El cine comienza con Goya, sí.
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Juan Pedro Quiñonero nos explica la crisis del coronavirus a través de Goya …
… El cine comienza con Goya cuenta los orígenes y creación de un lenguaje universal que será la matriz original del cine. Goya creó ese lenguaje visual donde se funda el lenguaje universal del cine. A la matriz goyesca del lenguaje cinematográfico serán fieles todos los patriarcas fundadores. Georges Méliès, D. W. Griffith, Friedrich Wilhelm Murnau, Sergueï Eisenstein, Carl Theodor Dreyer, Fritz Lang, Alfred Hitchcock, Orson Welles, Luis Buñuel, Akira Kurosawa, Billy Wilder, John Huston, Stanley Kubrick, Andrzej Wajda, Jean-Luc Godard, Éric Rohmer, Néstor Almendros, Luis García Berlanga, Carlos Saura, entre otros grandes maestros, utilizan, rinden homenaje y enriquecen el lenguaje universal concebido y creado por Goya para tocar la técnica y herramientas fotográficas con la gracia de un arte nuevo compartido por todas las civilizaciones… Cátedra. Signo e Imagen.
Día del Libro, Sant Jordi, Baroja & Quiñonero en París.
Dia del Libro, San Jordi, Estado y mafias filantrópicas.
Carole says
Tiene un pinta imponente.
JP Quiñonero says
Carole,
Quedé contento de mi trabajo.
A ver…
Q.-
José says
Quiño enhorabuena tiene muy buena pinta y el tema muy interesante. Lo acabo de pedir en La Central. Espero leerlo pronto.
JP Quiñonero says
José,
Bueno… a ver que te apetece.
Mis ejemplares andan perdidos en el lío postalcoronavírico… pero quedé contento, sí.
A ver.
Graciasss..!
Q.-
Irene says
Lo tengo encargado en la Documenta
Congratulations!
JP Quiñonero says
Gracias, Irene, gracias… a ver…
Q.-
José Julio Perlado says
Juan Pedro,
¡Enhorabuena por ese nuevo libro!
Dada la situación de las editoriales, yo estoy publicando mis Memorias en MI SIGLO desde el 30 de marzo y durarán hasta julio. Se titulan “Los cuadernos Miquelrius” y aparecen en ellas gentes que he conocido y tratado: Stravinski, Pío Baroja, Robert Bresson, Gabriel Marcel, Onetti, Cortázar, etc, etc. Se publican lunes, miércoles y viernes.
De recuerdos del teatro Odeón, en 1968, aparece esto en mis Memorias en el día de hoy, que — por recordar tiempos—te mando:
.” Y aún me parece verme allí, leyendo aquellos “grafittis” que cubrían las escaleras y rincones del teatro y a la vez en el momento en que, desconcertado por cuanto estaba ocurriendo, volví a entrar en el gran patio de butacas permanentemente iluminado por las lámparas y levantando la vista hacia el techo quedé admirado por la belleza de aquel asombroso decorado azul en oro y púrpura, un admirable techo creado por André Masson y en el que podían contemplarse figuras inspiradas en Esquilo, en Shakespeare y en Claudel, enlazándose la pintura moderna con motivos plásticos del siglo XVlll. Aquel patio de butacas multicolor, invadido entonces de rostros, gorras, atuendos de mujeres y de hombres, madres de familia, oficinistas, comerciantes de barrio, obreros, agitadores, actrices, estudiantes – unos 4000 estudiantes se dijo que pudieron entrar y salir a distintas horas y en distintos días por las puertas abiertas de aquel teatro cuyo aforo no superaba el millar -, todos esgrimiendo a gritos las palabras, sus incesantes propuestas, los improperios y las ideas cruzadas desde los palcos a las butacas, todo aquel patio, como digo, me remitía de pronto, por una extraña asociación de ideas, a lecturas mías de tiempos pasados cuando aún estudiaba en la universidad y descubría, fascinado por su vanguardismo, aquella pieza de Pirandello, “Esta noche se improvisa”, escrita por el autor siciliano casi cuarenta años antes, en 1930, y en la que se representaba una especie de “teatro en el teatro”. Allí, en aquella obra de Pirandello, yo recordaba que los espectadores/actores confundían e intercambiaban sus voces y sus gestos sin seguir un aparente argumento – hablándose también ellos desde los palcos y desde las butacas, e incluso alargando su interpretación por el vestíbulo y continuando en el desempeño de sus papeles durante el entreacto bajo la dirección, recuerdo, de un tal doctor Hinkfuss que corregía, limitaba y reordenaba las intervenciones de los asistentes pero igualmente modificaba los elementos de la luminotecnia, los coros ambientales y la decoración. ¿Qué relación tenían el arte y la vida? El doctor Hinkfuss – es decir, la voz de Pirandello – aseguraba que el arte era el reino de la creación realizada, mientras que la vida se mostraba en una formación continuamente mudable. Ahora yo estaba allí, a altas horas de la noche,…”
De nuevo enhorabuena por tu libro.
Como todos, sigo confinado
Un gran abrazo
José Julio
JP Quiñonero says
José Julio,
Me alegra muuuuucho tener noticias tuyas. Y saberte / leerte al pié del cañón:
“LOS CUADERNOS MIQUELRiUS’ : MEMORIAS (12)
…
Avanti..!
Te deseo lo mejor, para tí y los tuyos, con un abrazo grande.
Q.-
Fina says
Don José Luis Perlado,
¡Qué MEMORIAS tan interesantes y didácticas escribe Ud.!
Muchas gracias por compartirlas.
Nunca pensé que UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO de Juan Pedro Quiñonero, me permitiría llegar a conocer tantos eruditos.
Gracias Josep, por traerme hasta aquí.
Buenas noches a todos/as.
Fina says
Quiño,
Que tu nueva creación tenga una buena acogida, mucho éxito y el reconocimiento que se merece.
Te leemos cada día por aquí, pero otra cosa es el tacto del libro…tenerlo en las manos. 🙂
JP Quiñonero says
Fina,
Gracias, oye, Gracias, sí.
A ver…
Q.-