Joan Fontaine, la Rebecca (1940) de Alfred Hitchcock.
A caballo entre la estética del parque temático y la divulgación, el Grand Palais propone una indagación sugestiva y vidriosa: la posible influencia del Gran arte en el arte de los dibujos animados practicado en los estudios de Walt Disney.
Nada me cuesta establecer un paralelismo entre la Rebecca de Hitchcock y los ilustradores de Alicia en el país de las maravillas. De hecho, yo mismo he especulado por extenso sobre las relaciones del Gran arte de sir Alfred y sus “coincidencias fatales” con el Gran arte pictórico.
Me resulta menos evidente establecer una relación más o menos directa entre algunas acuarelas de Victor Hugo y los castillos neo medievales de la factoría Disney, que pueden tener otros incontables orígenes.
No deja de ser curiosa y quizá pertinente la influencia de Gustave Dore en las pesadillas de algunos de los ilustradores de Blanca Nieves.
Joan Crawford (filmada por Billy Wilder, por supuesto) pudo ser un modelo pertinente para incontables brujas. Pero esa es ya otra historia.
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Biografía NO autorizada de CJC. Una cultura confiscada por las mafias.
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