Mavrommatis Passy, 11 diciembre 2018. Foto JPQ.
Entre tragedias y líos, comida muy agradable con Ségolène Royal, organizada por Alberto Toscano.
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“El primer problema de fondo de la crisis de los chalecos amarillos es la inexperiencia de Emmanuel Macron. Se metió él solo en la boca del lobo…” nos dice la ex ministra y ex de François Hollande.
Ségolène razona por lo menudo la crisis nacional en curso, con la finura de una gran profesional de la política, poniendo el dedo en unas llagas que los frentes sociales, económicos, políticos y culturales de la crisis impiden percibir con claridad.
“Macron vive encerrado en su búnker del Elíseo, como tantos otros presidentes, antes que él. Su altivez orgullosa, su lenguaje perentorio y un poco autoritario, caen fatal en un hombre de la calle, que, con frecuencia, se siente despreciado, si se encuentra en una situación social más o menos precaria”, insiste Ségolène, que considera positivas pero tardías las concesiones de Macron, a quien hace otro reproche quizá sensible:
“De la noche a la mañana, se multiplican los gestos y discusiones con mucha gente, pero, oigan, no sé si se han fijado: las mujeres están ausentes o poco presentes en todas esas discusiones. Basta ir a una carretera de provincias para advertir, sin embargo, que las mujeres en situación precaria están en el corazón de la crisis”.
“Se le entiendo todo”, le digo: “Además, habla usted con mucho humor, ha perdido el tono sentencioso y un poco “marcial” de otras épocas… ¿a qué se debe? ¿Es feliz? ¿Cómo lleva su vida íntima?”
Se echa a reír y me responde: “… soy feliz; y soy libre..”.
Doña Letizia y Ségolène… “Ministra, acérquese a la Reina para salir en la foto”.
Ya te leí ayer esa comida con Ségolène, desde fuera, la ex de François, parece muy atractiva. Ya le disputó en su día, creo recordar, Quiño, la presidencia del PS francés, y pensé que puede ser una propuesta de sensatez ante la altivez y desquicio de Macron. Al menos salir de la montaña rusa donde está sumida Francia.
Desconozco su situación personal actual y proyecciones de futuro.
Pablo,
Bueno… Ségolène comenzó como telepredicadora llegó a ser una suerte de sex symbol «socialista», aspiraba a presidenta… traicionada, desencantada, vuelve a dar guerra por libre… tiene más sentido del humor del que parece, pero puede descarrilar de la manera más aparatosa e imprevisible, en cualquier momento, ay…
Q.-
PS. Llevo años fotografiándola y escribiendo de ella: lo tienes todo en este Infierno.
Uffff, mejores chicas las encuentras los domingos en Saint Ouen😋
Quiño,
Precioso retrato improvisado, te ha salido requetebién. Debías estar lo suficientemente cerca…claro. ¡Y que luz tan cálida!
Me encanta ese gesto tan femenino y natural que has captado, transmite «la joie de vivre». Gracias.
Mavrommatis (ojos negros) me suena a griego…Así me gusta, Quiño, que no sean todo tragedias y líos.
Buenas noches a todos.
Ah, qué ilusión, Fina,
Sí. Además, el matiz de Mavrommatis… restaurante griego / libanés / con una cocina digamos que libanesa.
Oséase, que encantado de la vida y tu generosa cordialidad.
Avanti..!
Q.-
Ay, pero qué bonita foto! la belleza en medio del caos! si señor, se agradece el gesto, tuyo y de Ségolene.
Ana,
Encantado, oye.
¡Viva Rosa Chacel..!
Q.-