“¿Te das cuenta?«, me dice J*, un general con experiencia en Bosnia y Afganistán, en las primeras filas del Palacio de congresos de Jaca. «Tú y yo aquí, escuchando encantados a esta moza. Y mi hermano en el sur del Líbano..”. Esta moza es Yasmin Levy, una cantante de muy primera categoría, que España desconoce, cuando ella está consagrada a rescatar del olvido páginas enteras de la historia de una España proscrita.
El padre de Yasmin Levy fue un judío sefardí turco, que consagró buena parte de su vida a rescatar el cancionero de los judíos españoles condenados al destierro, cantado esencialmente en ladino, judeoespañol. Su madre fue, como ella, una gran cantante. Y Yasmin pasó muchos años de su vida acompañando al piano a su madre.
Muertos sus padres, en Israel, Yasmin decidió continuar la obra emprendida por ellos: cantar en ladino el cancionero de los judíos españoles desperdigados en el siglo XV / XVI, en no poca medida, en los Balcanes y Turquía. Toda la obra lírica de Yasmin reposa en ese proyecto de rescate. Acompañada de grandes músicos e interpretes, que vienen de Portugal, Armenia, Turquía e Israel.
Yasmin no vive lejos de donde hoy se encuentran las tropas españolas en el Líbano sur. De ahí la emoción de J*, un hombre austero curtido en el silencio y la disciplina militar: esta mujer canta en español y ladino, a dos pasos de un campo de batalla donde su hermano puede jugarse la vida, en cualquier momento, cumpliendo una misión de insondable ambigüedad, que él puede pagar con su vida.
Yasmin cree que la música puede ser un espacio de comunión moral o espiritual, entre árabes y judíos: «Every time, I discover how this music moves [people] so much, even those who have never heard it before and they discover in it their Jewish history. Until four years ago, they said Ladino was a dying language, but now this music comes and is showing us that there isn’t anything to mourn. The music always wins and crosses cultural borders. Jew and Arab, the moment music is head, are like brothers.«
Y ese mensaje de paz y diálogo lo avanza con una voz purísima, cantando en ladino, la lengua de los antiguos judíos españoles, cuando algunos soldados españoles se encuentran en una amenazada frontera de Israel, cumpliendo una ambigua, difícil e imprevisible misión de paz. Hasta ayer, el ladino se consideraba una lengua muerta. Yasmín espera devolverle la vida moral a la que tenemos acceso a través del arte.
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Ramón Machón says
Buenas.
En la misma línea, o paralela, que Yasmín Leví, se encuentra la cantante griega Savina Yannatou. Casi desconocida en España, al menos en los circuitos más comerciales, incluye en su repertorio numerosas canciones sefardíes, árabes, libanesas…en castellano antiguo, ladino, turco, albanés… Una verdadera maravilla: Ella, su grupo «Primavera en Salonica», y todas sus interpretaciones. Una labor «callada» de muchos años de trabajo. Es la Maria del Mar Bonet griega, y mucho más.
JP Quiñonero says
Hola, Ramón,
¡El futuro es de las mujeressssssssssssss…!!!
Q.-
PS. El drama: En Spain es raro conocer a esas mozas francamente potable. Sin demérito de catalanas, castellanas, murcianas, andaluzas, etc., que tienen sus propios encantos. En el caso de la Yasmín ¡hasta canta flamenco en ladino! Cosa que me recuerda el mestizaje de las jarchas. Pero esa es ya otra historia.
Ramón Machón says
Por fortuna, Juan Pedro. Y ojalá que asi sea.
Yo le ofrecería a las mujeres del mundo el futuro, el pasado y, por supuesto, el presente.
En cuanto a flamenco… no hace mucho escuché una soleá en eslovaco. Sin estos mestizajes no serían posible los otros, más biológicos.
Buen fin de semana.
maty says
Google ES avaxhome Monserrat Figueras, Jordi Savall – Diáspora sefardí