A la luz de una amarga cita de Joaquín, me pregunto si, en verdad, los Viajes de Gulliver no pudieran ayudarnos a comprender el abismo sin fondo donde se hunden no pocos de los pleitos jurídicos, urbanísticos y penales cuyas tormentas azotan nuestra vida pública.
Majao Público, 27 enero 2007. Los pleitos en Inglaterra.
Eduardo Allende says
Yo, desde luego, llevo tiempo haciendo campaña por que el cuarto viaje de Gulliver (y ya puestos también el tercero) sea considerado de obligatoria lectura. Sin éxito alguno, por supuesto.
Joaquín says
Juan Pedro,
Los castizos lo resumen en la archisabida maldición gitana: «¡Tengas pleitos, y los ganes!». Cuando yo estudiaba la carrera de leyes, pero le era infiel leyendo devotamente a los clásicos, este pasaje me hizo una gracia irresistible. Hoy diría que el estado de mi espíritu se aproxima peligrosamente al del reverendo Jonathan Swift.
También suelo tener presente el ejemplo de Aurelio Agustín, que siendo maestro en ese arte, aborreció la Retórica: «Enseñaba yo en aquel tiempo la retórica, y vendía aquel arte de elocuencia que sabe vencer y dominar los corazones, siendo al enseñarla vencido y dominado yo de la codicia. Pero bien sabéis, Señor, que lo que más deseaba era tener discípulos, a los que sin engaño alguno les enseñaba el arte de practicar engaños, no para que jamás usasen de ellos contra la vida de algún inocente, sino para defender alguna vez al culpado.» (Confesiones, IV, 2).
En fin, que nada nuevo. Y gracias por el enlace.
JP Quiñonero says
Eduardo,
Un gentleman solo defiende causas perdidas. ¿B. dixit?
Joaquín,
Que prosa tan bella y que cosas tan amargas, las confesiones de los sofistas…
Q.-