Goethe y Eliot me ayudan a comprender la actualidad cainita con una precisión que, para mi sensibilidad, no siempre tiene la retórica parda de los medios de incomunicación de masas, aventando palabras endemoniadas.
El Demonio de Goethe define con rigor canónico su rostro político más inmediato: “Ich bin der Geist, der stets verneint!”. “Soy el Espíritu que todo lo niega!”.
Comentando una nueva biografía de Eliot, el New York Times me recuerda unos versos de The Rock (1934) que instalan esa norma endemoniada, la desertización del alma, la desertización moral de los pueblos, en el marco de una enfermedad del espíritu que viene de lejos y contribuyó a la desertización espiritual de una España que nunca llegó a ser:
The desert is not remote in southern tropics,
The desert is not only around the corner,
The desert is squeezed in the tube-train next to you,
The desert is in the heart of your brother.
“El desierto está en el corazón de tu hermano”.
“El resto es silencio”, decía el Otro.
Luis Rivera says
Si.