Un poeta y amigo, al que estimo profundamente, me deja caer en una correspondencia privada: “.. cada vez es más difícil que los libros lleguen a las librerías..”.
Observación que me parece justa y terrible, porque se inscribe en un marco mucho más vasto de promoción de la incultura de masas, con recursos públicos e industriales, masivos, de este modo: