MH caminando por un bosque de la Todtnauberg, en la Selva Negra. Foto de Digne Mille-Markovicz, publicada en Heidegger’s Hut, de Adam Sharr
Hace siglos, Lola Infante me preguntaba con amistosa ironía malévola: “Pero, Quiño, ¿cómo una mujer como Ella pudo ser amante de un hombre como Ese..?”
Recuerdo esa frase, al hilo de los cordiales comentarios de Luis Rivera, Santiago Navajas y Gregorio Luri en torno a la correspondencia íntima entre Ella (Hannah Arendt) y Ese hombre (Martin Heidegger). Voy a la biblioteca, reabro al azar las Briefe (1925-1975) y me asalta el comienzo de una carta de él a ella, fechada en Freiburg, el 12 de abril de 1950, que comienza así:
Hannah,
Was ist schöner? Dein Bild oder Dein Brief?… uauuuuuuuu…