“Una obra maestra”, dice Bernard Frank del Dictionnaire égoïste de la littérature française (Grasset), de Charles Dantzig. Bernard Pivot agrega: “Cerca de mil páginas de bonheur”.
Obra imprescindible, me apresuro a agregar, para quienes se interesen por la literatura, no solo francesa; ya que, tras la erudición, el rigor y la sensibilidad, es fácil seguir las huellas de un artista de mucho talento, iluminando con su prosa la diamantina pureza de las joyas, tesoros y obras maestras perdidas en el océano del mal gusto, cuyo oleaje sombrío causó perniciosos estragos entre varias generaciones de lectores, descarriados ante los escaparates de la moda.
Los profesionales del ramo apreciarán la justicia olímpica de sus juicios sobre Marcel Schow (un genio, tout court) y Emile Verhaeren, un profeta de la modernidad. A través de las ausencias, los snobs cainitas podrán recapitular el catálogo de horrores franceses que han infectado (e infectan) las librerías y mala educación de varias generaciones de lectores, víctimas hoy como ayer de las “modas parisinas” que emponzoñaron nuestra adolescencia.
De imprescindible frecuentación para lletraferits de mediana sensibilidad y cultura. A leer directamente en francés: no hay editor castellano, catalán ni gallego para monumentos de esta calidad y finura. Hélas.