Arenys, 2 agosto 2014. Foto JPQ. “¡Nuestros sueños no caben en sus urnas!”.
Los mejores especialistas llevan años anunciando una implosión que tiene efectos desestabilizantes para Cataluña, España y Europa:
[ .. ]
La Vanguardia, 9 abril 2016. Ànnial Monreal y Laura Aragó, Evolución de la opinión de los catalanes respecto a la relación Catalunya – España.
“Un nuevo ideario… En enero de 2007, Vicenç Villatoro -intelectual prestigioso del campo nacionalista- publicaba un revelador panfleto de urgencia titulado L’engany [El engaño] en el que sostenía que aquel nuevo tripartito podía suponer un peligroso punto de inflexión: “una propuesta que supone la abolición del eje nacional como eje político significativo y la consagración de la confrontación entre derechas e izquierdas como relato central de la política catalana”. En febrero, Patricia Gabancho daba a conocer un ensayo lúcido que tendría notable éxito –El preu de ser catalans [El precio de ser catalanes]- y cuyo subtítulo dejaba clara la tesis que defendía: Una cultura mil·lenària en vies d’extinció. [Una cultura milenaria en vías de extinción]. Y al llegar el triste abril, el notario Alfons López Tena -vocal del Consejo General del Poder Judicial- presentaba otro tratado que durante semanas estuvo instalado en la lista de los libros más vendidos de no ficción: Catalunya sota Espanya. L’opressió nacional en democràcia [Cataluña bajo España. La opresión nacional en democracia]. No menos significativo fue el inicio de una serie de artículos de Ferran Mascarell -emblema del maragallismo cultural, durante años en el Ajuntament pero también por unos meses conseller en el último gobierno Maragall- que empezó a publicar en la prensa (y que luego recopilaría en Catalanisme deucentista). El 21 de junio de ese 2007 apareció el primero y fue en El País: Nous i vells catalanismes [Nuevos y viejos catalanismos]. Su idea era que el catalanismo histórico había quedado obsoleto y que, si no lograba refundarse, “Cataluña seguirá desdibujando su personalidad, perdiendo peso específico en España y muy probablemente también en el mundo”. Para evitar esa pérdida de personalidad debía realizarse una revisión en profundidad, “reinventar un ideario colectivo de futuro”.
Fue durante esa legislatura, la de los hechos más que palabras, cuando Artur Mas asumió el reto refundador. Tras meses de creación de expectativas, el 20 de noviembre de 2007 dictó la conferencia El catalanisme, energia i esperança per a un país millor [El catalanismo, energía y esperanza para un país mejor].
[ .. ]
“Éste sería el núcleo del nuevo ideario colectivo, para usar la expresión de Ferran Mascarell. “El derecho a decidir de los catalanes hunde sus raíces en las convicciones y en las creencias más genuinamente democráticas”, afirmó aquella noche Artur Mas, “el derecho a decidir de un pueblo es el ejercicio de la democracia en estado puro…” Jordi Amat, La mutación del catalanismo, La Maleta de Portbou, julio / agosto 2015.
Las negritas son mías.
“Desde 1886 y hasta 2012, el nacionalismo catalán se caracterizó por una línea ideológicamente ambivalente y en ello residió su éxito. Encarnaba una vaguedad expresa, que tuvo impacto en una parte significativa de los votantes. A la larga, tal orientación se adaptó, con efectivo juego de contradicciones, a las exigencias cambiantes de la política de masas.”
[ .. ]
“Hacia 1972, los polítólogos catalanes dejaron de lado la exploración de la nebulosa ideología nacionalista y establecieron un modelo de análisis basado en el comportamiento de partidos, dentro del marco del reconocimiento de la primacía de la política electoral. Lo hicieron con una perspectiva a largo plazo que se remontaba a finales del siglo XIX, lo que facilitó que los historiadores aceptaran su paradigma, a pesar de que esta metodología ignora otras presencias políticas no orientadas hacia el sufragio. El “catalanismo” como plataforma electoral ambigua rindió invisibles a los extremistas independentistas.”
[ .. ]
“Pero el reciente cambio en el nacionalismo catalán ha invertido los valores operativos: hoy la indeterminación resulta inaceptable y lo explícito se ha convertido en el nuevo estilo, aparentemente correcto. La llamada dominante rechaza las instituciones representativas. La democracia plebiscitaria se ha convertido en una obsesión, con una consiguiente desconfianza hacia los “políticos”, y por lo tanto, una suspicacia implícita hacia los parlamentos . Si se revela acertada a largo plazo la hipótesis del fin del consenso “catalanista” iniciado en 2012 y sostenido en los últimos comicios, entonces la corriente mayoritaria a favor de la independencia en las calles y en la prensa nacionalista implica una ruptura con la votación parlamentaria de tipo clásico y acabará de fagocitar sus partidos históricos…» Enric Ucelay da Cal, 2 octubre 2015. El País, El desgaste de la marca catalanismo.
Las negritas son mías.
Si los análisis de Enric Ucelay da Cal y Jordi Amat fuesen correctos -y así lo pienso- la transición e implosión del catalanismo histórico, pasando de Valentí Almirall, Torras i Bages, Prat de la Riba, Cambó y Jordi Pujol al “derecho a decidir”, puede tener efectos desestabilizantes para España y para la construcción política de Europa.
Artur Mas, del NO al referéndum al SÍ o SÍ al derecho a decidir.
España / Cataluña, el 1-O… la crisis del derecho a decidir anunciada por Solé Tura.
España / Cataluña, tras el 1-O… esperando la DUI, el 155, una solución a la griega.
España / Cataluña, tras el 1-O… esperando la DUI, el 155, el modelo Cartagena.
La revuelta de los ayuntamientos catalanes y el Cantón de Cartagena de Sender.
España / Cataluña, tras el 1-O… esperando la DUI, el 155, el Aquelarre.
España / Cataluña, tras el 1-O… esperando la DUI, Disparate de toros.
La nueva edición de mi libro De la inexistencia de España, con prólogo de Jordi Amat, estará en librerías el próximo otoño y comienza con esta frase: ¿Cuál es el origen último de la más grave de las crisis seculares de España?
Deja una respuesta