Me basta con escuchar el Ave María de Schubert. Y ahí está mi infancia gloriosa.
La luz de un nuevo día que todo lo iluminaba. Las flores, la escalera, el jardín nuestra casa, el perfume de la tierra y mis padres dándose la mano. Mi madre y mi abuela cantando a dúo el más legendario de los lieder de Schubert. Me basta con cerrar los ojos para creer en la inmortalidad del alma y en la resurrección de los muertos. Amén.
«Y ahí está mi infancia gloriosa»
Q,
¡¡¡Qué hermoso rompimiento de gloria!!!
Hermosa magdalena mojada en café con leche. Le pongo una luz mediterránea para hacerme la idea más adecuada.
Luis, EM,
Luis,
Mucha luz mediterránea, si..
EM,
Mi gratituddddddddd
Q.-
Ese es un pasaje que bien narras en «Retrato del artista en el destierro». Bellísima composición de Schubert, en efecto.
A propósito, a mí todavía me traspone el «Nessun Norma» del Turandot de Puccini, interpretado por Franco Corelli, en una grabación de 1966.
Maty,
Gracias Mil por el recuerdo: el criminal siempre vuelve al lugar del crimen..
Q.-
¡Oh, Quiño!
Con este Patrimonio puedes con todo…
Basta con cerrar los ojos…
¡Amén!
Fina,
Te respondo por aquí a todo…
-Lo de construir algo nuevo, ay, es una miqueta complicado. Quizá lo más honrado sea intentar comportarse con dignidad y honradez, dentro de lo posible. La gracia, ay, para quien tenga suerte…
-Si, la infancia… el descubrimiento de la música, la palabras, los cuentos de hadas…
Avanti..!
Q.-
¡Venga, Quiño!
Mucha suerte y muchos instantes de «gracia»…
Fina,
Mucha suerte para tí, también, claro.
Avanti..!
Q.-