Así están las cosas:
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Twitter, 15 marzo 2020.
Ante ese ataque al arma blanca, propagado masivamente, como un virus informático, me tomo la libertad de retomar, íntegro, un artículo de Joaquín Luna, en La Vanguardia de hoy:
PUIGDEMONT SE RETRATA
Carles Puigdemont es un león encerrado al que la represión condena a escribir tuits enfermizos –“el virus del centralismo no descansa ni en tiempo de pandemia”– en lugar de liderar la lucha republicana contra esa infección con la que España trata de joder a muchos catalanes.
¿Se puede caer más bajo?
Ya tenemos campaña indepe contra el Gobierno. “Se envuelven en la bandera”, acusa Buch. Un 155 encubierto, canta el orfeón. “De Madrid al cielo”, tuitea, graciosa, Ponsatí. Las medidas agravarán la situación, insinúa todo un presidente del Col·legi de Metges de Barcelona…
¿Se puede ser más ventajista y ruin? El mismo Govern que reaccionó tarde a la amenaza – a remolque de las ruedas de prensa españolas de Fernando Simón–, el que 48 horas antes del cierre de escuelas en Catalunya descartaba tal medida, el que crea incertidumbre al anunciar el viernes –sin negociar antes con Madrid– que quiere confinar Catalu-nya, como si fuesen a llegar turistas y curiosos a una zona afectada…
Son los mismos que ahora, en una coyuntura crítica, lanzan, a toque de corneta de Waterloo, una campaña identitaria de división cuya inmoral conclusión es: ¡los independentistas le habríamos salvado la vida! Todo por la patria.
¿Quieren hablar, precisamente ahora, del interés de los presidentes Mas, Puigdemont y Torra por la sanidad? ¿Del estallido de indignación de los profesionales sanitarios en septiembre del 2018 cuando, pese a la recuperación económica, nadie desde la Generalitat se molestaba en abordar sueldos, condiciones laborales y camas hospitalarias (35.749 en el 2018 por 35.487 en el 2011, es decir, da igual si estamos en plena crisis o con crecimiento)?
Tres años sin presupuestos lleva la Generalitat y ahora son los campeones en dar lecciones de superioridad moral. Menuda pataleta infame, y todo porque el Gobierno asume, como haría cualquier Estado federal, el control del territorio y concentra la gestión en pocas manos. ¿También esto es un ataque a Catalunya? ¿Y lo de manifestarse bien juntos en Perpiñán con las alarmas del coronavirus ya encendidas?
Lástima que Puigdemont no visitase en los hospitales a ninguno de los 1.066 heridos por las cargas del 1 de octubre. Al menos constaría una foto suya en un hospital público… ¡Anda que le ha preocupado mucho la sanidad! Sólo falta que salga Comín a pedir sacrificios. Joaquín Luna, La Vanguardia, 16 marzo 2020, Puigdemont se retrata.
Gabriel says
Como para fiarse de esta gente.
JP Quiñonero says
Gabriel,
Cosas de familia: Quim Torra, Donald Trump, Le Pen, Viktor Orban, Attilio Fontana y los populismos patrióticos europeos,
Q.-
José says
Morir matando. Se les acaba la bervorrea del proces. Lo unico de lo que podrian presumir y no presumen es haber acabado con los cortes de la meridiana. Esta guerra de pulpito no tiene futuro. Los medios de incomunicacion no venden y estos chicos ya no cobran lo que cobraban. Ahora solo el virus esta en todas partes y no cobra. No saben lo que decir para llamar la atencion. Intentaron la independencia solo con la palabra y se estan quedando afonicos. Los medicos y los militares no pierden el tiempo hablando. Actuan. Muchas instituciones desaparecerán o cambiaran y otras nuevas apareceran es lo propio de las crisis.
JP Quiñonero says
José,
«Esta guerra de pulpito no tiene futuro.» [ .. ] «Intentaron la independencia solo con la palabra y se estan quedando afónicos…»
Amén.
…
Dicho eso, soy un poco más pesimista, por una vez: temo que la Cuarta guerra carlista se prolongará, indefinidamente, en unos términos siempre esperpénticos, dividiendo el tejido social catalán de Muy Mala Manera.
Me gustaría equivocarme, claro,
Q.-