Me pregunto si el arte de escribir novelas en español (de España) no está evolucionando en la oscuridad de lo invisible, proscrito, silenciado por los medios de incomunicación masas, hipnotizados por el canon basura impuesto por las industrias de la incultura…
El ejemplo que tengo más a la mano es el de El mapa de las aguas (Mondadori) de Ángel García Galiano (creador, profesor, crítico: Artículos sobre Cervantes), una novela misteriosa, más próxima de Rayuela o La saga / fuga de JB que de los sucios libros-ladrillos distribuidos como naderías maquilladas de basura, medrando por los estantes de novedades de las librerías, en busca de indefensos lectores.
He leído ese libro a salto de mata, durante varias semanas, mientras corría tras las naderías de la actualidad política francesa. Al final de esa carrera (la del lector perdido en el laberinto del libro), advierto que las distintas partes – capítulos de esa novela pudieran leerse por separado, incluso aislados del resto, para volver a empezar: cada parte – capítulo tiene vida propia, como fragmentos de la historia de una vida que se busca en ese viaje, que es la construcción de la obra misma.
En cierta medida, La voluntad azoriniana nos dice algo muy semejante del arte de escribir novelas. Sin embargo, es una evidencia que La voluntad no encontraría editor, hoy, en España; ya que se trata de un libro que descubre caminos inéditos, mal explorados, de una realidad que sería ilusorio “describir” de una manera más convencional. De ahí, me digo, libros como el de Ángel García Galiano quizá estén roturando las tierras más hondas del arte del escribir novelas en español de España: sembrando las parameras de la lengua con unas semillas que deberán estar muy enraizadas en el pozo insondable de la lengua, para salvarse de la polución y la lluvia ácida que cae sobre todos nosotros, inclemente, atroz, como una plaga inquietante, una enfermedad del espíritu.
emma says
habrá que leerlo. ya le diré.
JP Quiñonero says
Emma,
Ya me contarás…
Q.-
PS.- ¡Me deprime la barba del «usted»…!
malvisto says
Oye que la Saga de JB es un librazo: aún me suena la broma aquella de ´las únicas trompetas que sabía tocar eran las de falopio¨.
Entonces, si ese es el estilo, si por esos caminos va este libro que recomiendas, del que hablas, pues vale la pena!!!
Y en cuanto a la novela, de hecho, a las letras españolas, es increíble que teniendo padres del surrealismo, se nos pegue mucho la aguja en cuanto a cortar la realidad como si esta fuera un postre… me parece que que literatura no es solo lo que siempre ha sido literatura.
Saludos,
JP Quiñonero says
Malvisto,
Estoy terminando el último libro de AGG y la verdad sea dicha: se me antoja un narrador de primera envergadura…
Q.-
malvisto says
hombre, pues ojala la consiga aquí en el pueblo… de 30 millones de habitantes. Claro está, no debo quejarme mucho, porque lo que se ha hecho en cuanto a bibliotecas es enorme.
y como te decía anteriormente: ojala se le meta el hombro a las tabernas, eso es un bien público enorme.
Veronique de Miguel y Ucelay says
Tengo el orgullo, la satisfacción y la dulce experiencia de haber sido, en la Universidad de Deusto, una de las primeras alumnas de AGG. Lo recuerdo bien, después fuimos amigos y caminamos otros tránsitos, pero sus clases, el modo de plantar en los que no tenían y de abonar en los que sí…eternas jornadas de debate, de casi estudiantina jocosa con profundos registros, sin querer todos nos enamoramos de aquella figura despistada y sabia.
No dejen de leerlo, aún tiene dentro, escondido, lo mejor.
Veronique
JP Quiñonero says
Veronique,
¡Como me agrada encontrar una lectora que recuerde con tanto cariño y justicia la figura de AGG…!!! En otro país, él ocuparía el puesto que merece como gran narrador de tu tiempo,
Q.-