Bulevar Saint-Germain, 5 enero 2019. Foto JPQ.
Macron / Chalecos amarillos… arde Saint-Germain-des-Prés.
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En París, la VIII jornada de movilización de la franquicia de los chalecos amarillos culminó con incendios y enfrentamientos muy violentos en el corazón histórico más “chic” y “glamour” de la capital, ante la iglesia de Saint-Germain-des-Prés.
En toda Francia, la jornada volvió a marcar un retroceso significativo de la movilización, poco más de 20.000 manifestantes, en un país de 67 millones de habitantes.
Sin embargo, en París, sorprendió la brutalidad de los incendios y enfrentamientos en el corazón más popular y cosmopolita del bulevar Saint-Germain, entre la iglesia ortodoxa ucraniana (frente al hotel donde se hospedó Antonio Machado) y el bulevar Saint-Michel. Un incendio cada cien o doscientos metros. Cargas con gases lacrimógenos durante un par de horas.
Hay que imaginar, en Madrid, un trayecto entre la Puerta de Alcalá y el número 61 de la calle Serrano. En Barcelona, hay que imaginar un trayecto entre la Plaza de Cataluña y la Diagonal. Ese fue el escenario parisino de los enfrentamientos de la tarde del sábado, muy espectaculares.
Los incendios y “barricadas” comenzaron por sorprender a las fuerzas del orden que tardaron en llegar una hora larga hasta los primeros incendios, frente a la iglesia ortodoxa ucraniana. Con la llegada de varios centenares de anti disturbios comenzó una batalla campal que duró varias horas. Entre los chalecos amarillos “tradicionales” había decenas quizá centenas de jóvenes radicales, de extrema izquierda y de extrema derecha, bien pertrechados para montar micro “barricadas” a las que pegaban fuego antes que las cargas de los anti disturbios provocasen la dispersión forzada.
¿Cuál es el “sentido” de los enfrentamientos, en el marco de la protesta “global” de los chalecos amarillos? Puro nihilismo anti sistema.
Los chalecos amarillos tradicionales, de extrema izquierda y extrema derecha, piden la “dimisión” de Emmanuel Macron y la “democratización” de Francia. Los grupúsculos violentos que han comenzado a aparecer, al final de todas las jornadas amarillas no tienen reivindicaciones conocidas: se trata de una protesta nihilista, anti sistema, global.
Macron / Chalecos amarillos… batalla campal en Saint-Germain-des-Prés 2.
Macron / Chalecos amarillos… batalla campal en Saint-Germain-des-Prés.
José says
Los barrios de lujo calma y voluptuosidad en llamas. Un sistema que funciona basado en el egoismo individual es normal que cuando unos pocos lo monopolizan los muchos se cabreen y ellos quiran parte de los beneficios. El vicio es el motor que crea las virtudes publicas y la violencia polimorfa es el motor del mercado. Sin corrupcion saqueo robo esclavitud… no existiria esta sociedad de individuos atomizados seria otra cosa. Hay riqueza para grandes obras armas hoteles trenes aviones..
que no son de nadie en concreto. Hoy mios mañana tuyos. Todo puede ser botin de alguien. Macron el corazon de Francia siente los latidos de un probable ictus del liberalismo democratico. Toca al liberalismo de los extremistas. O los individuos del estado o el estado de los individuos. Los chicos anglosajones de Eton estan mas vivos que nunca. Opio o control.
JP Quiñonero says
José,
Creo que no te sigo mucho… no.
En este caso concreto no hay nada de épico y social. La cosa está más cerca de Naranja mecánica, o algo mucho más sórdido y vulgar, menos lírico y «subversivo».
Francia quizá sea país más socializado de Europa… y quienes pegan fuego en esa y otras imágenes no son exactamente pobres, son otra cosa, con unas dosis de ignorancia de lo más turbio y patético. De hecho, muchos de esos se pasean enarbolando la bandera nacional… en fin; vivir para ver,
Q.-
José says
Tienes razon la incultura francesa es algo nuevo. Cuando los intelectuales franceses han educado a parte del mundo desde Senegal a Pakistan
De Vietman a Siria y a su vez alimentandola con culturas particulares. Pero el mundo actual funciona sin cultura
El mundo feliz. 1984. La naranja mecanica. Distopias inglesas en las que los individuos no necesitan cultura. Los cirenaicos americanos consumidores de opiaceos farmaceuticos.Los confucianos chinos controlados por el gran hermano tecnologico y puede que los genet-istas franceses pero incultos muy cerca de los personajes de Burger pero a la francesa y puede que sea el nuevo modelo europeo. Placer y control y violencia en la vieja Europa actual. Macron filosofo banquero como Soros son los nuevos filosofos reyes. La turba en la calle y los soldados en los cuarteles esperando ordenes. Las armas en todas partes.
JP Quiñonero says
José,
Que decir…
Ante un movimiento / protesta tradicional, organizada por sindicatos o partidos políticos, se podían aplaudir y repudiar las propuestas. Todo estaba “claro”… Incluso se podía negociar algo.
Durante las primeras manifas de chalecos amarillos, la situación era parcialmente esa: había protestas y exigencias concretas.
Con el tiempo, y las “concesiones” de Macron, el movimiento se transformado en una franquicia: de la extrema izquierda a la extrema derecha (quizá mayoritarios), pasando por familias de muy distinta sensibilidad, se utilizan los chalecos amarillos con exigencias que van de lo mesiánico / apocalíptico a lo más complicado, de “devuélvenos la pasta” a “el pueblo no es una vaca de leche”.
A partir de ahí, al no existir organización, ni dirección, ni programa, las exigencias más distintas (organizar un referéndum popular para pedir la dimisión de Macron o de un alcalde) se confunden con “protestas” que nadie sabe de donde salen, como ponerse a cantar a coro, ante la basílica de Montmartre, que hay que meter una “quenelle” por el culo de Macron, haciendo gestos que vienen de la extrema derecha xenófoba y racista…
A río revuelto, ganancia de pescadores en aguas turbias.
Lo de los últimos quince días está más cerca de Naranja mecánica que de una manifa clásica. Dejando al descubierto una incultura inquietante: los sindicatos quizá tengan muchos defectos, pero hacen unas cuentas que son las suyas… se puede discutir… lo de quemar coches pidiendo la dimisión de Macron afirmando que Francia es una dictadura es una forma de nihilismo ignorante…
Macron merece todas las críticas que sean necesarias. Pero Francia no es una dictadura… esa terminología viene de una extrema derecha y extrema izquierda a quienes los chalecos amarillos sirven de pasarela…
Por su parte, partidos y sindicatos tradicionales se han quedado mudos: tienen miedo a perder “clientes”…
En fin…
Q.-