¡Horror, hoy es el día de la música..!
En mi barrio, es muy difícil escapar a la marabunta del ruido urbano.
El año pasado, salimos a pasear, Carmen y yo, y nos tropezamos con
una viejecita vagabundeando entre la plaza de la Sorbona
y la plaza del Panteón. Llevaba en brazos a su minúsculo perro, aterrado. Y nos comentaba:
“A mi edad, duermo mal. Vivo en una buhardilla pequeña. Como no tengo aire acondicionado, abro la única ventana que tengo. Pero el ruido de la calle me impide dormir. A las veinte horas sin dormir, me caigo de cansancio. Tomo pastillas para intentar dormir. Pero me despierto horrorizada por las pesadillas que me asaltan”.
Ramón Machón says
Es como la descripción que hace Baroja en el Hotel del Cisne. ¿Estás seguro de que era una viejecita quien encontrásteis en la calle? ¿No llevaba boina?
¡Santa Cecilia nos conserve el oido!
JP Quiñonero says
.. en realidad, Ramón, el Hotel del Ciste está hacia el barrio de Belleville, lejos de la plaza del Panteón.. por el contrario, la calle St. Jacques esquina Soufflot, donde me encontré a la vieja, está muy cerca del lugar donde comienza la legendaria carta de Rilke a Malte **, y ¡el ruido ya era un problema en esa esquina!.. don Pío, por otra parte, vivió a 300 metros de allí, frente al hotel donde murió JRoth, que era de Viena, que está tan lejos de Praga, justamente..
saludos..
Q.-
Ramón Machón says
Cierto, Belleville. Pero me refería a la frase de Baroja en el Hotel del Cisne, más que a la localización, cuando hace hablar a su personaje, que dice:
«Es para mí una obsesión el insomnio. Siempre he tenido poca facilidad para el sueño. Los ruidos, el calor, el viento Sur, cualquier cosa, ya desde hace tiempo me impiden dormir. (…) Cuando vine al cuarto del Hotel del Cisne hice, como digo, que me pusieran por dentro contraventanas sólidas y fuertes.
De esta manera, entre las persianas, la ventana, la contraventana y la cortina, me defiendo de los ruidos de fuera; si no, no me dejarían dormir un momento, dada mi excitablidad.» (…)
A este párrafo me recordó vuestra conversación con la viejecita. Era inevitable la asociación, pues escribo desde hace meses algo sobre un hotel, esta vez en Praga.
Sigo el blog, aunque en silencio. Saludos.
JP Quiñonero says
.. que maravilla, Ramón.. en efecto, mi anciana algo podía tener de barojiana.. de hecho, ahora que lo dices, el hotel de Baroja de la rue Tournon, donde escribió El árbol de la ciencia, quizá era algo parecido al hotel del Hotel del Cisne… Baroja nunca vivió en Belleville.. y se «apoyaba» mucho en la geografía de la Comedia Humana y en las andanzas de sus primeros viajes..
¡Gracias por la cita..!
Q.-