Rue des Carmes, 23 abril 2018. Foto JPQ.
París, cuando llega la primavera, work in progress.
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Sainte-Geneviève…
… la Montagne Sainte-Geneviève, en este caso, un barrio, sin ser completamente un país, en el sentido que le da Daniel Halévy, amigo y condiscípulo de Proust, en una obra memorable y clásica, Pays parisiens (1929). La montaña donde Clovis y su esposa Matilde hicieron construir la iglesia consagrada a la santa patrona de París, futuro Panteón nacional.
Ignacio de Loyola, Ungaretti, Hemingway, Gaston Bachelard, Ramon Llull, entre muchísimos otros, vivieron o frecuentaron el barrio, atraídos por la periferia de la Sorbonne, el Liceo Henri IV, la École polytechnique, los tugurios, bares y vida nocturna, animada en otro tiempo por algunos clubs de jazz de gloriosa memoria.
Recordando su vida en un hotelucho del barrio, a dos pasos del lugar de mi fotografía, Ungaretti escribió un poema consagrado a un amigo, hablando de temas eminentemente actuales: la guerra, el destierro, la inmigración, la soledad, el desarraigo, el suicidio:
IN MEMORIA
Locvizza il 30 settembre 1916.
Si chiamava
Moammed Sceab
Discendente
di emiri di nomadi
suicida
perché non aveva più
Patria
Amò la Francia
e mutò nome
Fu Marcel
ma non era Francese
e non sapeva più
vivere
nella tenda dei suoi
dove si ascolta la cantilena
del Corano
gustando un caffè
E non sapeva
sciogliere
il canto
del suo abbandono
L’ho accompagnato
insieme alla padrona dell’albergo
dove abitavamo
a Parigi
dal numero 5 della rue des Carmes
appassito vicolo in discesa.
Riposa
nel camposanto d’Ivry
sobborgo che pare
sempre
in una giornata
di una
decomposta fiera
E forse io solo
so ancora
che visse
Wenceslao Maldonado tradujo así ese poema:
Locvizza, 30 de setiembre de 1916
IN MEMORIAM
Se llamaba
Moammed Sceab
Descendiente
de emires de nómadas
suicida
porque no tenía más
Patria
Amó a Francia
y se cambió el nombre
Fue Marcel
pero no era francés
y ya no sabía
vivir
en la tienda de los suyos
donde se escucha la cantilena
del Corán
tomando un café
Y no sabía
soltar
el canto
de su abandono
Lo acompañé
junto a la dueña de la pensión
donde vivíamos
en París
en el número 5 de la rue des Carmes
lánguida callejuela en bajada
Descansa
en el cementerio de Ivry
barrio que parece
siempre
en un día
de
feria descompuesta
Y tal vez yo sea el único
que sabe todavía
que vivió
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Fina says
Quiño,
Hermoso el poema de Ungaretti en memoria de Moammed Sceab…
Da constancia de su paso por nuestro mundo.
Gracias por todas las historias que nos cuentas de tu París…
JP Quiñonero says
Fina,
Ah, Ungaretti… no sé si está de moda; tanto da. Un poeta enorme, muy enorme.
París… sospecho que mi vida comienza a confundirse con mis vagabundeos…
Gracias…
Q.-