Mataró, 2 febrero 2018. Foto JPQ.
El “hecho biológico” español comenzó a popularizarse a finales del XIX y principios del XX.
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En su ensayo Cultivo de la Especie Humana. Herencia y Educación (1904), Enrique Madrazo, un cirujano que podría calificarse de “progresista”, proponía la creación de un Centro para la promoción de la Raza, destinado a “poner remedio al declive biológico de los españoles”.
Tras la Guerra civil, la intelligentsia franquista rescató el Día de la Raza con el que se celebraba el descubrimiento de América, desde 1913, utilizando un discurso racial en nombre de la “Raza Hispánica”, la “Raza Castellana”, cuyos fundamentos ideológicos habían sido elaborados varias décadas atrás durante la ascensión del fascismo español, Falange Española.
En Catalán, Francesc Cambó lanzó una de sus más célebres reclamaciones autonómicas, el 20 de noviembre de 1918, utilizando esta frase célebre: “Yo os digo que el nacionalismo catalán es un hecho biológico”. Teorizando el catalanismo de izquierdas, Antoni Rovira i Virgili volvió a referirse años más tarde al mismo “hecho biológico catalán”.
En su estudio El periodo de entreguerras, 1919 – 1939, reconstruyendo la ascensión social, cultural y política de los regímenes totalitarios, Susana Vázquez Gersósimo recuerda cómo el concepto de “hecho biológico” fue una de las matrices culturales de fascismo y nazismo: “ [Para ellos] Hay un hecho biológico universal: la Elite social, o aristocracia natural aporta la inteligencia y la dirección a las masas ignorantes”.
No es un secreto que el concepto “hecho biológico” fue utilizando en Moscú y Berlín, durante los años 30 del siglo XX, con fines políticos atroces: exterminio físico de las “minorías” sociales, culturales, políticas y “biológicas”.
Con esos antecedentes, el recurso del giro verbal “ADN político”, en nuestro tiempo, hoy, no solo en España / Cataluña, tiene una dimensión “genética” políticamente ambigua y peligrosa.
Utilizar la “huella genética” del ADN como recurso de “identificación” política quizá sea algo mucho más grave que “ambiguo”. La imprecisión “filológica”, en el mejor de los casos, tiene un alcance devastador para la cultura y una dimensión política perversa, digámoslo así.
El “hecho biológico” catalán y francés visto por Bertolt Brecht.
Navarra y la importancia de su “hecho biológico / diferencial”.
Odio sembrado con semillas de Estado.
Cataluña y el “hecho biológico catalán” (2).
Laura says
Todo eso que dice suena muy bien. Pero temo que caiga fatal. Escucho ese latiguillo por todas partes.
JP Quiñonero says
Si, Laura… de ahí esta anotación: salir al paso de un «latiguillo» que se repite de manera mecánica, una miqueta sonámbula de la peor especie, para mi gusto.
Q.-
jose says
El siglo XIX y parte del XX se caracteriza por la eugenesia y el genocidio de pueblos enteros por ser considerados inferiores. Galton sobrino de Darwin es en cierta manera promotor de la Eugenesia. El propio Darwin en su libro sobre el origen del hombre explicaba que el imperio español entró en decadencia porque los hombres más inteligentes hacían el voto de celibato y no tenían hijos….Los Huxley divulgaban su obra por todo el mundo. H. Spencer el padre del darwinismo social era recibido en todas partes enseñando, como uno de los padres de la sociología, «la ley del mas fuerte y la destrucción del mas débil». Así nació la justificación de la supremacía del hombre blanco. Diferencias de razas que ha llegado hasta hoy día. Una teoría que sirve para justificar todas las perversiones y patologías políticas del hombre blanco y no blanco. Darwin para la burguesía (o elite) capitalista y Lamarck para la burguesía (o elite) comunista. Hoy a un confunden las leyes de la naturaleza con las de la sociedad. Nacemos desiguales en belleza, inteligencia, salud…la sociedad puede aumentar las desigualdades de la naturaleza o amortiguarlas o esperar la sociedad de los clónicos. Esperemos a ver a donde vamos con la biotecnología. Hoy solo son plantas y animales. El homo para mas tarde o no. En la distopía de A. Huxley la política es fagocitada por la nueva biología. G. Orwell en su distopía fagocita la política con el nuevo panóptico urbano. Estos chicos de Eton…
JP Quiñonero says
Jose,
No se, no se… supongo que OK más o menos a todo; pero… la «calificación» política y cultural desde una óptica genética me resulta difícil de soportar y tragar. Me parece una deriva peligrosa. Sin duda, mucha gente solo la utiliza a la ligera… me pregunto si no es algo todavía peor: hablar a tontas y locas de cosas esenciales, para la cultura y para la identidad.
Q.-
Irene says
Sí, se usa demasiado y como ‘sin darse cuenta’, lo cual es terrible…
JP Quiñonero says
Irene,
Sí… llevas razón ese «sin darse cuenta» tiene algo de sonámbulo, lo cual, efectivamente, es introducir «genética» para calificar identidades, lo cual nos lleva, ay, a los sonámbulos de Herman Broch y la ascensión del…
Q.-