The Killers, Ava Gardner, Burt Lancaster.
Leí primero el relato de Hemingway. Pero fue la versión cinematográfica de Robert Siodmak la que me fascinó. Y no solo por la inquietante presencia de Burt Lancaster y Ava Gardner.
El dúo Lee Marvin y Angie Dickison, en la versión de Don Siegel de la misma historia, The Killers (Los Asesinos) quizá tuviese una presencia igualmente majestuosa, sombría. Pero, ahora lo se, era la luz del relato de Siodmak la que imponía una diferencia abismal.
El relato de Hemingway, como la película de Siegel, son historias de violencia americana. Violencia absurda y trágica, en la medida en que esa violencia americana se propaga como la peste por el resto del planeta. La violencia de Siodmak es una violencia europea: es la violencia de las tinieblas saturnales del cine expresionista alemán.
La violencia americana es la violencia de un mundo finalmente desalmado. Su laconismo es el de los hombres y los muñecos condenados a sufrir y morir errantes en paisajes suburbanos y desérticos, sin almas, sin Dios, sin otra esperanza que la agonía. Nadie como Cormack Mc Carthy ha evocado esos desiertos iluminados con luces de neón.
La violencia europea evocada por The Killers (Robert Siodmak) es la violencia de Berlín, Viena, París, las grandes metrópolis europeas, vendiendo su alma al Diablo, errante como una sombra por las calles vacías de una posguerra pavorosa. El Demonio todavía vaga por los guetos de una Europa en ruinas, buscando seres sufrientes y almas en pena. En Caína, seguimos perdidos en ese laberinto.
Curiosamente, la cinta de Siegel, para una cinta magnífica y totalmente diferente de la Siodmak, que nos introduce en el quehacer cotidiano de dos «killers» de los cuales uno anhela la jubilación, se éstaba rodando cuando el asesinato de Kenedy. Tal fué el impacto de aquel hecho, en un reparto que era kenedyano mayoritariamente (Reagan había sido demócrata), que Siegen no puedo evitar repetir el asesinato del presidente en la muerte del ganster joven, saliendo del hotel y asesinado por quien luego sería presidente (curiosa elipse) desde una ventana frontal.
En cualquier caso la primera versión tiene a uno de los mejores Lancaster y una Ava que se sale de la pantalla.
fe de erratas: donde dice «para una cinta» debe decir «para mi una cinta…»
Exapamicron Diccionario Exapamicronico. Honradez (como virtud criminal).