Boulevard Montparnasse, 15 marzo 2018. Foto JPQ.
El 78,7 % de los lectores del semanario Le Point (liberal independiente) estiman que los jubilatas son los grandes perdedores de los primeros diez meses del mandato presidencial de Emmanuel Macron.
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Boulevard Montparnasse, 15 marzo 2018. Foto JPQ.
Decenas de millares de pensionistas se han manifestado en París y una docena de ciudades de provincias para protestar contra la pérdida del poder adquisitivo, debido al incremento de la fiscalidad y el estancamiento de las pensiones de jubilación.
El incremento del 1,7 por ciento de la Contribución social generalizada (CSG) ha sido la “gota” que ha terminado por hacer “desbordar” una irritación que venía incubándose desde hace meses.
La CSG es un impuesto especial concebido para intentar favorecer alguna forma de “solidaridad” entre generaciones, financiando en cierta medida las cuentas sociales del Estado. Los jubilados franceses se consideran víctimas de un incremento que consideran injustificado, en su caso. “Cuando se cobran mil o mil quinientos euros de pensión, mensuales, ese impuesto penaliza de manera abusiva a muchos jubilados”, comentan los portavoces de las asociaciones de pensionistas. Los sindicatos, por su parte, estiman que los jubilados franceses pierden o pueden perder varios centenares de euros, en unos ingresos anuales “muy mermados”. Se trata, a su juicio, de un empobrecimiento relativo pero continuado, desde hace varios años.
Asociaciones de pensionistas y sindicatos tienen este “pliego de cargos”:
-Revisión a la alza de las pensiones, que llevan varios años congeladas o revisadas muy mínimamente. Se trata del punto central de todas las protestas.
-Revisión o congelación, para los jubilados, de la CGS, cuyo aumento penaliza y recorta el poder adquisitivo.
-Medidas de urgencia para las instituciones y residencias víctimas de una crisis que lleva años incubándose.
-Ayudas directas o indirectas para los servicios de ayuda a domicilio de personas dependientes.
El movimiento de protesta de los pensionistas franceses ha crecido de manera significativa durante el último trimestre. Se trata de un movimiento de contestación de nuevo cuño, favoreciendo la unión de ocho sindicatos, a los que se han sumado organizaciones de muy diversa índole.
A las manifestaciones de protesta de los pensionistas, en París y una docena de ciudades de provincias, se han sumado representantes de gran número de establecimientos públicos y privados, clínicas, residencias de ancianos, hospitales especializados, a quienes varios informes parlamentarios califican de “personal maltratado” en los presupuestos del Estado.
En la manifestación de París, varios millares de pensionistas, entre los 60 y los 75 años, gritaban a coro frases de este tipo: “¡Macron, estás jodido, los viejos estamos en al calle!”. “¡Macron, jubílate, nosotros queremos nuestra pasta!”. “¡Macron, no te quedes con nuestra pasta!”. “Macron, no toques mi pensión”.
Le Parisien, “¡Ojo al peligro viejos / jubilatas!”.
RTL, Retraités : une «grogne qui peut être dangereuse», estime Alain Duhamel.
Jubilatas y pensionistas franceses: más pobres que ayer, pero menos que mañana, en Odeón.
Jubilados y mujeres mayores: más pobreza y precariedad.
José says
Los viejos. Si los de la tercera, cuarta, quinta…edad nos van arruinar. Que haremos nosotros los de la elite mundial. No podremos ir de Davos a los hoteles mundiales del club Bildelberg. Nos quedaremos en el paro. Las masas no nos necesitan. Los viejos no quieren morir segun estacion de metro que vivan. Todos saben que viven en la misma estacion. Nuestras casas estan fuera de la red de metro. Estos viejos son leidos saben que sus antepasados hicieron revoluciones en Inglaterra. America. Francia, Rusia, China… Son los mismos que cuando eran jovenes hablaban con los muertos pues sabian leer. Hoy viejos pero peleones. Saben que esta vez si se hunde el barco no habra muertos que leer ni vivos que admirar.
JP Quiñonero says
José,
Si… creo que resumes muy bien todas las cuestiones de fondo: «Viejos, pero peleones…» A ver.
Temo que será uno de los temas de fondo de los próximos años: más jubilatas, más pobres, con menos dinero por repartir…
La cosa tiene algo bueno: se vive más, los viejos son más jóvenes, comen mejor y dan más guerra, lo que me parece francamente sano, qué quieres que te diga.
Queda la cuestión de fondo… ¿quién paga las pensiones? Temo que los jubilatas de mañana sean más pobres, ay… razón de más para seguir dando guerra, claro.
Avanti..!
Q.-