A nadie sorprende, inquieta ni avergüenza que una de las más grandes locomotoras económicas de nuestro amenazado planeta, con un crecimiento del 9.4 por ciento, eche sus cimientos políticos en la persecución masiva de los internautas y la censura criminal de los artistas que se atreven a criticar tímidamente al Gran Patriarca fundador del régimen; de quien nadie debiera dudar que fue un Gran Destructor, un Gran Asesino, un Gran Asesino de Masas.
[ .. ]
[ .. ]
Sospecho que sería indecente, incluso peligroso, dar el nombre de los eminentes opinion makers madrileños que predicaron su doctrina, en Caína, cobrando generosas subvenciones pagadas en dinero sucio que llegaba de Pekín, en valija diplomática.