Francia, en la encrucijada, 4
Ségolène Royal, socialista, Nicolas Sarkozy, conservador, y François Bayrou, centrista, tienen puntos de vista enfrentados sobre casi todo lo divino y humano. Pero evitan cuidadosamente discutir sobre varios temas capitales: terrorismo, nacionalismos y tentaciones independentistas, en la metrópoli (Córcega, País vasco) y los departamentos y territorios de ultramar (Guadalupe, Guayana, Martinica, Reunión, Polinesia, Nueva Caledonia).
Ségolène Royal fue la primera en visitar electoralmente el País vasco francés. Allí la esperaban numerosos grupúsculos nacionalistas, con un largo rosario de reivindicaciones: creación de un departamento vasco, “diálogo político” sobre Euskalerría, etc. Ségolène no aceptó ni una sola de tales proposiciones y terminó todas sus reuniones políticas gritando: “¡Viva Francia! ¡Viva la República!”, cantando La Marsellesa, que es un himno marcial nada sensible a las reivindicaciones nacionales que no sean las de la Nación francesa.
Entre los consejeros de Nicolas Sarkozy se encuentran algunos de los mejores conocedores franceses del País vasco, como Alain Lamassoure. Nadie en las filas conservadoras es nada sensible, tampoco, a las reivindicaciones nacionalistas vasco-francesas, comenzando por la creación de un departamento vasco, reclamando y siempre rechazado, en París, desde hace décadas.
Nacido en el Sud Ouest, François Bayrou también conoce a la perfección la problemática vasco francesa. Es sensible a las reivindicaciones de carácter cultural. Pero ha sido ministro en muchas ocasiones y jamás ha apoyado el proyecto de departamento vasco.
“LAZOS INDISOLUBLES..”
Ante el problema corso, con sus recurrentes llamaradas criminales, Ségolène protagonizó su primer gran patinazo de campaña. Un humorista consiguió hacerse pasar por el primer ministro de Québec. Y, en una conversación telefónica, entre el falso primer ministro y la verdadera candidata, Ségolène se dijo dispuesta a “estudiar” la “independencia” de Córcega. Aquella revelación causó una ola de indignación tan furiosa que Ségolène dio marcha atrás a toda velocidad y nunca más volvió a hablarse del problema.
Por su parte, Bayrou y Sarkozy han sido miembros de un mismo gobierno, sin diferencias conocidas, entre ellos, ante una política simple y precisa: “Ley y orden”.
Más allá de la Metrópoli, Francia sufre desde hace décadas del activismo de numerosos grupúsculos independentistas en los Departamentos y Territorios de ultramar (Dom-Tom, antiguas colonias), como Guadalupe, Guayana, Martinica, Reunión, Polinesia, Nueva Caledonia. Ségolène, Sarkozy y Bayrou han hecho el obligado desplazamiento electoral, para mejorar subrayar, siempre, los “lazos indisolubles” entre la Francia metropolitana y la Francia de ultramar (ex colonial).
CORSOS E ISLAMISTAS
En algunos casos (Córcega, País vasco), las tímidas llamaradas nacionalistas han caído con frecuencia en el atentado criminal. Hace cinco años, Lionel Jospin, primer ministro socialista, tuvo la tentación de un “diálogo político” con los independentistas. Su ministro del interior, Jean-Pierre Chévenement, dimitió automáticamente. Hoy, Chévenement es consejero político especial de Ségolène.
Ante las amenazas islamistas internacionales, Francia sostiene desde hace años una diplomacia con varios frentes: cooperación muy estrecha con los EE.UU.; colaboración entre los vecinos de ambas orillas del Mediterráneo occidental; y cooperación en el seno del G5 (Alemania, Inglaterra, Italia, España y Francia). Los especialistas de la CIA americana han insistido en numerosas ocasiones en la “calidad” de las relaciones anti terroristas entre Washington y París, más allá de divergencias de fondo (Irak).
En ese terreno, el silencio absoluto de los tres grandes candidatos quizá sea significativo. Sarkozy es uno de los principales artífices de tal arquitectura de relaciones diplomáticas. Bayrou perteneció a los gobiernos que ahondaron tales proyectos. En el caso de Ségolène, su familiaridad con los temas de seguridad viene de lejos: su padre fue oficial del ejército colonial, y uno de sus hermanos ha sido espía militar, profesional, incluso participó en el hundimiento del navío ecologista Rainbow Warrior, siendo presidente François Mitterrand.
Ramon says
«Francia, un nacionalismo contra todos los terrorismos» … menos el propio. no fue un funcionario, por mas señas hermano de la ahora conocida «Sego», quien le metio una bomba al Rainbow Warrior?
JP Quiñonero says
Ramón,
Uno de los hermanos de Ségolène formaba parte del equipo que hundió el RW. Así termina mi papela, oye..
Q.-