Un ¿joven? llama «niñatos postfranquistas» y «fachas» a quien se atreve a recordar como trataba el Che y sigue tratando Fidel Castro a los homosexuales.
Un ¿crítico? habla del «maoismo libertario» de Sartre…
Solo se trataría de meras majaderías policiales, si tantos homosexuales no se hubiesen pudrido en las cárceles nazis y comunistas y el terror genocida maoista no se hubiera impuesto liquidando a más de 100 millones de víctimas inocentes, entre las que también hubo muchos libertarios de distinta obediencia.
Más allá de los «detalles» (¡¿??!!!), tales ejemplos, entre otros mil posibles, en la
diaria jerga cainita, ilustran de manera pavorosa, para mi sensibilidad, los delitos de podredumbre de la lengua con los que a diario se intoxica y envenena la vida cotidiana, incluso desenterrando y profanando a los muertos de una guerra civil, para sembrar el rencor, haciéndolos hablar a través de los micrófonos ventrílocuos de los más selectos medios de incomunicación de masas.
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Európolis. La retórica de Evo Morales es una amenaza para las relaciones Europa – Mercosur – España