El uso más reciente de palabras catalanas como espanyolitzar o botifler ilustra de manera diáfana, para mi sensibilidad, cómo la acción política introduce semillas esquizofrénicas en la vida cívica y cultural.
A la hora de escribir esta anotación, un 65 % de los lectores de e-notícies considera que el Tripartiño “españoliza” Cataluña. No creo que esa sea la interpretación mayoritaria en Cartagena, Salamanca o Jérez de la Frontera.
Horas más tarde, entre los lectores de La Vanguardia, un 70.9 % de entre ellos se dicen descontentos con la reedición del Tripartito; mientras que un 28.1 % se dicen satisfechos.
La traducción de botiflers por simples traidores no traduce con precisión el alcance histórico de esa palabra, quizá esencial en el vocabulario político catalán, cuyo uso difamatorio se remonta nada menos que a la batalla de Almansa. Su repesca, con motivo de la formación del Tripartito, traduce la agravación de un proceso cainita, estrictamente catalán: Cataluña cainita. Ver el Diccionari català-valencià-balear de Antoni M. Alcover y Francesc de B. Moll Casasnovas:
BOTIFLER, –ERA m. i f.
|| 1. Que té les galtes inflades (Cat., Mall.); cast. mofletudo. Una bofetadeta carinyosa a las galtas botifleras d’en Rossendo, Querol Her.
|| 2. met. Inflat, ple de vanitat; cast. hinchado.
|| 3. Partidari de Felip V durant la guerra de Successió. A un d’ells el varen matar | Per ser cap de Botiflers, versos de 1706 (Alm. Isl. Bal. 1879, 117). N’hi ha d’arxiducals, | n’hi ha de botiflers, Oliver Obres, i, 193.
|| 4. a) Nom despectiu que donen als habitants de Manlleu els dels pobles veïns. Els manlleuencs eren partidaris de Felip V, durant la guerra de Successió.—b) Nom despectiu que donen als habitants de Cervera els dels pobles veïns.
Etim.: de botinflat, amb canvi de sufix.
Hombre, Juan Pedro, eso es como ir a hacer una encuesta a quienes escuchan esa emisora radiofónica… (que a tí tal vez no te alcance, a orillas del Sena…).
Joaquín,
… pero hombre de Dios.. ¿como se te ocurre dudarlo?.. ya me imagino, sin escuchar para nada los ruidos disonantes de las más diversas familias carpetovetónicas..
Q.-
Aquesta és la nova estratègia en marxa per part d’aquest govern que ara es fa dir (no hi ha denominacions innocents: és el newspeak orwellià) «Entesa de Progrés»: cal deixar de banda debats identitaris (sic) i aprofundir en l’abisme entre «dretes i esquerres» per tal d’acabar assimilant CiU = PP de manera que quedi aïllada i sola (TOTS contra CiU). El cas és que aquesta estratègia barroera topa amb un escull molt important: resulta que CiU no és el PP, sinó una altra cosa molt diferent. Per al Tripartit II és fonamental identificar el nou «enemic» i simplicar l’esquema de lluita política. A España, l’enemic és el PP i a Catalunya és CiU. I, aleshores, todos a una como Fuenteovejuna contra aquest «enemic» comú. La gent simple necessita coses simples per a omplir la neurona que té. La realitat, en canvi, és molt més complexa. Els membres d’aquest Tripartit II han optat per això. ERC podia haver fet una altra aposta, al meu entendre més intel·ligent: decidir-se per un front nacionalista i aprofundir en el debat identitari, reduint l’enemic a un de sol: L’Estat Espanyol. La seva opció claudicant, per tant, beneficia els espanyols (PSC-PSOE) i queden lligats de peus i mans a una estratègia que perjudica Catalunya en la mesura que aïlla un milió de catalans (votants de CiU) de la possibilitat de treballar per l’alliberament i progrés del nostre país. ERC, a més, s’ha traït a si mateixa, renegant del seu ideari independentista, i s’ha lliurat (en nom d’una absurda «cohesió social» que descohesiona els catalanistes beneficiant els espanyolistes) de ple als interessos dels espanyols. Per això cal dir ben fort que són uns BOTIFLERS. Hem perdut una oportunitat històrica que no sé si es tornarà a repetir. El futur és molt fosc. El Tripartit II no suposarà cap a avenç nacional, sinó una reiteració de la submissió a l’amo espanyol representat per aquesta sucursal montillera amb l’escolania dels carods. Molt trist. Molt.
Algunas veces he reflexionado sobre si el electorado es tonto, y he llegado a la conclusión de que, en conjunto, no. Y me explico. Según la ley de los grandes números, las desviaciones de uno u otro signo se contrarrestan, resultando una tendencia clara, consistente y racional. En el plano electoral, quiere decirse que el «voto tonto» de unos se neutralizan con el «voto tonto» de otros, resultando, finalmente, una elección política del conjunto del electorado, que globalmente no se puede calificar de tonta (¿estaré delirando?).
Me pregunto en que proporción cree que se contrarestan los «votos tontos». No creo que piense en un 1:1 puesto que eso convertiria a los partidos mayoritarios en los que más votados por «votantes tontos» y eso, querido Joaquín, es políticamente incorrectíssimo. Me parecería muy interesante que se atreviese a formular la relación en porcentaje. O sea, que porcentaje de «voto tonto» recibe cada partido y, lo más interesante, cual es el partido que más «voto tonto» recibe. Lo de definir el «voto tonto» lo dejaría para discusiones menos delirantes. Digo yo, vaya.
Sin duda, amigo Ferrancab, esto era un delirio de una noche de otoño…
Joaquín, Ferrancab, Toni,
Admitido el principio de que nobody is perfect, y que todos somos un poco tontos y un poco o un mucho esquizofrénicos (decimos una cosa, hacemos otra, etc.), el electorado solo es un reflejo más o menos racional de nuestro rostro cívico: una colección completa de sopas campbell, etiquetadas y con número. Es la minoría profesional de la política la que introduce nuevas semillas esquizofrénicas: diciendo una cosa y haciendo otra, entregan estacas a cada ciudadano, invitándonos al linchamiento mútuo… en tanto que ciudadanos individuales, tomos tenemos nuestra brizna de honrada sensatez: en tanto que «votantes» y «creyentes» corremos el riesgo de comportarnos en sonámbulos, víctimas de las mentiras que otros profieren por nosotros, en nuestro nombre…
Q.-
PS.- Toni, el Alcover / Moll que yo cito me sigue pareciendo más completo y definitivo.
Todavía algunos me preguntan por qué no doy mi verdadero nombre. Espero que esta anotación les saque de dudas de la realidad de la afirmación de la «muerte cívica» de aquel que discrepa de la «verdad nacionalista».
Emanaciones Crónicas Catanyas, por Juan Abreu
Esa, queridos lectores, es la cruda realidad de la opresión nacionalista en Cataluña.
Más:
Maty,
Todo el mundo ha comprendido sin compartir siempre tus razones. Pero tu insistencia choca con el respeto de las ideas de quienes piensan de otra manera. Me parece muy bien que digas todo lo que estimes oportuno. Pero,
1). La repetición de lo mismo, por triplicado, cada vez que alguien dice lo contrario, no favorece ni la comprensión, ni el entendimiento ni la defensa misma de las ideas que crees defender.
2). La repetición sistemática de lo mismo ocupa el modesto espacio de este Infierno de manera obsesiva y monocolor, sin convencer a nadie que no esté convencido.
3). La repetición incansable de lo mismo, a todo momento, con cualquier pretexto, saliendo al paso de enemigos reales o imaginarios, acaba convirtiéndose en una amenaza para la libertad del prójimo, que, en este caso, soy yo: limitas mi libertad de hablar de cuestiones de cultura catalana, sin dejarme llevar (creo) por ningún delirio político. Cada tema con su loco (que soy yo, claro).
4). Me gustaría poder seguir hablando de cultura catalana desde mi óptica personal de murciano en el destierro: es algo que nadie hace en Madrid, Cartagena, Salamanca, Oviedo, Extremadura, Cádiz, Soria, Albacete, León, Valladolid, Almería, etc., etc., etc. Esa solitaria manía mía solo me ha traído disgustos, marginación, palos, estacazos y soledad. Mucha soledad y destierro. No introduzcas tú, por favor, nuevos motivos de incomprensión,
Q.-
Quiño
1) Mi insistencia, tras decir que el hilo era cansino, es por demostrar que se MIENTE. Eso es un acto, un hecho, no una idea. Han sido otros quienes han dado pié.
2) Procuro aportar documentación que corrobora mis denuncias, a diferencia de otros comentaristas.
3) Nadie te obliga a comentar cada vez que yo lo haga. Si permites comentarios en la bitácora, has de ser consecuente.
4) Nadie te impide que sigas hablando de la cultura catalana, mi cultura. Casi siempre mis críticas son referidas a otros comentaristas, no a tí.
Unos aplican políticas excluyentes, intransigentes, de ostracismo. Otros simplemente lo denunciamos, procurando argumentar debidamente y aportando documentación que sustenta la denuncia. Por tanto, a ojos de cualquier persona de buena fe, es evidente la diferencia en el tipo de comentario.
Con tales personajes sobre ya la contemporización, cayendo en el error de la «buena educación», sólo cabe la denuncia sistemática de todos sus mal procederes, lo que es sano, porque criticar a los gobernantes es cosubstancial de cualquier práctica democrática. Unos se dedican a despotricar y descalificar personalmente, otros argumentamos. Si lo afirmado es MENTIRA, no recurriré a lo políticamente correcto: eso no es verdad, está equivocado,… Cuando son tan flagrantes, no cabe otra cosa que utilizar el término recogido en el DRAE.