La dimisión de Josep Piqué me parece un gesto de dignidad que inspira respeto.
Más allá del galimatías político inmediato, tal decisión abunda, para mí, en dos procesos históricos de inmenso calado:
1. La agravación de las crisis españolas.
2. La regeneración pendiente de las derechas.
La carta / dimisión de JP:
Querido Presidente y amigo Mariano:
Como recordarás, hace varios días te escribí para comunicarte mi decisión de dejar la dirección del Partido en Cataluña y, por añadidura, mi dedicación a la política. Creo que te daba razones más que suficientes para justificar mi actitud. Y, pienso, sinceramente, que todas siguen siendo válidas. En otro momento, y en circunstancias distintas, ya te ofrecí mi puesto ante la clara desautorización a la que me había sometido la Dirección a través del Secretario General. Tu solicitud, argumentada sólidamente no sólo en términos políticos sino, sobre todo, humanos, y mi aprecio personal y político hacia tu persona, logró que, entonces, reconsiderara mi postura.
Como sabes, he seguido trabajando, en circunstancias nada fáciles y en el seno de un Partido en el que no faltan mezquindades y miserias (que debo decir que se compensan, más que de sobra, con gente admirable por la que siento un enorme respeto y reconocimiento y que me han ayudado a mantener las ganas y la ilusión).
Recientemente, en virtud de lo que te expuse en mi carta, llegué a la conclusión de que mi permanencia no era sostenible y así te lo trasladé, con toda sinceridad y honestidad, y convencido de la irreversibilidad e inevitabilidad de mi salida, y desde la convicción de que era lo mejor, para ti y para el Partido, que fuera cuanto antes.
Tu petición de que abriera unos días de reflexión y, sobre todo, mi profunda voluntad de no perjudicarte, a la vista de los argumentos personales que me utilizaste, logró, de nuevo, que lo haya intentado otra vez, sabiendo, como tu sabes, que mi compromiso no iba a ir, en ningún caso, más allá de las generales y con el único objetivo, en lo personal, de contribuir a tu victoria que deseo fervientemente por el bien de España y de todos.
Creí que eso pasaba por reforzar mi autoridad y, haciendo los cambios y los ajustes necesarios que yo comparto, no aprovechar la circunstancia para demoler mi imagen propia frente a la sociedad catalana, e intentar dañar a personas que, con errores, sin duda, pero también aciertos, se han dejado la piel por nuestro proyecto.
Y como es evidente que se ha querido hacer así desde la Dirección del Partido, y aún constándome que no por ti, el daño ya es irreversible. Lo malo es que creo que, consciente o inconscientemente, el daño se ha hecho, sobre todo, a ti y al Partido.
Pero, queda aún tiempo para las generales y para que otras personas se pongan al frente del Partido en Cataluña y te hagan la mejor campaña electoral.
Siempre mantendré mi afecto y aprecio hacia tu persona y hacia nuestro Partido que me ha dado la oportunidad de conocer a magníficas personas, de descubrir nuevos amigos, y de poder prestar, modestamente, un servicio a los intereses generales, tanto en labores de gobierno, como desde hace ya cuatro años, desde la oposición.
Con toda mi estima.
Josep Piqué
ferrancab says
Lamento profudamente la dimisión de Josep Piqué que, a pesar de no ser precisamente «de los míos», es sin duda uno de los mejores (si no el mejor) de los parlamentarios catalanes. Creo, además, que es un cambio perjudicial para la imagen del PP no sólo en Cataluña sino en todo el Estado y, aunque la imagen de los populares no sea para mi un motivo de preocupación importante, me parece que esta remodelación es un importante error estratégico.
JP Quiñonero says
Ferrancab,
Lo dices con una elegancia que también inspira respeto. A título personal, el espectáculo me parece reflejar una realidad mucho más negra, sucia, de Entierro de la Sardina goyesco,
Q.-
PS. La cosa «partidista», por llamarla de alguna manera, sin descender a la ciénaga de la «ideología», se me antoja semejante al saco de ratas mordiéndose las unas a las otras. Sorry.
Jaime says
Buenos días, Juan Pedro. Piqué, que es una persona brillante, puede escoger trabajo sin estar dentro del «circo de la política». Lamento su decisión pero se ganará bien la vida, sin tener que estar pendiente del «politiqueo» de nuestros partidos políticos. Así es nuestro país. Cuenta hoy Fernando González Urbaneja, la distancia electoral entre el PSC y el PP en Cataluña. Es de 21 a 6. Es suficiente. Un abrazo.
JP Quiñonero says
Jaime,
Confieso que tengo la piel ya muy curtida como para lamentar o dejar de lamentar una decisión política de un personaje público. Por el contrario, si respeto las decisiones de cualquier político de cualquier bando capaz de tomar una decisión solitaria, en su alma y conciencia, para romper con la gente de su propio bando. En este caso, los «suyos» no está claro de qué bando son, ni cuantos bandos hay en los distintos bandos y familias de su propio bando… fragmentación tribal que dice lo que dice sobre las otras fragmentaciones de muy diversas nacionalidades…
Q.-
Credito says
El PP en Cataluña sin Piqué
Josep Pique ha presentado su dimisión con carácter irrevocable y ha dejado una carta muy dura, en la que expresa su hartazgo con su propio partido: “Como recordaras –dice- hace varios días te escribí para comunicarte mi decisión de dejar la dirección del Partido en Cataluña». «En otro momento, y en circunstancias distintas, ya te ofrecí mi puesto ante la clara desautorización a la que me había sometido la dirección a través del secretario general». «Como sabes,- le dice a Rajoy-, he seguido trabajando en circunstancias nada fáciles en el seno de un partido en el que no faltan mezquindades y miserias».
Josep Piqué representaba una posición más centrista dentro del PP Catalán… ahora seguro que se escora más a la derecha ¿significará eso más votos en las próximas elecciones? Lo dudoooooooo, lo dudoooooooo.
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es
Luis Rivera says
Leo la carta de Piqué y pienso en ella. Le veo arranques de estilo, medias frases a organizar, párrafos inconclusos, que demuestran una redacción poersonal y tal vez apasionada, si pasión es también hartazgo. Me parece digna de admiración, o cuandoi menos de respeto. Hay una derecha que viene de la tradición intelectual que practicó la izquierda (mal que bien o más bien que mal, que de todo hubo) que se une a una manera de ntender la política en Cataluña, o de como se entendía esa política. En esta carta hay elementos suficientes (así lo pienso) para bentender la tragedia de la vocación política entre dos maneras de vivir una sociedad. Lo siento por el PP, lo siento por el tiempo perdido, por las necesidad que de´biéramos entender, todos, de no embargar el presente con actitudes de cambio inmediato a tenor del cumplimiento de objetivos. La política no es márkekting de producto ni enfrentamiento entre marcas, o no debiera serlo. Tal vez esté yo equivocado o sea que los perdedores tienen siempre un rincón en mi corazón y eso altera mi punto de vista hasta la miopía. Entre evoluciobar al PP en Cataluña al tema propio de la sociedad catalana , al «sostenella y no enmendalla» creabdo un reducto de resistencia, hay mucho terreno. Tal vez una vez más un político que dimite no nos enseñe nada, cuando creo que deberíamos aprender algo de las retiradas. Oh, tiempos, o moral (por costumbres).
Luis Rivera says
Un añadido: releyendo a Ortega, el prólogo de «Meditaciones del Quijote» me asalta una frase magnífica, según pienso, que viene al pelo de esta carta de Piqué: «la sustancia del arte es el estilo», y me pregunto si noi hemos olvidado cuestiones tan sutiles y a un tiempo tan fundamentales.
JP Quiñonero says
Luis,
Que maravillas y sutilezas las tuyas… en definitiva, lo que no soportó Piqué es el «estilo» con el que le dieron la última cornada. De ahí mi respeto ante un gesto de elemental dignidad. De ahí, igualmente, la tragedia inmensa que refleja el esperpento del lenguaje con el que se comenta su decisión individual en los hilos de los medios de comunicación e incomunicación. ¡Qué cosa tan pavorosa un lenguaje tan soez!!!
Q.-
Luis Rivera says
Q, en definitiva, lo que no soportamos nosotros (los que quieran ser nosotros) es tamaña grosería pública, tal nivel de despotismo, tal miopía social. Cabalgan y cabalgan, ladre quien ladre.
Luis Rivera says
Y añado: tal complicidad en los medios.
JP Quiñonero says
Luis,
A mi modo de ver, cada partido político es muy libre de suicidarse o defender los castillos patrióticos o nacionales que considere oportunos. Me siento ajeno a ese tipo de maniobras, que me inspiran un tedio insondable. Me limito a constatar que en la vida política catalana (y no digamos española) hay más sensibilidades antagónicas y fratricidas que en el parlamento alemán. En 1960, Ramón Gaya lo decía de otro modo: “Los españoles están divididos desde siempre y antes, mucho antes de llegar a lo político. Lo político no es más que un pretexto para su división feroz, abstracta, desalmada”.
Q.-
maty says
Piqué goza de una buena fama injustificada. En su etapa de ministro de Telecomunicaciones fue un incapaz, y le critiqué duramente por ello. En el PPC otro tanto, al ser un paracaidista más, que ha destrozado el partido. Es brillante, pero incapaz.
Su sustituto, Daniel Sirera, un político profesional más, que sólo sabe estar en política, a diferencia de Piqué y bien pocos más hoy en día.
Daniel Sirera carece de discurso propio, simplemente se arrima a quien más conviene. Dos ejemplos: cuando la campaña nacionalista de la matrícula «catalana» en los coches, se puso la pegatina en su moto (en Criterio hubo una anotación al respecto, con la fotografía pertinente). Nadie recuerda cuando fue su última intervención en castellano/español en las sesiones del Parlament de Catalunya (otro tanto con Piqué).
Lo dicho, los mediocres son los que triunfan en los partidos políticos catalanes, sin importar la ideología. Se prima el sectarismo ciego y el «prietas las filas», no la meritocracia. Las personas realmente capaces no quieren saber nada de la partitocracia.
Ignacio de Salas says
Abusando del autor de esta bitácora, me parecen intersantes dos versiones del personaje y el político. Copio y pego :
Francesc de Carreras, en La Vanguardia :
Un político para nada incombustible
Hay políticos incombustibles. Se trata de aquellos profesionales que no saben hacer otra cosa que estar en política: concejales, parlamentarios, miembros del aparato del partido, cargos intermedios del gobierno, o ministros y consellers. Donde sea que les manden ahí están ellos: siempre prestos al sacrificio, sin importarles los cambios de cúpulas, las distintas estrategias y tácticas, los tiempos, los años, los siglos. Suelen acabar como senadores, parlamentarios europeos o miembros de los consejos de radio y televisión, que quizá están sólo para eso.
Josep Piqué no es uno de ellos: tiene vida – vida profesional, se entiende- más allá de la política. Hombre muy inteligente, extraordinario analista de la coyuntura política, técnicamente más que sobrado, brillante parlamentario. Una rara avis.
¿Recuerdan su mirada en algunas sesiones del Parlament, cuando las cámaras de televisión le sorprendían, sentado en su escaño, escuchando las intervenciones de los demás diputados? Su rostro traslucía una especie de sorpresa y desdén por lo que se estaba diciendo, de aburrimiento ante un debate que no le interesaba, de una cierta altivez ante las majaderías que escuchaba. ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, parecía estar pensando.
La política no es el mundo de la inteligencia, aunque en política hay sin duda personas inteligentes e, incluso, muy inteligentes. En política se necesitan también personas mediocres pero voluntariosas y entregadas. Los partidos necesitan correosos medios volantes inasequibles al desaliento. Un líder de partido – un político completo- debe ser inteligente pero también debe tener estas otras virtudes: saber atender a los cuadros intermedios, formar equipos, estar en contacto con las agrupaciones, hablar con los militantes. Piqué carecía de esta última virtud: no hacía ni caso a su ejecutiva, no consultaba a su grupo parlamentario, nunca pisaba un local del partido, ni «perdía el tiempo» hablando con afiliados y simpatizantes. Se dedicaba sólo a la alta política. Grave error para ser un gran líder.
Pero hablando de errores, el gran error lo ha cometido la dirección del PP dejando escapar a Piqué. Primero Matas, ahora Piqué. ¿Sabrán incorporar a Rato? Costa ha sido, sin duda, un buen fichaje. La cadena de estropicios que está cometiendo el PP desde que Rajoy insufló vida y esperanza al PSOE, cuando ya tenía a Zapatero contra las cuerdas, es de manual de ciencia política.
Asombra, además, que la dimisión de Piqué les haya cogido por sorpresa. Si lo hubieran tenido preparado, ahora el presidente del PP de Catalunya no sería el correoso Daniel Sirera. ¿No sabían que Piqué es un político para nada incombustible, que tiene vida más allá de la política?
Y Martín Ferrand en el ABC :
Un Piqué y dos errores
RESULTA enternecedora la capacidad que tiene el PP para abundar en sus errores, engrandecerlos, obtener de ellos los frutos más negativos y, lejos de enmendarlos y superarlos, reduplicarlos y sostenerlos. Josep Piqué fue, en su momento, una debilidad de José María Aznar, el presidente que aliviaba sus complejos rodeándose de gentes procedentes de la extrema izquierda. Resultó un mediocre responsable de la cartera de Industria, el portavoz del Gobierno con el que cuajaron muchas de las aberraciones informativas del aznarismo, un correcto titular de Exteriores y un inexistente ministro de Ciencia y Tecnología. De ahí, siempre en función del dedazo aznarí, pasó a liderar el PPC -gran error por indefinición y duplicidad de oferta frente al electorado catalán- al que condujo de lo poco a la nada. Sólo quedaba perfeccionar ese error y, no sin abnegación y entrega, ya lo ha conseguido Ángel Acebes en nombre y representación, que no se olvide, de Mariano Rajoy, el indeciso mayor del Reino.
Lejos de encarar la realidad y profundizar en el análisis de los problemas, parece triunfar en el PP la técnica colegial de los pellizcos de monja. En lugar de decirle a Piqué «adiós y muchas gracias», como conviene entre gentes de bien, desplegaron en su entorno un competente comando de pellizcadores, de Alicia Sánchez Camargo a Francesc Ricomá, pasando por Pilar Arnalot. Ello, junto con un montón de descortesías y malos modos, ha forzado, ya en vísperas electorales, la dimisión de Piqué y sus gentes de confianza. El partido «en el que -según el dimisionario- no faltan mezquindades y miserias» ha reduplicado el error inicial de nombrar a alguien que, según parece, no se ajustaba al perfil ideológico y funcional requeridos con los pellizcos que le han hecho saltar y decir, con plena legitimidad: «ahí os quedáis». Incluso debe alabarse la cortesía y prudencia de Piqué, que ha renunciado al desahogo del exabrupto y el portazo estruendoso.
No será de esa manera como Mariano Rajoy reconquiste La Moncloa. El «caso Piqué» es el fruto de una indefinición ideológica y programática que, con diversos anecdotarios, cursa en todas las circunscripciones autonómicas y la consecuencia de una estructura de poder que, de hecho, tiene descabezado al PP. Ni la argamasa de una sólida y clara ideología, disimulada en su ausencia con chascarrillos como el 30 por ciento como cuota electoral mínima para el acceso a un gobierno, ni la celebración de un Congreso en fondo y forma -las dos únicas medicinas que podrían curar la enfermedad del partido- están, que se sepa, en los planes de Rajoy. El presidente y candidato del PP vuelve a esconderse, como en cada una de las etapas de su ya larga carrera política, en la prudencia del dejarlas pasar para evitar el error de la acción. Podría llegar a suceder que, cuando se abran las urnas, en lugar de tener un gran partido tenga en sus manos una mínima raspa evocadora de lo que fue en un pasado muy cercano.
maty says
@Ignacio de Salas
A propósito del enlace «de tu web»:
CNT España debiera aprender de CNT Francia y migrar al CMS SPIP. Este «esqueleto» de Aula Libre está muy bien, se retoca el aspecto visual vía hoja de estilos y a correr (bueno, la generación de artículos en PDF no pirula). Y casi toda la documentación está traducida, gracias a la periodista y activista Montserrat Boix.
Carles says
Me gustaría saber qué oscura enfermedad les ataca a los Matys de este mundo para considerar que su modelo de web es deseable para alguien que quiera leer cómodamente, en vez de volverse mico con la fealdad hirsuta del diseño que propugna con gran aparato de programación.
Señor Maty: su percepción estética es aberrante, y encima hace apostolado. Me recuerda a un profesor del Opus Dei con halitosis que tuve y que propugnaba la castidad. Fue el responsable de que nos dieran unas ganas locas de jamás imitarlos.
JPQ coincido en el respeto a los disidentes y sólo a ellos.
maty says
«se retoca el aspecto visual vía hoja de estilos»
Pues eso, SPIP es para cosas más complejas que un simple blog. Sobre el esqueleto recomendado se pueden hacer modificaciones oportunas, al gusto. Y hay multitud de esqueletos más. Un medio que lo utiliza es Le Monde Diplomatique (Francia).
Por lo demás, la agresividad sobra en estos lares.
– FIN –
maty says
e-NOTÍCIES El Carles Puyol del PP
Pues eso, que carece de discurso propio y «se arrima al sol que más calienta».
maty says
Bye, bye, Spain Carta a Josep Piqué (enero 2006)
«…Ahora bien, en su descargo debe decirse que la responsabilidad no es sólo suya, sino de la propia dirección nacional del partido (Sres. Aznar y Rajoy, básicamente), pues bien por acomplejamiento bien por ignorancia o desidia, han seguido contando con una persona y equipo faltos de valentía, corazón y fundamentos políticos para plantear una verdadera y real alternativa política en una sociedad tan compleja y difícil como la catalana…
PD.- Por cierto, por enésima vez, ruego que no me vuelvan a enviar el Boletín interno del PPCat hasta que no sean ustedes capaces de editarlo tanto en catalán como en castellano.»