He comido en alguna ocasión con Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, y me parece un hombre fino, inteligente. De ahí que me precipitase a leer su comentario sobre el Borges de Adolfo Bioy Casares, publicado en Financial Times.
Se trata de comentario entusiasta, con matices, evitando la polémica, muy diplomático, como corresponde a un alto funcionario internacional, con matices:
Bioy was not entirely uncritical. «Borges does not realise, it seems, that he never stops talking,» he writes after his friend complains about a garrulous woman. On the flurry of honorary degrees Borges accepted in late life, he remarks: «I understand that to forget his terrible blind man’s solitude (which he cannot fill by reading and writing) he agrees to be part of those somewhat absurd events.» He was hurt by Borges’ lack of kindness towards Silvina Ocampo, Bioy’s wife. «It is sad, if one views life as a story, that a friendship such as ours should break up in the last few pages.»
Superior in his solitude, FT, 20 enero 2007.
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No he leído el libro de Bioy. La invención de Morel me sigue pareciendo un relato mayor. Pero el personaje (escarceos amorosos incluidos: Sexo, política y corridos mexicanos) me irrita e inspira un callado rechazo. ¡Cómo me gustaría leer un comentario de María Kodama sobre ese libro y esas historias..!
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