“Algún día -me decía Cioran en una correspondencia privada- será necesario tirarse a la calle, en defensa de la duda y la desesperanza…”.
Al filo de la confusión, el miedo, la amargura, desesperación y esperanzas que reflejan las manifestaciones que intentan denunciar el Terror etarra, sin olvidar completamente las pautas de comportamiento cainita, abro al azar los libros de Cioran que tengo más a la mano y leo:
● “Le sceptique est le désespoir du diable. C’est que le sceptique, n’étant l’allié de personne, ne pourra aider ni au bien ni surtout au mal. Il ne coopère avec rien, même pas avec soi”. Cahier, 1957-1972.
● “Je me permets de prier pour vous.” – “Je le veux bien. Mais qui vous écoutera?”, Syllogismes de l’amertume, 1952.
Como parece que conociste a Cioran, Juan Pedro, un personaje digno de hablar de él, ¿podrías contarnos más cosas en futuras notas?
Saludos,
Joaquín,
De mi lejana etapa madrileña queda una breve correspondencia, de diez o doce cartas. A Jesús Aguirre se le ocurrió la idea de un diccionario filosófico, para Taurus… FSavater hacía de coordinador y escribía dos o tres entradas grandes. AGCalvo también debía escribir algo. Y Cioran. A Fernando o Jesús se le ocurrió que yo escribiese el capítulo Muerte. ¡De ahí mi relación postal con Cioran! El proyecto creo que no llegó a buen puerto. Mi texto y una o dos cartas de Cioran las publiqué en los Escritos de VN. Ya en París, visité a Cioran varias veces. Y nos cruzamos en bastantes ocasiones paseando por el Luxemburgo. Era un señor vestido con sencillez muy pulcra, bien hablado, de gran elegancia natural y modales de gran señor: me intimidaba su cortesía. Me asaltan correspondencias urbanas, sobre su casa, la mía, la casa de su mujer, tan próxima a la geografía donde comienza La Comedia Humana y la primera residencia de don Pío en París…
Q.-
PS. Me caigo de sueño, como un bebé.
(ahora que los niños duermen)
Esto le escribía yo hoy a un amigo:
– «nox atra cava circunvolat umbra».
Se lo escribía el maestro Virgilio -aquel etrusco romanizado-, a sus paisanos:
– «la noche negra nos rodea con su envolvente sombra».
Aunque también (creámosle):
– «Omnia vincit Amor; et nos dedamus Amori»
Y mi amigo me ha recordado:
– “La mentira es la principal de las fuerzas que dominan el mundo”
Revel (El conocimiento inútil)
Lo mejor será descansar un rato.
Juan Pedro, ya no estoy para envidias por la edad, pero conocer a Cioran es de esas pocas cosas que todavían pueden despertarlas.
Cuando hace un montón de años topé por casualidad con «El ocaso del pensamiento» me sentí abrumado. Después «Ese maldito yo» y suma y sigue. A la famosa isla desierta me llevaría, lo he pensado muchas veces, un libro de Cioran, de aforismos y pensamientos. Da para un largo exilio.
Y con respecto a los textos que citas, te propongo un cioran que cuadra muy bien a la situación actual a la que haces referencia. Es de «El Ocaso del pensamiento»:
«Toda lucidez es la consecuencia de una pérdida»
Que alguien convoque esa manifestación propuesta por Ciorán; empieza a ser urgente, y más en Caína.
A mi, Ciorán, como los mejores de entre los nihilistas (pienso en Céline, en Bernhard), a menudo me hace reir a carcajadas; pero se trata de un humor que hiela la sangre. Su lectura es un placer, de todos modos.
Qué envidia, sí, haberle conocido (¿o no?). A veces este tipo de personajes son insufribles como personas.
Lola
Lola, Luis, Montano,
Leer vuestras Paraules En el Bosque por el que deambulamos me produce el mismo efecto físico que la lectura de Cioran: es algo así como un bálsamo con el que cuidar las heridas de la lucha diaria.
No sé vosotros. En mi caso, siempre tengo a la mano un Santayana, un Cioran, un Proust… tras el ruido ensordecedor de fanáticos, bulderos, periodistas, beatos, ideólogos, matones, tertulianos, comunicadores, etc., cansado cansado cansado, me dejo caer en la cama, abro un libro… y la serenidad olímpica de unas líneas, una página, me oxigenan la sangre, me hacen reír, me devuelven el buen humor, me limpian las tuberías del sistema nervioso, me purifican, de alguna manera. Salvando las distancias, algo así le debía ocurrir a Marco Aurelio, tras una dura jornada peleando con los bárbaros de toda especie, en el campo de batalla de su vida. El arte de la fuga (Bach) no es una “huída”, si no un acto de higiene indispensable, para seguir vivos y libres,
Q.-
PS. Celine y TB quizá fueron insufribles, en efecto. Cioran era un hombre de una sencillez irónica desarmante.
Únete a nosotros en nuestra lista de discusión sobre Cioran en español. Saludos, Rodrigo.
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perdonen de antemano; que haga esta pregunta ;en este apartado. No conozco mucho como funciona
el infierno.
Alguien podria decirme donde puedo encontrar algun libro de Albert Caraco?
Muchas gracias