Nicolas Baverez. Foto ¿?
“QUIZÁ SEA LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD DE MODERNIZAR FRANCIA DE MANERA DEMOCRÁTICA Y PACÍFICA”.
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“O MACRON REALIZA REFORMAS EN SEIS MESES, O LOS POPULISMOS TENDRÁN ABIERTAS TODAS LAS PUERTAS”.
“LOS FRANCESES ESTÁN DROGADOS CON GASTO Y DEUDA PÚBLICA”
“EUROPA DEBE REARMARSE, MILITAR, ECONÓMICA, INSTITUCIONAL, POLÍTICA, CULTURAL Y MORALMENTE”
La obra de Nicolas Baverez continúa creciendo y se ha convertido en la referencia canónica para intentar comprender las crisis de Francia y de Europa, en una encrucijada histórica.
Biógrafo y discípulo de Raymond Aron, historiador, politólogo, estratega, abogado internacionalista, miembro del comité director del Instituto Montaigne (think thank liberal), miembro del comité de dirección de Commentaire, fue el primero en denunciar el riesgo histórico del “déclin” francés (declive, decadencia). Sus ensayos de la última década quizá sea la mejor radiografía de las metamorfosis y amenazas que se ciernen sobre Francia y Europa.
Tras la elección de Emmanuel Macron como presidente de la República, las elecciones legislativas del 11 y el 18 de este mes de junio, van a consumar la instauración de un “nuevo orden político”.
–Usted ha calificado de “absolutista” el poder que podrá tener el presidente Macron, tras las elecciones legislativas, estimando que “esa es la voluntad de los franceses”. Sin embargo, ese “poder absolutista” no siempre ha sido eficaz para reformar Francia. En algunos casos, como ocurrió en 1981, cuando Mitterrand conquistó el poder prometiendo “la ruptura con el capitalismo”, ese tipo de poder ha tenido consecuencias catastróficas… ¿le parece realista el programa de reformas de Macron?
-Emmanuel Macron consuma una suerte de vuelta a los orígenes de la V República. El general de Gaulle la concibió como un régimen híbrido, muy presidencial y parlamentario, al mismo tiempo; poco liberal, en definitiva, ya que consiste en conferir al Estado todos los poderes, en cualquier circunstancia, para permitirle afrontar los choques de la historia. El nuevo presidente no oculta que se dispone a tomar el control completo del Estado, con una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Esa concentración extrema de poderes solo puede ser aceptable por los franceses si permite realizar la reforma del modelo económico y social aplazada, diferida, desde hace treinta y cinco años, en lugar de estar al servicio de la voluntad personal, como fue el caso con Nicolas Sarkozy y François Hollande. El programa de Emmanuel Macron define las buenas prioridades: la reconstitución de una base productiva competitiva; la flexibilidad – seguridad del mercado del trabajo; la reforma del sistema educativo; el control de las finanzas públicas; la restauración de la seguridad en el territorio nacional; el relanzamiento de Europa. Queda por hacer realidad tales promesas. Quizá sea la última oportunidad de modernizar Francia de manera democrática y pacífica.
–Ningún presidente francés, de Mitterrand a Hollande, ha conseguido reformar en profundidad el mercado del trabajo y el sistema de seguridad social ¿podrá Macron realizar esa reforma siempre pendiente?
-Emmanuel Macron se juega su legitimidad y el destino de su mandato presidencial, ante los franceses y ante Europa, con su capacidad para lanzar, hasta finales de año, la reforma del mercado del trabajo y el control del gasto público. Los mandatos presidenciales de Sarkozy y Hollande han probado que, en verdad, no existe el derecho al error. Las orientaciones erróneas del principio no se corrigen. De entrada, el presidente Macron tiene bazas importantes, comenzando pour una autoridad fuerte conseguida con su elección, coincidiendo con la implosión en curso de los partidos y la clase política tradicional, cuando la coyuntura económica es favorable, en toda la zona euro. Sin embargo, no podemos olvidar que sus predecesores malgastaron sistemáticamente las oportunidades que les ofrecían los periodos de recuperación. La reforma del mercado del trabajo es la madre de todas las reformas posteriores y será el banco de ensayo de la “Macronomics”. Emmanuel Macron ha instalado en el corazón de su proyecto reformista una nueva Ley del trabajo que reformará / ampliará el campo de la negociación en las empresas, fusionará las instancias de representación y creará un nuevo marco de indemnizaciones por despido. Al mismo tiempo, el Tribunal de cuentas hará pública, el próximo 3 de julio, su auditoria de las cuentas públicas, de las que acaba de criticar su deterioro permanente desde 2013. En ambos terrenos, sobre el futuro del mercado del trabajo y sobre las finanzas públicas, Macron deberá tomar decisiones antes de finales de año. Si no lo hace, estaremos ante otro mandato presidencia inútil, muerto al poco de nacer, que abrirá todas las puertas a los populismos.
–Desde Maastricht, Francia nunca ha cumplido definitivamente las promesas de los sucesivos pactos europeos de estabilidad…
-Francia no es víctima de Maastricht, si no de su propio modelo, insostenible: realiza un 15 % de las transferencias sociales mundiales, cuando solo tiene un 1 % de la población mundial, que apenas genera un 3,5 % de la producción. Se trata de un sistema nacional de no crecimiento, productor permanente de paro. La deuda francesa alcanzó los 2.160 millardos de euros a finales del 2016. Y continúa creciendo, con un riesgo sistémico para toda la zona euro. Es imperativo estabilizar esa deuda, lo que implica disminuir el déficit público en unos 40.000 millones de euros. De momento ese déficit continúa creciendo y podrá alcanzar el 3,2 / 3,5 % del PIB el 2018, situando a Francia en la última posición de la zona euro. Los franceses están drogados con el gasto y la deuda pública, sin comprender que el control de esas finanzas desequilibradas es indispensable para poder sanear la economía, mejorar el nivel de vida y restaurar la soberanía nacional. Pierre Medès France decía que “las cuentas en desorden son la marca de las naciones que se abandonan”. No podría decirse mejor, para resumir la situación de Francia.
–Alemania siempre ha sido hostil a los proyectos franceses de un “gobierno político” de la zona euro, ¿son realistas las perspectivas de un “relanzamiento” o “refundación” de la UE?
-Europa se encuentra en una nueva situación, resumida simbólicamente con las recientes declaraciones de Angela Merkel, pidiendo a los europeos que asuman su propio destino, cuando es una evidencia que Europa no puede contar con los EE. UU. en el terreno económico ni el terreno estratégico. Es el contra golpe, positivo, de las llamaradas populistas en el Reino Unido y los EE. UU., tras la elección de Donald Trump. Se trata de una oportunidad favorable para la mejora de la situación económica de la zona euro. Los proyectos de Theresa May y los ataques de Trump han facilitado la unidad de la UE, provocando una nueva toma de conciencia cívica sobre los resultados de la integración continental: gran mercado, euro, Estado de derecho, paz. A partir de ahí, es necesario refundar la UE en torno a cuatro prioridades: refuerzo de la zona euro; plan de relanzamiento de las inversiones; garantía de los derechos sociales; lanzamiento de la Unión Europa de la seguridad y la defensa, control de las fronteras exteriores de Europa. El motor sigue siendo franco-alemán. Pero su puesta en marcha depende de dos condiciones: clarificación política de Alemania, que no está clara; y saneamiento económico de Francia, por realizar. Los franceses tienen en sus manos la llave de la refundación de Europa. Esperemos que estén a la altura de tal responsabilidad histórica.
–El Economist decía días pasados que Trump, Putin y Erdogan son una amenaza potencial para Europa…
-Durante la Guerra fría, la seguridad de Europa reposó en la resistencia a la amenaza soviética y en la garantía de los Estados Unidos, materializada a través de la OTAN y la disuasión nuclear. Tal situación desapareció con el hundimiento de la URSS. Pero Europa ha cedido a las ilusiones del fin de la historia y la violencia. Europa está amenazada por nuevos riesgos estratégicos: el yihadismo, las presiones rusa y turca, los ataques cibernéticos contra las empresas, contra las fuerzas de seguridad, contra las instituciones y la vida democrática. Simultáneamente, los EE. UU. se han convertido en una fuente de inestabilidad e incertidumbre, denunciando los tratados de libre cambio y las alianzas estratégicas que constituían las “correas de transmisión” de su influencia en el mundo y la matriz de la solidaridad entre las democracias. Los europeos deben elegir: continuar su propio desarme o garantizar ellos mismos su propia libertad. De ahí que la seguridad y la defensa deban estar hoy en el corazón de todos los proyectos de relanzamiento de Europa.
–La Europa de la defensa es un viejo proyecto, siempre de actualidad y nunca realizado. El presidente Trump subrayó en la reciente cumbre de la OTAN uno de los problemas de fondo: los europeos se han habituado a trasladar a los contribuyentes norteamericanos una parte sustancial de la factura de su propia seguridad…
-Donald Trump se inscribe en la larga serie de los presidentes norteamericanos que han denunciado la insuficiencia de los esfuerzos realizados por los europeos para garantizar su propia seguridad. Quizá sea imprescindible darle la razón, en ese punto. Matizando, inmediatamente… sus declaraciones, siempre un poquito fuera de tiesto, caen en un momento en el que los europeos han comenzado a invertir más en su propia defensa, bajo la presión del terrorismo islámico y las ambiciones de potencia de Rusia y Turquía. Alemania ha incrementado su presupuesto militar en unos 3.000 millones de euros por año. Francia ha prometido cumplir sus compromisos con la OTAN, incrementando su esfuerzo de defensa al 2 % del PIB, hacia el 2025. La Unión Europea tiene previsto coordinar y mejorar las inversiones militares de sus miembros, dotándose de un centro de mando, incrementando sus fondos destinados a la investigación e innovación en el terreno de la seguridad. El desafío inmediato es acompañar y coordinar esos esfuerzos europeos, restaurando la alianza entre las democracias, amenazada por el comportamiento de Donald Trump.
–El terrorismo es un nuevo terreno de convergencia entre los aliados… sin embargo, la inseguridad en los guetos urbanos (Marsella, los suburbios del norte de París, etcétera) es un problema puramente nacional, de entrada… y usted mismo ha escrito que muchas zonas de Francia llevan años al borde de la guerra civil étnica.
-La dificultad de la lucha contra el terrorismo islámico está ligada a su naturaleza múltiple y evolutiva. Es necesario coordinar varios frentes… la proyección de las fuerzas militares en las regiones donde se encuentran los grandes focos yihadistas (Oriente Medio, Magreb, Sahel), la infiltración a través de distintas olas de refugiados, la radicalización de grupos o individuos que viven en nuestras democracias. Se trata de una amenaza híbrida, interior y exterior, criminal y terrorista. Después de Al Qaida y el Estado islámico, es de temer una mutación próxima, en forma de redes sociales, a través del todo el mundo desarrollado, occidental. Europa constituye un blanco prioritario para los yihadistas, por razones históricas, demográficas y geográficas. Solo se puede luchar contra esa amenaza, híbrida y compleja, a través de estrategias globales, que integren la acción militar, la diplomacia, la ayuda al desarrollo, las políticas de integración. Estrategias que deben desplegarse a nivel nacional y a nivel europeo. Europa debe rearmarse. Y ese rearme debe ser militar, económico, político, intelectual y moral.
Francia vota el tsunami anunciado… dando poderes absolutos a Macron.
LRM et le MoDem vers une majorité écrasante.
Macron, absolutismo posmoderno.
Pablo Eugenio Fernandez Jiménez says
Militar, económico, político, intelectual y moral, ahí es nada el rearme.
Interesante entrevista. Y me alegro porque de alguna forma leo que Alemania carece de ese rearme moral, perdón, mejor expresado, que está más preocupada por el rearme económico. Y esa es la oportunidad de Francia, que Europa, gracias a ella, vuelva a ser epicentro de la civilización, como propuesta de libertad, derechos sociales y cultura.
Pero tampoco Baverez obvia el yihadismo. Habla de defensa Militar, control de las Fronteras.
Mira, Quiño, lo de no guardar el minuto de silencio la selección de Arabia Saudí en el partido de fútbol contra Australia, tras los atentados de Londres, es un síntoma. Me recordó el silencio cómplice de muchos tras los atentados de ETA. Y es que no se puede justificar la muerte de un inocente, no es medio el terror. Y ya no se trata de unos niños criados en la banlieu, se trata de países, aliados nuestros, donde no está permitido confesiones religiosas distintas a la imperante, donde la mujer, la orientación sexual…son castigadas, reprimidas, ajusticiadas…y nosotros nos engañamos con la semántica para no llamar a las cosas por su nombre.
Europa, para mí, con sus pecados, es la mejor proposición para el mundo de hoy, de largo. Y Emmanuel Macron, Macroleón puede liderar esa antorcha.
JP Quiñonero says
Pablo,
Una miqueta optimista te leo, pero, bueno. El macronismo también es un optimismo. De ahí a «liderar» Europa va mucho trecho. Todo dependerá de lo que ocurra los próximos meses. La victoria del partido de Macron oculta provisionalmente el penoso estado de Fondo de una Francia que se toma un respiro vocacional. Veremos…
Q.-
txema says
Interesante entrevista, gracias
Como estan dsitraidos con la poltiica les han robado una vez mas el R Garros 🙂
saludos
JP Quiñonero says
Encantado, Txema. Efectivamente, lo de Roland Garros tiene para mi algo de nostálgico. Lo retomo esta tarde o mañana.
Avanti..!
Q.-
Pablo Eugenio Fernandez Jiménez says
Claro, el macronismo es un optimismo. Ángela no es mi tipo, tampoco Theresa, y creo que Brigitte tiene su aquel, oye.
Esperando al 18 de junio quedo.
JP Quiñonero says
Pablo,
No entraré en el sexy de las políticas, para no decir horrores, vaya. Casi puedo escribir ya la crónica del 18 by night, pero bueno. A esperar…
Q.-
luis says
La entrevista es bien interesante. No sé porqué extraña asociación me he acordado de aquello de «que buen vasallo si hubiese buen señor». El mundialismo, el NOM, el club Bilderberg, el señor Soros estarán satisfechos con la elección del señor Macron. Ah, se me olvidada la mujer del señor presidente, también.
Na, tonterías mías.
PD
¿Podría decirnos cuántas elecciones triangulares habrá el domingo 18? He estado buscando los datos en la prensa francesa, pero no los encuentro.
luis says
Acabo de encontrarlo en «Le Figaro». Lo copio para que lo vean sus lectores.
1. – C’est la conséquence d’un fort taux d’abstention. Sauf désistement éventuel, il n’y aura qu’une seule triangulaire au second tour. En effet, pour se maintenir le week-end prochain, les candidats devaient réunir les suffrages d’au moins 12,5 % des électeurs inscrits. La seule triangulaire aura lieu dans la 1ère circonscription de l’Aube. En 2012, 46 circonscriptions avaient trois candidats qualifiés au second tour, 12 s’étaient ensuite désistés. De la même manière, seuls quatre députés ont été élus à l’issue de ce premier tour.
JP Quiñonero says
Luis,
Estás en todo oye. No había caído en la originalidad de ¡una sola triangular! ¡hasta donde vamos a llegar!… En realidad, ahora que no nos oye nadie, algo hay de «perverso» en el modelo francés. En un país de 67 millones de habitantes, el voto de apenas 6.390.797 electores (apenas el 13,43 de los inscritos) dará un poder absoluto a un presidente muy joven, acompañado por una tropa sin experiencia… «por sus obras los conoceréis…»
Q.-
luis says
Hace unos días le di la «turra» con esta situación que aclaró con sencillez en un artículo suyo. Es que me parece que es un camelo lo del 12,5 % de los votos inscritos. Nos hacen creer que se podría elegir entre tres o más. En lenguaje futbolero es Real Madrid o Barcelona, PSG o Olimpique de Marseille…
¿Quién está dirigiendo por detrás, por arriba, por abajo, por el lado, al emperador Macron? Me temo lo peor. Lo iremos viendo.
JP Quiñonero says
Luis,
La abstención, tan excepcional, ha «falsificado» parcialmente los resultados. Les ha dado una dimensión un poco fuera de lo común. Muchos electores quizá voten el domingo que viene, pero no será suficiente para modificar las grandes líneas de la primera vuelta. Veremos,
Q.-