Atardecer ante la pirámide del Louvre, 13 marzo 2020. Foto JPQ.
El Louvre, sin turistas, ahhhhh …
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Tiene un encanto muy particular, desde la cour / patio / explanada de la entrada principal, por la legendaria pirámide de vidrio y metal, construida por un arquitecto chino americano, Ieoh Ming Pei, por encargo de François Mitterrand.
La perspectiva urbana que va del Louvre (antigua residencial real) a La Défense (uno de los barrios / ciudades de negocios más grandes de Europa), pasando por los jardines de las Tuileries y los Campos Elíseos, tras atravesar la plaza de la Concorde, es una de las perspectivas más bellas del mundo.
Y el patio / explanada donde está instalada la pirámide (entrada principal) se convierte, ida la tropa turística, en un lugar casi recoleto, donde es posible hablar, en relativo “aislamiento”, es posible pasear, solo o en compañía (amorosa o amistosa), lejos del agobio propio del mundanal ruido.
PS. Ya escrita esta entrada, las amistades me envían este link: L’AMOR EN TEMPS DEL CORONAVIRUS.
Imágenes excepcionales que forman parte también de este momento inquietante y raro asimismo excepcional: la vida se manifiesta. Como de costumbre, buen ojo, Q, las necesitamos, estas imágenes, estos momentos que se desvelan y se revelan
Ah, Irene…
«Imágenes excepcionales..» Se agradece la amistosa desmesura.
Encantado…
Q.-
Quiño,
¡Qué bello y mágico atardecer, con amantes incluidos!
Es muy esperanzador…y más en tiempos del coronavirus.
¡Gracias!
Fina,
Ah … sin turistas, la entrada del Louvre se transformó / ha transformado en un lugar tranquilo, agradable y bello, propicio a la soledad compartida, qué quieres,
Q.-