Campos Elíseos, 7 diciembre 2018. Foto JPQ.
La batalla (¿?) comienza con un peinado militar…
[ .. ]
Emmanuel Macron ha movilizado a 89.000 soldados, anti disturbios, gendarmes y policías para intentar disuadir o neutralizar la nueva jornada de corte de carreteras, manifestaciones y batallas campales orquestadas por el movimiento de los chalecos amarillos, que se ha dividido entre militantes hostiles a la violencia y militantes partidarios de la “revolución nacional”.
Édouard Philippe, jefe de Gobierno, recibió ayer noche a una delegación del colectivo chalecos amarillos “libres”, hostil a la violencia, varios de cuyos miembros han hecho un llamamiento pidiendo la no participación en las manifestaciones de París, que denuncian como una “trampa”, una “ratonera”.
A la misma hora que el primer ministro recibía a los chalecos amarillos “libres”, el ministerio del Interior hacía llegar al Elíseo un análisis sobre la radicalización “extrema y revolucionaria” de muchos chalecos amarillos, con una participación creciente de grupúsculos de extrema derecha que dicen desear “derrocar” el régimen, dar un “golpe de gracia a la V República”.
El análisis de los especialistas del ministerio del Interior llega a esta conclusión: “Los movimientos de ultra derecha , ferozmente hostiles a las instituciones, utilizan la contestación de los chalecos amarillos y destilan un discurso de tendencia revolucionaria”. Agregando: “Las figuras emblemáticas de esa ultra derecha violenta dicen hablar en nombre de la revolución nacional”.
Varios de los portavoces de esos movimientos ultra derechistas, violentos, han sido identificados. Yvan Benedetti, antiguo líder de un grupúsculo disuelto, “Obra francesa”, ha escrito: “Más allá de la izquierda y la derecha, hay una sola Francia, un solo pueblo, un solo objetivo, el triunfo de la revolución nacional. ¡Viva los chalecos amarillos”. Otros líderes emergentes de la ultra derecha, como Hervé Lalin y Alexandre Gabriac, antiguo líder de las Juventudes nacionalistas, se sirven de la “franquicia” de los chalecos amarillos para lanzar proclamas contra la mundialización, contra la inmigración, contra la uniformación de las culturas.
Si la irrupción en la crisis de la ultra derecha violenta inquieta profundamente al gobierno, es una evidencia que el movimiento de los chalecos tiene muchos otros rostros.
Jean-Luc Mélenchon, extrema izquierda, invita a la acción, esperando la movilización pacífica. En la Francia profunda, los colectivos de chalecos amarillos que cortan carreteras y autopistas no siempre tienen una filiación política clara. Y tampoco se movilizan siempre siguiendo los mismos criterios.
Un 68 % de los franceses siguen “apoyando” las reivindicaciones originales, contra el precio de los carburantes y la carestía de la vida. Pero las concesiones del gobierno han precipitado nuevas reivindicaciones más genéricas, de la restauración del impuesto de las grandes fortunas a la mejora del poder adquisitivo y los servicios públicos en las zonas geográficas menos favorecidas.
Ante la división aparente de la parte más visible del movimiento de los chalecos amarillos el gobierno de Emmanuel Macron espera para este sábado menos manifestantes pero mucho más radicales y violentos.
El 17 de noviembre hubo unas 282.000 personas movilizadas en toda Francia. Una semana más tarde, la cifra de los manifestantes descendió a 166.000. El 1 de diciembre hubo 136.000 manifestantes, pero la jornada culminó con violencias e incendios espectaculares. Hoy se esperan quizá menos de 100.000 manifestantes. Pero el Estado ha movilizado 89.000 soldados, anti disturbios, gendarmes y policías, 8.000 de ellos en París, donde habrá líneas de metro cortadas, establecimientos cerrados y un perímetro de zonas estratégicas en estado de sitio.
Varios grupúsculos han anunciado su deseo de “llegar” al Elíseo. Campos Elíseos y Arco del Triunfo, el monumento emblemático del patriotismo nacional, estarán en el corazón geográfico de la crisis, que también tiene una dimensión política espectacular. Las izquierdas se manifestaban históricamente en las plazas de la Bastilla y la República. Los chalecos amarillos, infiltrados por la ultra derecha, han elegido el Arco del Triunfo, que la semana pasada fue profanado con violencia.
Macron / Chalecos amarillos… la guerra de una franquicia / galaxia que tiene muchos rostros.
Macron pide socorro a los sindicatos, los partidos políticos y la patronal.
Macron / Chalecos amarillos… Francia coquetea con la idea de un Mayo del 68 de las clases medias.
Macron y los chalecos amarillos: angustia social, crisis sindicatos y partidos, violencia urbana.
Macron / Chalecos amarillos… Arde París, tras la ocupación y “profanación” del Arco del Triunfo 3.
Macron / Chalecos amarillos… Arde París, tras la ocupación y “profanación” del Arco del Triunfo 2.
Macron / Chalecos amarillos… Arde París, tras la ocupación y “profanación” del Arco del Triunfo.
ABC, 2 diciembre 2018, Arde París sumido en el caso de la revuelta de los chalecos amarillos.
Le Monde: “Gilets jaunes”: voitures incendiées, magasins pillés… les violences s’étendent dans Paris.
Macron / Chalecos amarillos… “¡Más madera..!”.
Macron cambia de chalecos amarillos y extrema derecha.
Macron / Chalecos amarillos… batalla campal en los Campos Elíseos.
José says
Las metropolis necesitan sus propios ejercitos para mantener el orden en sus propias casas. Vigilar sus muros sus manifestaciones sus elites sus castas..
O bien para defendelos o bien para cambiar. El pueblo sale a la calle quiere recuperar aquello que le niegan. En esta epoca de la destruccion mutua asegurada el nuevo oficio no es ir a paises lejanos a buscar no se sabe que. Hoy los llaman para que vuelvan a casa para ayudar a sus policias nacionales y actuar a la orden y objetivos de no se sabe quien. Los ejercitos nacionales en nuevas organizaciones militares han perdido el patriotismo en el extranjero. Hoy vuelven a casa para ayudar a los suyos
Hoy todos estan en igualdad de condiciones para el nuevo modo de organizarse. Soldados militares funcionarios servidores de todos y no de unos pocos.
JP Quiñonero says
José,
A decir verdad, no te sigo mucho…
«El pueblo sale a la calle quiere recuperar aquello que le niegan…» No lo tengo muy claro.
Pueblo somos todos, incluso los que no piensan como nosotros. En el lío francés en curso, los tales chalecos utilizan una franquicia que tiene muchos rostros, incluso antagónicos,
Q.-