Blanca Li vuelve Mogador con Macadam-Macadam. Una locura, con talento. Casi fue ayer cuando la descubrí, encantado. ¡Qué camino, de las de las XeXonees a la Ópera de París! Cuando la conocí, llegó en bicicleta, en un París con aguacero. Quizá sea más conocida en París, en Europa, que en Madrid o su Granada natal. Hubo un tiempo que montaba fiestas de locura, en los arrabales de Pigalle. Quizá sea la única artista española a quien el New Yorker consagró hace años un artículo genial. Almodóvar no lo ha conseguido. ¿O sí? El verano pasado coincidimos en una emisora de radio, donde soportamos la ignorancia de un locutor de turno. Mis respetos, Señora.
bufalino says
Leyendo el debate sobre la clonación del otro día, he visto que hablan ustedes de Antonio Tovar. Tengo menos de 30 años y hasta hace poco no sabía ni que había existido alguien con ese nombre. Encontré de casualidad un estupendo libro suyo titulado «Un libro sobre Platón» (creo que publicado por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores). Lo que no entiendo es por qué nadie habla de Tovar en España, me parece mucho más interesante que la mayoría de los pensadores oficales de la Transición. Supongo que se le ha silenciado por su cercanía al franquismo, ¿no?.
Juan Pedro Quiñonero says
Hola,
Tovar fue algo así como un Sabio. O algo así. La política envenenó muchas cosas. Y quizá siga envenenandolas.
Un horror.
Quizá el mejor homenaje sea leerlo, ¿no?
Q.-