Me pregunto si la opinión pública española percibe con claridad quien representa el inmovilismo fratricida y quien el movimiento renovador, en Francia, hoy.
JM Colombani, director de Le Monde, comenta la victoria de Nicolas Sarkozy de este modo: “Consuma no solo un cambio generacional, promesa él mismo de una renovación deseada de la vida pública; también abre una nueva fase de nuestra historia, que el país desearía más dinámica, más ofensiva, más eficaz”. Ante la insondable gravedad de la crisis nacional, Colombani estima que Ségolène ha propuesto algo parecido a una cura psiquiátrica: “Acompañar psicológicamente a los franceses, en sus dificultades”. Pero, agrega, “los franceses han preferido a quien podía ser, para ellos, el portador de una promesa de acción contra el declive nacional anunciado, capaz de dar un impulso, algo semejante a un nuevo comienzo”.
Por su parte, el historiador y politólogo Jacques Julliard escribe en la edición especial del semanario socialdemócrata Nouvel Observateur: “¡Fuego sobre el cuartel general!” [ .. ] “Ségolène lo ha hecho todo para salvar a la izquierda del desastre; pero el arcaísmo de los caciques del PS ha sido más fuerte”. Julliard hace un balance feroz del campo de ruinas ideológicas del socialismo francés, afirmando que, para los trabajadores (que han votado mayoritariamente a la derecha y la extrema derecha), el PS es sinónimo de salarios estancados, como consecuencia de la semana laboral de 35 horas.
El Nouvel Observateur, el semanario de referencia de la izquierda francesa, desde hace décadas, consagra cinco páginas íntegras a una tragedia política y amorosa, contando por lo menudo que Ségolène ha hecho algo peor que perder las elecciones: ha puesto en juego su familia, ha enfrentado al padre de sus hijos con sus amigos políticos, abriendo una crisis sentimental de su pareja, que el ensayista Bernard-Henri Levi resume con esta frase: “Ségolène está muy sola. Incluso sentimentalmente”.
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Advierto, ya escrita esta entrada, que el psiquiatra o la «terapeuta social» (JM Colombani, Le Monde) no están muy alejados de la «predicadora evangelista norteamericana«, que así calificaba Ted Stanger a la misma Ségolène, en mi casa:
Joaquin says
JP, ¿Conoces a Jacques Bouveresse?
He visto anunciado un nuevo libro suyo: Peut-on ne pas croire ?
Sur la vérité, la croyance et la foi
Jesus Cardona says
Agradezco el seguimiento que usted ha hecho de la campanya (sic). No he comentado porque mi desconocimiento de la politica francesa es total. Tampoco me he apuntado al juego iberico de las comparaciones, que no he visto en ningu papel britanico. Lo que comenta hoy su colega en el ABC, Valenti Puig. En Caina siempre es necesario un referente foraneo, tanto para alabar como para insultar (neo con, gauchista, taylorista, etc).
me ha gustado su sistema de proteccion antispam «¿Suma de 5 + 7?». Pongalo un poco mas complicado, una raiz cuadrada, por ejemplo 😉
JP Quiñonero says
Joaquín,
Bouveresse es lo que antes se hubiese llamado un Sabio. Sabio en disciplinas (positivismo lógico, etc.) en las que yo soy mucho más ignorante que en otras. A mi me inspira respeto: pero en la cosa filosófica soy más poético-heiddegeriano-etc… filiación que sospecho alejada de sus sabidurías… Nobody is perfect,
Q.-
JP Quiñonero says
Jesús,
Oye, Gracias. Si te parece, mejor tutearnos, ¿no?
Mis ignorancias en filosofía analítica y positivismo lógico me hacen igualmente obtuvo a cuestiones antispam, oye. Saludos,
Q.-
Ramon says
No me gusta eso de meterse con la pretendida «soledad sentimental» de la Sra. Royal. Si tiene problemas amorosos, estos deberian de quedar en la via intima y personal, en vez de andar de boca en boca en forma de insidiosas sugerencias. En este sentido al menos, en España estamos mejor. Creo que es impensable que aqui la prensa trate de esa forma la vida privada de un politico. Ha habido intentos, pero han sido felizmente liquidados.
JP Quiñonero says
Ramón,
La vida privada merece todos los respetos, sin duda. En este caso, la cosa es muy compleja: han sido los portavoces de Ségolène los que han ido goteando pequeñas miserias.. y es el Nouvel Obs. el semanario oficial de la izquierda francesa, el que consagra cinco largas páginas a esas miserias, que son francamente negras y muy íntimas… Cuentan los colegas franceses que Ségolène ha amenazado a su compañero con prohibirle la visita a sus hijos si tomaba esta o aquella decisión política… en plena batalla, tras la derrota, la publicación de todas esas miserias tampoco es nada inocente… ¡que se diría si esas cosas las hubiese publicado el Figaro!!!
Q.-