París, metro Sèvres-Babylone, 5 mayo 2007. La realidad, la ilusión, el deseo y la realidad virtual del mercado. Foto JPQ
Francia, en la encrucijada, y 14
Francia abre hoy una nueva página de su historia. A las izquierdas, Ségolène Royal ha enterrado el ciclo histórico que comenzó en el Congreso de Epinay de 1971 y la estrategia de unión de la izquierda. A las derechas, Nicolas Sarkozy encarna el cambio generacional e ideológico: un conservador orgulloso de sus valores. ¿Será capaz Francia de romper con veintitantos años de demagogias de izquierda (Mitterrand) y derecha (Chirac)..?
“FRANCIA DEBE ELEGIR ENTRE LA ASISTENCIA PÚBLICA EN BANCARROTA Y UN PROYECTO DE POSIBLE RUPTURA”
Jacques Marseille es catedrático de historia de las ideas económicas, en la Sorbona. Su obra ha contribuido de manera significa a revelar los orígenes de la crisis de Francia y la urgencia de una ruptura con 25 años de demagogias de izquierda (François Mitterrand) y derecha (Jacques Chirac):
¿Cuál es la importancia definitiva de esta elección presidencial?
Los franceses se encuentran ante una alternativa histórica. Por vez primera, desde 1981, Francia debe elegir entre dos modelos de sociedad. Los franceses deben elegir entre la ruptura, la salida, de un proceso que ha precipitado a la nación en una grandísima crisis; o la prolongación indefinida de un modelo que agoniza por todas partes, ha incrementado la pobreza, ha atizado los enfrentamientos sociales, hundiendo al país en el retroceso, el inmovilismo.
¿Está madura Francia para la ruptura con la herencia de veintitantos años de demagogias de izquierda y derechas?
Creo que si. Todos los sondeos y los mejores estudios parecen probar que los franceses han terminado por comprender que han sido víctimas de engaños y fraudes. Hoy, todo el mundo parece estar convencido que la semana laboral de 35 horas ha hecho mucho daño a la sociedad, sobre todo a los más pobres. Hoy, nadie duda que todas las retóricas filantrópicas han sido nefastas para la sociedad. Todo parece indicar que los franceses han comprendido que un país moderno, una sociedad moderna, no puede vivir de la asistencia pública. Sobre todo cuando la asistencia pública está tan cerca de la bancarrota.
BANCARROTA Y ODIO
¿Cuáles son las reformas más urgentes para sacar a Francia de la espiral demagógica?
Creo que esa agenda está bien estudiada. Hay que poner coto a la Deuda pública. Hay que reformar el sistema educativo. Hay que reformar el sistema laboral y reformar o suprimir la semana laboral 35 horas. Hay que reformar en profundidad un sistema de seguridad social y jubilaciones profundamente injusto, anti económico, anti social. Hay que devolver a Francia las libertades perdidas a través de un modelo de asistencia pública que ha tenido nefastos resultados perversos.
En una de sus obras, usted ha denunciado los riesgos de “guerra civil”, a través de unos enfrentamientos ideológicos permanentes. ¿No le parece exagerada esa visión? ¿Cuál es el estado de tales tensiones?
Esta campaña presidencial ha confirmado plenamente esa visión. Las izquierdas han atizado contra Nicolas Sarkozy, el candidato de la derecha republicana, una campaña de odio de la que no recuerdo precedentes inmediatos. Hay que remontarse a los años treinta del siglo pasado para recordar campañas de odio político tan inquietantes. Se trata, para mi, de un síntoma guerra civilista bien evidente. La campaña socialista contra Sarkozy ha tenido todos los ingredientes del odio absoluto, con flecos racistas. Se ha ironizado de manera odiosa sobre su físico. Se han criticado sus orígenes de hijo de un inmigrante, un extranjero. En ese punto, las críticas de la extrema derecha han rozado la xenofobia racista. Hay que remontarse a los ataques de las extremas derechas, contra Leon Blum, en los años treinta, para recordar algo semejante. El resultado de la campaña contra Sarkozy, desde la izquierda socialista, ha sido eficaz y revelador, hasta conseguir que un 35 por ciento de los franceses digan detestar a Sarkozy. Se trata de un tema y una situación típica de guerra civil.
SUBURBIOS INCENDIADOS
Esos enfrentamientos políticos, sociales y culturales de fondo ¿no hacen muy difícil la reforma de Francia? En 1995, Alain Juppé ya intentó una tímida reforma de los regímenes especiales de la seguridad social y las jubilaciones. Pero los principales beneficiarios de esos sistemas elitistas e injustos, los trabajadores privilegiados del sector público se tiraron a la calle, paralizaron Francia. Y el gobierno prefirió enterrar y aplazar indefinidamente las reformas de fondo…
Creo que han cambiado muchas cosas. Creo que la sociedad ha terminado por comprender la realidad de la crisis, la realidad de las injusticias de Estado. En 1995, Alain Juppé lanzó las reformas, sin un trabajo de pedagogía previo. Con el tiempo, los mejores especialistas han descubierto que, en verdad, la sociedad desconocía el funcionamiento perverso de su modelo social. Han pasado diez años. Creo que los franceses conocen mucho mejor la realidad del mal funcionamiento del Estado y de las consecuencias catastróficas del comportamiento asocial del ogro filantrópico estatal.
A la crisis social de 1995 siguió la crisis de los suburbios del 2005. En el 95 estalló un enfrentamiento de fondo entre los trabajadores del sector público, inmovilistas, y un gobierno más o menos conservador que intentaba reformar algo. En el 2005 estalló una crisis que tuvo muchos flecos culturales, religiosos, quizá de otra naturaleza. ¿Cómo percibe usted la actualidad de ese rosario de crisis a repetición?
La crisis de los suburbios estaba íntimamente asociada a los resultados nefastos de las políticas sociales y educativas de François Mitterrand y Jacques Chirac. Fue durante la presidencia Chirac, históricamente nefasta para Francia, cuando estallaron los guetos sociales que habían comenzado a surgir cuando el dirigismo de Estado de Mitterrand comenzó a empobrecer Francia. Algo terrible. El resultado encadenado de la obra nefasta de ambos presidentes tuvo como consecuencia social inmediata que el 55 por ciento de los jóvenes que vivían y viven en los suburbios no tengan trabajo. Esos mismos jóvenes también son víctimas de la crisis atroz de la escuela pública y el sistema educativo nacional. Para colmo, fue el mismo presidente Chirac quién aceleró la crítica de zapa contra nuestra historia nacional.
VOTO BOBO
¿No influyó en la crisis de los suburbios el problema de la emergencia de una Francia multicultural y multiétnica? En definitiva, hay 5 o 6 millones de franceses musulmanes que no siempre están bien integrados en Francia y que conocen mal o muy mal la historia de su patria administrativa. Un problema semejante se plantea con los negros franceses, nacidos y crecidos en una Francia de ultramar, pero mal integrados en la historia cultural y política de la metrópoli.
Esos problemas también están bien presentes en la crisis de los suburbios y en la crisis actual. Sin embargo, la cuestión esencial es que la escuela republicana ha dejado de funcionar como un ascensor social. La escuela, el sistema educativo, el Estado, que en otro tiempo, aseguraban la unidad del tejido social, entraron en crisis feroz durante las presidencias de Mitterrand y Chirac, con unas consecuencias catastróficas. Al mismo tiempo, la cultura de Estado difundida desde su cúspide, desde la presidencia, ha alimentado las dudas más profundas sobre la identidad nacional. Cuando Francia ganó la Copa mundial de fútbol se hablaba de la formidable integración nacional, a través del deporte. Y la selección nacional se presentaba como un espejo de unidad en la diversidad cultural, étnica, social. Poco más tarde, la crítica de zapa contra la historia nacional abrió problemas que habían dejado de existir. Y fue Chirac quien atizó ese revisionismo contra la historia de Francia, con resultados desastrosos. Cuando un presidente critica la historia nacional y, al mismo tiempo, él es la encarnación del inmovilismo, la sociedad se hunde de manera inquietante. Recuerde que fue Chirac el primero que comenzó a criticar el liberalismo, comparándolo con el comunismo. Esa tarea cultural de zapa contra la historia nacional, acompañada de su falta de autoridad moral, acentuaron todas las crisis. Mucho me temo que Chirac tenga personalmente una grave responsabilidad en la emergencia del odio social de franceses contra franceses.
La primera vuelta electoral pudiera sugerir la emergencia de una Francia más o menos centrista. ¿Cuál es su opinión sobre el voto centrista de la primera vuelta?
Creo que no hay voto centrista. Creo que se trata de un espejismo. Una parte de los electores que votaron centrista en la primera vuelta son electores conservadores moderados, que votarán a Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta. Otra parte son electores anti sistema. Anti-sistema “chic” si usted quiere. Son electores “bobos”. Ya sabe: “bobo”, “burgués – bohemio”. Ese elector “bobo” puede votar socialista en la segunda vuelta, o en otro momento. Otra parte del electorado centrista de la primera vuelta es un electorado flotante, sin cultura política particular: y, sobre todo, muy alejado de las culturas políticas de las izquierdas.
EL MOVIMIENTO Y LA REACCIÓN
¿Quién encarna hoy el movimiento y la reacción en Francia?
Creo que está claro que Ségolène Royal encarna todo el pasado, todo el arcaísmo y toda la demagogia de su cultura política personal. Nicolas Sarkozy encarna una forma de movimiento que ha sido víctima del terrorismo intelectual de una cierta izquierda. La gran novedad de esta campaña es que, por vez primera, desde 1965, por lo menos, un hombre político de derechas, conservador republicano, se presentan ante la opinión pública orgulloso de sus valores, los valores de sus familias políticas más hondas y respetables. Recuerde usted, por ejemplo, que el Estado providencia fue creado por grandes personalidades conservadoras y liberales. El patriarca fundador del Estado providencia fue Biscmarck, en Alemania. En Inglaterra, Keynes era un liberal reformista. Solo el terrorismo intelectual socialista ha permitido ocultar todo eso durante mucho tiempo. Asumiendo la herencia de esas familias políticas conservadoras, liberales, reformistas, Sarkozy quizá sea el único político que puede poner a Francia en movimiento.
¿Cuál es el alcance europeo de esta elección presidencial francesa?
Todo el mundo se ha quejado, diciendo que Europa ha estado un poco ausente de la campaña. A mi me parece totalmente normal. Antes que hacer política europea, es imprescindible que Francia comience a recuperarse de su crisis. Una vez iniciado el proceso de ruptura contra las presidencias de Mitterrand y Chirac llegará el momento de estar más presentes en Europa. En ese terreno, la candidatura de Ségolène causa muy viva inquietud en toda Europa. Imagínese… una candidata que propone renegociar un Tratado constitucional europeo, ¡cuando los socialistas se enfrentaron a muerte política contra el mismo Tratado que ellos mismos contribuyeron a enterrar! En Berlín, en Bruselas, en Londres, el único candidato que inspira confianza en Sarkozy.
Gregorio Luri says
En primer lugar, gracias, JPP, por toda la información que nos has ido proporcionando. Hoy volveré a estar de inquilino en esta casa.
En segundo lugar una apuesta. Dices que «a las izquierdas, Ségolène Royal ha enterrado el ciclo histórico que comenzó en el Congreso de Epinay de 1971 y la estrategia de unión de la izquierda». Te apuesto diez céntimos de euro que mañana mismo los socialistas comienzan a hablar de reagrupar las fuerzas progresistas en un proyecto de nuevo tipo, etc, etc. (si es que no han empezado ya).
Luis Rivera says
Me parece banal mi insistencia en que Sarkozy no es, sensus estrictus, el vcandidato de la derecha, aunque tenga que digerirlo y aunque él sea, indiscutiblemente, conservador.
Lo que está en juego es una especie de refundación republicana, esa es la oportunidad que se muestra ante Francia si la política que emprenda el candidato (en caso de triunfar) se adecúa a lo expuesto en la campaña, incluso a ese «no vamos a poder conseguirlo todo» y en ese avatar se consigue algo sustancioso: un xcambio de pensamiento en la sociedad.
Se trataría de una especie de refundación de esa repýublica que lleva ya 5 refundaciones.
Si como Luri opina, y creo que es fundada, desde la experiencia, la izquierda toca a rrebato para la reunificación tipo «Olivo», el panorama tendrá un elemento alentador: Sarkozy no es Berlusconi.
Imagino, porque yo no puedo dejar de pensar en 2008 en España, una campoaña Rajoy-Zapatero, y me entra una melancolía furiosa.
JP Quiñonero says
Gregorio, Luis,
Bueno, hay una cuestión de técnica política que introduce diferencias de este tipo:
1.- En Francia, el modelo electoral de las elecciones legislativas / generales es mayoritario a dos vueltas. Tras esa cosa incomprensible hay algo muy simple: los pequeños partidos que no alcanzan un nivel mínimo son eliminados; y los partidos minoritarios son penalizados en número de escaños. Por el contrario, los partidos mayoritarios se benefician de un trato de favor: además de ganar en número de votos, esa mayoría todavía queda ampliada en la concesión del número de diputados. De Gaulle introdujo esa originalidad para dar a Francia mayorías políticas sólidas y salir del parlamentarismo, combinaciones y alianzas de la IV República, que tenía un modelo proporcional, más o menos semejante a los modelos italiano y español, donde los partidos minoritarios pueden ser “bisagras” que controlan el cotarro.
2.- La estrategia de la unión de la izquierda reposaba en esa regla de oro de la técnica de la conquista del poder, en Francia: forjar una alianza sólida que de una mayoría absoluta, indispensable para gobernar.
3.- La primera vuelta de las presidenciales del 2007 ha dinamitado la estrategia de la unión de la izquierda. Con el 2 % de votos, el PCF ni siquiera podría estar en la Asamblea Nacional. El resto de las izquierdas más o menos extremas, tampoco. Con lo cual, el capital del PS es insuficiente para tener una mayoría gubernamental. De ahí la necesidad táctica de buscar nuevas alianzas.
4.- Buen conocedor de la mecánica electoral francesa, François Bayrou, centrista, apostó desde hace un par de años por la doble ruptura de la izquierda y la derecha, quedándose él como futura bisagra. Ese es su proyecto. Veremos en lo que queda.
5.- Ante tales evidencias, en el PS hay varias tendencias. A la izquierda, Henri Emmanuelli (ex presidente Asamblea Nacional) es partidario de fundar un nuevo partido, fiel a la estrategia de la unión de la izquierda. En el flanco socialdemócrata, Michel Rocard (ex primer ministro) y Dominique Strauss Kahn (ex ministro de finanzas) son partidarios de la apertura al centro. Mme. Royal ha oscilado entre ambas tentaciones. Laurent Fabius (ex primer ministro) es partidario de un giro a la izquierda. Claude Allegre, ex ministro de educación, coquetea con los posibles primeros ministros de Sarkozy. Que haya aspirantes a diputados que hablen de unidad de las fuerzas del progreso es bastante plausible. Puros ilusos. Quienes conocen las técnicas de conquista del poder saben que el hundimiento comunista y la fragmentación de la extrema izquierda impiden la formación de una hipotética mayoría.
6.- A las derechas, las cosas están relativamente más claras. Si es elegido presidente, Sarkozy espera poder contar con una mayoría absoluta o casi, en las próximas legislativas / generales del mes de junio. Con un margen de maniobra personal de unos cinco años…
7.- Sarkozy no es un ideólogo. Es un pragmático, predador y carnicero. Entre quienes lo han apoyado hay de todo: patriotas conservadores que vienen de la izquierda y no creen en la UE (Max Gallo), liberales más o menos reformistas laicos (LFerry), liberal patriotas que miran con escepticismo el librecambismo anglosajón (NBaverez), librecambistas ortodoxos (JMarseille), anti autoritarios poco sensibles a la ideología (Glucksmann), publicistas de izquierda tradicional (JSeguella). Por el contrario, desconfían de Sarkozy liberales clásicos (JC Casanova), conservadores tradicionalistas, reformistas católicos, que de todo hay en la viña del Señor…
¡Perdón por este coñazo…!!!
Q.-
Ramon says
Habra hecho falta la sombra de la bancarrota del estado para que un conservador (o un derechista´si se prefiere) gane unas elecciones (en las elecciones anteriores no se voto por Chirac sino contra LePen), y, si gana, probablemente sera por un margen modesto.
En cuanto la sensacion de ruina desaparezca del horizonte, los franceses volveran por donde solian. Y es que la tentacion de parecer «progre» les puede. Es algo parecido a lo que pasa en Cataluña, donde todos los que son «alguien» admiran y emulan el modelo jacobino, cosa curiosa por cierto. Una lacra cultural mas que no se supera en dos dias, que probablemente nunca se superara.
JP Quiñonero says
Ramón,
En una presidencial francesa…
-un 51/52 – 49/48 es lo normal,
-más allá de 53 / 47, es una barrida..
Veremos,
Q.-
Luis Rivera says
No entiendo la referencia a Cataluña de Ramón, pero es anecdótico.
Un hecho curioso es que Jacques Seguella es quien diseñó la campaña de Miterrand a las primeras (no se si después) en que ganó la presidencia. Curiosamente le limó, en ortodoncia pura, los colmillos que le hacían parecer un tanto vampiro cuando sonreía, e inventó aquel slogan que debía tranquilizar al centro e incluso a la derecha, a la par que moderar a la izquierda. «La fuerza tranquila».
Le conocí en España, brevemente. Era un tipo listísimo en esto de la comunicación. A veces era imposible seguir y entender su discurso, pero era tremendamente convincente..
EM says
«Gli intellettuali sono delusi dalla sinistra», así responde a la enviada especial del Corriere Alessanra Coppola, el escritor Pascal Bruckner. «Probabilmente mi asterrò. Perché? Non c´è stato aggiornamento. Il PS non ha avuto il suo congresso di Bad Godesberg come la tedesca Spd. Non c´è stata evoluzione socialdemocratica, come in Italia. La sinistra francese non ha ancora ammesso la legittimità del capitalismo. Quando è al potee accetta politiche liberali, quando è all´opposizione condanna il liberismo, oscillando tra gestione pratica e retorica rivoluzionaria. Un doppio linguaggio insopportabile. La Royal ha provato a inserire elementi di cambiamento, ma non ha avuto abbastanza tempo per le riforme. Che saranno ora inevitabili. In molti non lo dicono, ma la speranza è che la sinistra perda in modo che si acceleri. Se nascesse un grande partito democratio, un moderno centrosinistra con Bayrou, quelli che oggi si dicono delusi e votano Sarkozy aderirebbero. Tutti i «fuoriusciti»come me in realtà sono in attesa di un´altra sinistra».
JP Quiñonero says
Luis, EM,
Seguela es muy listo, en el sentido noble. Y sintomático.
A Bruckner se le entiende todo: incluso en italiano, efectivamente,
Q.-
Sani says
Hola a todos,
A ver, de todo lo escrito lo único que me enerva, por así decirlo, es leer esto:
«Hay que remontarse a los ataques de las extremas derechas, contra Leon Blum, en los años treinta, para recordar algo semejante. El resultado de la campaña contra Sarkozy, desde la izquierda socialista, ha sido eficaz y revelador, hasta conseguir que un 35 por ciento de los franceses digan detestar a Sarkozy. Se trata de un tema y una situación típica de guerra civil.»
Bueno, la idea que la propaganda actue en plan hipnotizador y manipulador sobre nada menos que el 35% de los franceses … eso me parece un desbarre total y absoluto, *venga de quien venga*.
Aunque esté feo decirlo, me parece más razonable argumentar que en Francia como en España hay dos bandos, y por lo tanto – que de uno de los dos bandos te guarde Dios- en el espectro que va de la suave y educada oposición al odio, el caldo ya está en la olla, y el grado de enfrentamiento viene dado por la circunstancias. En esa elección se han tensado todos los arcos porque todo el mundo ha considerado la dimensión de lo que había en juego …
O sea que dudo mucho que la propaganda consiga entontecer a todos más de lo entontecido que cada uno ya esté. Ni allí ni aquí hay tanto tonto manipulable…
En España, el PP actual también intenta sembrar odios pero no conseguirá salirse con la suya.
O así lo veo yo, claro …
JP Quiñonero says
Sani,
Quién salió en defensa de Sarko, en el Nouvel Observateur, fue Claude Lanzmann, que, como sabes, es director de Le Temps Moderns, la revista fundada por Sartre. Sin desvelar secretos de alcoba, tampoco fueron un secreto las relaciones sentimentales entre Lanzmann (defensor de Sarkozy en el Nouvel Obs.) y Mme. Simone de Beauvoir,
Q.-
PS. Lo de extrapolar Spain and France, derechas e izquierdas, NO me parece Nada Sensato. Que cada palo aguante su vela. Esas generalizaciones abren el paso a todos los populismos, a todas las demagogias y a todas las manipulaciones.
Sani says
Dear JP,
A ver, aquí no te sigo, porque es como si fueran comentarios comletamente cruzados, sobre contenidos absolutamente distintos.
1. En mi comentario, el grueso de lo que digo es que me parece que el 35% (por no decir el 46%) de los franceses ya era anti-sarkozy antes de la propaganda electoral que se ha cebado en él con todo tipo de argumentos, los válidos y los de muy baja calaña: lo que tu llamabas Tormentas de basura
Esto explica -que no justifica- el «todo vale», incluído lo éticamente reprobable.
Y pienso que la novedad estriba en que produce en tiempos de Internet y de Blogosfera, o sea en un medio en que se sabe de la amplísima e inmediata difusión de cualquier chiste o bajeza…
2. Las estrapolaciones y la comparaciones, aunque algunas resulten ridículas, son completamente normales . Cuanto menos son «irrefrenables» para la mayoría de los modestos estrategas y politicólogos de café (entre los que me cuento).
Intentamos mezclar todo y comparar todo para ver claro, no para manipular. Sólo para entender y para entendernos entre nosotros. Y diría más, también para intentar aprender en cabeza ajena… ¿me explico?
No confundamos las cosas: la mayoría de comparaciones o extrapolaciones demuestran justamente la necesidad llevar a terreno vital lo que ocurre en terreno ajeno. Esto acostumbra a ser equivalente de una confesión de «ignoracia» … no de «sabiduría «… 😉
Ya me gustaría a mi poder hacer finos y sesudos análisis de la política francesa y limitarme a ella, pero no es mi profesión y además tengo sentido del ridiculo!
3. Eso sí : no te extrañe, que cuando oigo «odio» me venga a la cabeza la actual dirección del PP…y su infame estrategia de siembra de mentira y cizaña, de odio y desprecio a los todos nacionalistas, catalanes o vascos … que se parece mucho (o supera en diabolización) a la campaña anti-sarko.
¿Y no tiene Gallardón algo de Bayrou? ¿No necesitan también aquí las izquierdas hacer «algo»? ¿ Crees que Sarkozy se manchará la mano saludando a gente de la ralea de Acebes o Zaplana…?
Yo también me opongo a las generalizaciones, no creas, y comparto totalmente tu apreciación pero, JP, este no es el caso..
Yo no generalizo, me libren los dioses. Aquí se trata de asociaciones mentales, que son como los sueños y las pesadillas : dan lo que dan y son incontrolables!
¿Una nueva ocasión para constatar que «Nobody is perfect»?
Sí, vale, pero una vez asumido para siempre, luego ¿qué?
Cúidate.
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PS
Tu paseo quasi melancólico por París es -también –
un precioso poema en prosa. Chapeau !
lola says
No entro para nada en nada, Dios me libre, sólo que me he acordado de repente que La Vang. de ayer mismo dedicaba un apartado a explicar la amistad personal (cenas frecuentes incluídas) entre Sarko y Aznar, pero, resaltando, sobre todo, la amistad muy, pero que muy personal, entre Sarko y Acebes, quienes durante dos años eran colegas de Ministerios de Interior y se llevaron de maravilla.
Qué cosas.
JP, tu blog es un privilegio. Seguiré atenta a lo que nos vayas contando, y a tus análisis; también ando muy cansada con tanta ideologización jibarizante, lo digo por los comentarios del post de arriba.
Lola
JP Quiñonero says
Mein lieber Sani,
La campaña del Odio contra Sarkozy está abrumadoramente documentada. Basta con recordar las primeras páginas de Le Monde del último trimestre. ¿Hay que remontarse a los ataques de la extrema derecha contra Leon Blum para encontrar algo parecido en la historia de Francia? Es lo que piensa Max Gallo, que fue portavoz de Mitterrand y ha escrito no sé cuantos libros de historia. Ver entrevista en este Infierno.
¿Con quien se puede comparar a Bayrou en España..? Hay que buscar un personaje que haya sido católico prácticamente durante 45 o 55 años, haya militado en todos los partidos demócrata cristianos de otras tantas décadas, haya sido ministro muy conservador en sucesivos gobiernos conservadores desde 1986… y, finalmente, haya terminado traicionando a sus íntimos (no solo políticos…), para satisfacer una ambición “centrista” que nadie le había conocido desde que había entrado en política, hace varias décadas. En el terreno de la vida política, creo que ha maniobrado con habilidad, tomando posiciones para las presidenciales del 2012. En ese punto tiene todo mi respeto práctico ante un político maniobrero de la vieja escuela. Cuando esa forma de comportamiento se consuma sin pretender dar lecciones de “ética”, la cosa es soportable, incluso puede ser indispensable. Pero, por favor, cuando esos personajes pretender convertirse en árbitros de “moral”, “principios”, etc., siento ganas de vomitar. En el terreno de la ética, esos comportamientos pueden nombrarse con calificativos de tipo más o menos tabernario.
En Spain, ponerse a predicar la causa de Bayrou en los púlpitos escritos o audiovisuales es algo que, en París, suena a algo peor que irrisorio: huele a ignorancia maniobrera.
Q.-
PS. Lo de poema en prosa se agradece, oye, “hipócrita lector… etc., etc..”
JP Quiñonero says
Lola,
Oye, de entrada: te debo no ya café y agua mineral, si no, que se yo… una pesolada en el Maresme, o algo así, de grande reconocimiento cordial, mutuo, etc.
Sobre Sarkozy y los españoles… La verdad es que no lo tengo yo tan claro, ni mucho menos. Sin entrar en cosas ideológicas (Sarkozy no es un ideólogo, si no un predador: toma las ideas que le vienen bien allí donde las encuentra… y las encuentra en sitios muy distintos, incluso antagónicos), sin entrar en la cosa «política», tampoco… Sarkozy puede llevarse bien con cualquier ministro del interior tan «enérgico» como él… pero/pero, es un señor al que le gusta comer, hacer deporte y/y las Señoras, con una voracidad alta. En el terreno religioso, Sarkozy es un laico. En el terreno cultural, es capaz de hablar con Michel Onfray (que es ateo) de las Cartas a Lucilio de Séneca. Pero, sobre todo, en el terreno de las Señoras y las faldas, las cosas conocidas respetuosamente, creo que no son comparables con las de ningún político español. Y no digo esto a título chismoso ni ideológico: intento mirar a los personajes desde un punto de vista «zoológico» o «entomológico». Si me apuras, la vida nocturna del Sarkozy joven político, antes de ser presidente, estuvo mucho más cerca del joven Felipe Gonzalez o de un eminente político conservador cuyo nombre no me viene a la memoria…
Q.-
Sani says
Ok. Sí a todo , «mon semblable – salvando todas las muchas distancias, claro,- mon frère … 😉
Y me parece bien que sientas por Bayrou tanta simpatía. Un católico practicante presidente de la República francesa … ¡ sería de órdago revolucionario!
El centrismo, «el equidistar», equivale de algún modo a querer estar bien con todos, y eso, como se ha visto más de una vez, es de hipócritas y/o cobardes.
Máxime cuando al interfecto le ha entrado centrismo a última hora, más allà del mezzo del camino de su carrera política. Hay plumeros que se ven desde muy lejos.
¿Quién decía que para tener amigos hay que saber tener enemigos?
No sé si quien eso afirmaba tenía razón, paro me parece «ben trovato».
Centrar al PP. Una viñeta, creo que el diario Avui de hace unas semanas, mostraba un barco bastante escorado «a la derecha», y la leyenda rezaba algo así: «Rajoy, para centrar al PP habría que echar por la borda a Acebes y a Zaplana».
¡Pero era sólo un inocente chiste político!
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JP Quiñonero says
Sani,
Don Pío: «Rubén Darío es un escritor con mucha pluma. Se nota que es indio».
Rubén: «Baroja es un escritor con mucha miga. Se nota que es panadero»…
Q.-