Marc Fumaroli y Tzvetan Todorov discuten del “mínimo de cultura humanística” que es indispensable enseñar en la escuela y de las amenazas que pesan sobre el principio mismo de la lectura. No sin cierta piedad, esbozan los contornos de una crisis sin fondo conocido:
● Los programas escolares (franceses) asfixian lo esencial en la rutina.
● Se espera de la escuela que “rehaga” la “deseducación” de niños y adolescentes acelerada a través de los medios de incomunicación audiovisuales.
● En los años 70, Francia (¡y no solo Francia!) sufrió de la polución masiva de la lingüística estructuralista y sus infinitos epígonos, acelerando la desertización de la lengua, la literatura, las humanidades.
● “Pocos alumnos tienen acceso a Nietzsche o a Tolstoi..”
En un ataque de olímpico optimismo, Fumaroli cita al Dostoievski lector de los Evangelios: “La belleza salvará al mundo”. Recuerdo, sin embargo, que mi generación también descubrió el carácter “relativo” de la belleza, arruinando ¿para siempre? los viejos cánones (lo Bueno, lo Bello, lo Justo) que todavía iluminaron la vida de mis padres y maestros.
En el caso francés, el Estado tiene una parte de culpa esencial en tal proceso de desertización moral y espiritual:
● “Estado cultural”: De la oligarquía demagógica a la conversión de la cultura en mercancía publicitaria.
● De cómo el Estado destruye la cultura a través de la Comunicación Estatal de Masas.
- Le Nouvel Observateur, 11-17 enero 2007, Quelle littérature pour l’école?
[ .. ]
Buena parte de la cultura española está controlada y manipulada por sectas mafiosas.
Deja una respuesta