Hôpital Avicenne / Hospital Avicena. Bobigny, rue de Stalingrad / Stalingrado, 27 junio 2016. Foto JPQ.
Creo ser el único periodista español que lleva años pateando y fotografiando el hospital, el pueblo y la banlieue parisina donde pudo comenzar a propagarse el coronavirus Covid-19, el mes de diciembre pasado.
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Según varios científicos, altos responsables en el sistema hospitalario nacional, los primeros casos de difusión del coronavirus Covid-19 en Francia comenzaron a detectarse a finales del mes de diciembre pasado, en dos hospitales muy “multiculturales” de la periferia parisina, en el muy conflictivo departamento de la Seine-Saint-Denis, mucho antes que se descubriesen los primeros casos conocidos oficialmente el 24 de enero pasado.
Según el profesor Yves Cohen, profesor del servicio de reanimación de los hospitales Avicena y Jean-Verdier, el estudio de los casos archivados durante el mes de diciembre, intentando detectar una posible epidemia de gripe, pone de manifiesto que el Covid-19 pudo infectar a una pareja internada el 27 de diciembre pasado, un mes antes de los primeros casos oficiales: Amirouche Hammar (44 años), francés de origen magrebí y su esposa, pescadero y empleada en una pescadería de “gran público”.
Según el profesor Cohen, el hombre pudo ser infectado por su esposa, que trabajaba en la pescadería de un supermercado muy concurrido, junto a una tienda de sushis atendida por hombres y mujeres de origen asiático. Esos dos posibles primeros casos se descubrieron en el Hospital franco – musulmán Avicena de Bobigny, uno de los hospitales más multiculturales de la región parisina y quizá de Francia, en el departamento de la Seine-Saint-Denis (1.623.111 habitantes el 2017), donde se han sucedido crisis incendiarias desde hace quince años.
Amirouche Hammar cuenta su caso de este modo: “Todo empezó con fiebre de más de cuarenta grados y una tos muy seca, a mediados de diciembre pasado. Pensé que era una gripe. Los médicos no sabían qué hacer conmigo. Creían que era una infección pulmonar grave. Mi mujer tenía miedo por nuestros hijos”.
Amirouche Hammar fue internado en el servicio de urgencias y reanimación, el 26 / 27 de diciembre pasado en el Hospital Avicena, situado en la avenida de Stalingrado de la ciudad de Bogigny (53.500 habitantes). Este hospital se inauguró en 1935, recibiendo el nombre de Hospital franco – musulmán, en homenaje a los inmigrantes y franceses de origen magrebí, instalados en la periferia de París. A partir de 1978 tiene el nombre de Avicena, en homenaje al legendario médico y filósofo persa medieval.
Como los hospitales Jean-Verdier (Bondy) y René Muret (Sevran), el Avicena está integrado en la red de hospitales de la beneficencia pública francesa.
El descubrimiento de los muy posibles primeros casos de infección coronavírica, el de Amirouche Hammar y su esposa, en el hospital Avicena, a finales de diciembre, ha sido percibido como muy creíble por las autoridades sanitarias. Olivier Bouchaud, jefe del servicio de enfermedades infecciosas del hospital, ha declarado a la radio y la tv francesas: “Quizá podía presentirse esa realidad que comenzamos a descubrir. El Covid-19 comenzó a difundirse en China, y previsiblemente en Francia y otros países europeos, mucho antes de los primeros descubrimientos oficiales, antes que la epidemia, la pandemia, se transforme en un problema clínico generalizado”.
El Hospital Avicena donde pudo comenzar a circular el coronavirus, en Francia, se encuentra en una ciudad suburbio y un departamento (Seine-Saint-Denis) que tiene una población muy multicultural, de origen magregí, africano y asiático, esencialmente.
La región de Isla de Francia y las ciudades del departamento de la Seine-Saint-Denis, Bobigny, La Courneuve, Aubervilliers, Lilas, Bagnolet, entre otras, han registrado, desde el 1 de marzo y el 20 de abril, los índices de mortalidad más altos de Francia, un 90 % superiores a la mortalidad del 2019 durante las mismas fechas. Todos los especialistas subrayan que la promiscuidad familiar, el multiculturalismo “masivo” y la propagación muy temprana del coronavirus han agravado la tragedia.
Llevo años pateando y fotografiando esa banlieue, víctima de crisis cancerosas, mucho antes de la propagación del coronavirus Covid-19:
Bobigny, entre incendio e incendio.
Francia en tiempos del coronavirus.
Gabriel says
Esto que cuenta es de nota.
JP Quiñonero says
Gabriel,
Espero que buena… graciassss
Q.-
José says
Seria muy interesante a nivel mundial quienes son los muertos y porqué
Solo nos imforman de estadisticas y cifras millonarias de perdidas. Como si no viesemos en que barrios y residencias caen los pobres y viejos y otros por todas partes. Nadie sabe si esta pandemia tiene un fin y si continuara como una guerra que se tendrá que firmar el fin en centros de poder mundial. Antes en las guerras morian los jovenes patriotas en esta mueren los mas debiles que viven en espacios reducidos o por otros motivos varios. Parece un virus eugenico que elimina por selección natural como dicen ciertos dirigentes representantes del nuevo darwinismo social antes neoconservadores neo neo. Una nueva sociedad medicalizada y vigilada. Un estado minimo de medicos y policias. Un futuro imprevisible.
Muy interesante la investigacion llevada a cabo en Paris. Felicidades Quiño.
JP Quiñonero says
Gracias, José, ah, qué bien…
A decir verdad… la canallesca & los canallescos (entre quienes me encuentro) está / estamos contando la historia que transcurre ante nuestros ojos dejando sin contar muuuuuuchas cosas…
…
La de pobres de misericordia que se quedan tirados por las calles es una historia que nadie desea mostrar, enseñar, fotografiar…
En otro plano, nuestros confinamientos son un lujo grande, comparados con lo que están viviendo millones de hombres y mujeres, abandonados de muy mala manera…
…
Y algunas tragedias… la de los camiones llenos de ataúdes con muertos «anónimos», enterrados en fosas comunes … la de los pueblos africanos y asiáticos, de una pobreza atroz… todo eso y tantas otras cosas más… queda cubierto con un oscuro manto…
En fin,
Q.-