ayer el proceso de “concertación” con el que desea “liberalizar” el mercado del trabajo, el más inflamable, quizá, de sus proyectos reformadores.
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El presidente Macron se propone consumar tal reforma a paso de carga, recurriendo al método excepcional de las ordenanzas, que permiten evitar la discusión parlamentaria e imponer una reforma en un plazo muy breve.
El derecho constitucional francés ofrece al presidente de la República dos armas estratégicas para imponer un proyecto de Ley, sin debate parlamentario del proyecto.
El artículo 49.3 de la Constitución permite imponer “decretazos” que ponen fin a cualquier oposición parlamentaria. El artículo 38 de la Constitución permite al presidente legislar con ordenanzas (muy semejantes al decreto Ley), siempre que la Asamblea Nacional haya aprobado previamente su uso “temporal”.
El presidente Macron inició ayer sus primeras reuniones con todos los sindicatos y la patronal, con el fin de “iniciar la concertación” y confirmarles su proyecto de reformar / liberalizar el mercado del trabajo recurriendo a las ordenanzas.
Tras las elecciones del 11 y el 18 de junio, el presidente presentará a la nueva Asamblea Nacional un proyecto de Ley de Habilitación para gobernar con ordenanzas durante varias semanas o meses, con el fin de reformar el Código Laboral (el conjunto de la legislación laboral del Estado) y, en particular, la legislación que regula el mercado del trabajo y las relaciones laborales.
Se trata de un punto capital en el que han fracasado todos los gobiernos franceses, desde hace muchos años.
Recién elegido presidente, en 1995, Jacques Chirac, lanzó una gran reforma laboral. Los sindicatos paralizaron Francia parcialmente durante aquel invierno. Y la reforma se abandonó definitivamente. Sarkozy no se atrevió a avanzar en ese campo de minas. Hollande lanzó una reforma del mercado del trabajo el 2016 (a los cuatro años de haber sido elegido). Pero esa reforma fue finalmente desguazada, aprobados sus despojos recurriendo al 49.3, un desastre que dividió definitivamente a todas las familias socialistas.
Consciente de tal tradición, Emmanuel Macron desea “avanzar rápido”. Y espera “liberalizar” el mercado laboral durante los primeros meses de su mandato. Su primer encuentro con los sindicatos y la patronal tenía por objeto “sentar las bases” de una “concertación” que debe negociar su primer ministro, Edouard Philippe.
A la espera del “contenido concreto” de la eventual reforma, la patronal se dice “satisfecha”, la CGT (históricamente comunista) amenaza con desenterrar el “hacha de guerra”. Y el resto de los sindicatos dicen “esperar para ver”.
En el proyecto electoral del candidato Macron, estos eran los puntos esenciales de la posible reforma laboral:
-“Primacía de los acuerdos de empresa sobre los acuerdos de gremios o sectores”. Se trata de “adaptar” el mercado del trabajo al “perímetro” de las empresas, cuyos dirigentes tendrían derecho a convocar “referendos” con el fin de “desbloquear” crisis.
-“Techo a las indemnizaciones”. Se trata de “fijar con claridad” el “costo” de posibles despidos e indemnizaciones, con el fin de facilitar la “movilidad laboral”.
-“Fusión de las instituciones representativas del personal”. Se trata de “modernizar” la representación de los trabajadores en las empresas, “adaptándola” a las nuevas modalidades laborales.
-“Crear nuevas formas de seguridad para los trabajadores, en un mercado laboral menos burocratizado”. Se trata de ofrecer “garantías” que “despejen” la eventual inquietud de trabajadores y sindicatos.
Los sindicatos han advertido que están dispuestos a convocar movilizaciones “a la luz de las medidas concretas que pudieran tomar tales proyectos”.
Primera manifa de la era Macron.
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Le Point, 24 mayo 2017, nº 2333. Droit du travail: ça va cogner.
txema says
En cualquier caso nos dara tema de conversacion para rato. Todo nos empuja hacia un modelo de economia americano y la verdad es que conoceindo dicho percal, prefiero los trajes de la economia europea con todos los descosidos que hay.
Buen titular de le point
JP Quiñonero says
Txema,
A estas alturas, todo está por ver. A saber qué rumbo toma la cosa, claro. Del dicho al hecho, siempre va un trecho tirando a complicado. Veremos,
Q.-