Cuatro libros de socialistas eminentes diseccionan a navajazos la crisis de fondo del socialismo francés.
CRISIS GLOBAL
Marie-Noëlle Lienemann, ex ministra de François Mitterrand, eurodiputada, publica un ensayo titulado Au revoir Royal (Adiós, Royal), que comienza denunciando el vacío político: “La victoria de Ségolène en las primarias del PS me pareció un síntoma palmario de la crisis global de la izquierda”. Lienemann se pregunta si Ségolène está intelectualmente “estructurada” y teme la ruptura del PS, dejando en suspenso la necesidad de crear un partido socialista de nuevo cuño.
Jean-Luc Mélenchon, ex ministro de Lionel Jospin, senador, publica un ensayo titulado En quête de gauche (A la busca de la izquierda), denunciando la crisis global de la izquierda francesa, víctima del aventurerismo de Ségolène, entre otros: “La izquierda corre el riesgo de desaparecer del mapa político nacional, en beneficio de una alternancia fofa, a la americana, entre dos corrientes que se disputen el 90 % de las ideas y los valores comunes”.
SOCIALISMO O EUROPA
Guillaume Bachelay, consejero personal de Laurent Fabius, ex primer ministro, publica un volumen titulado Désert d’avenir? (Futuro desierto?), que busca los orígenes últimos de la crisis socialista actual en los primeros años del primer mandato de François Mitterrand, en 1983: “Aquello que se llamó el giro del rigor puede entenderse, hoy, como la renuncia socialista a proyecto político propio, sin atreverse a confesarlo”. Bachelay lanza cargas de fondo contra las “tentaciones europeas” del socialismo francés (que dividen profundamente al PS), confesando: “Identificar socialismo y Europa era una vía muy peligrosa, ya que la construcción política de Europa sigue un camino siempre más liberal”.
Sin embargo, el gran y feroz aldabonazo de la temporada política es un libro de Claude Allègre, ex ministro de educación, científico, uno de los más respetados intelectuales del socialismo francés de los últimos treinta años, titulado La défaite, en chantant (La derrota, cantando).
GUERRA DE CLANES
Allègre era un amigo íntimo de Lionel Jospin, ex primer ministro, candidato a la presidencia, el 2002, derrotado por JM Le Pen, y fue él mismo quien nombró a Ségolène Royal ministra delegada para la enseñanza escolar, en 1997. Como ministro y miembro eminentísimo del PS, Allègre estuvo en el corazón político de todas las maniobras internas y gubernamentales entre 1997 y 2002. Como universitario, científico y pensador, es uno de los intelectuales socialistas de mayor influencia nacional, más allá de las fronteras de su familia política.
A partir de esa triple experiencia, intelectual, política y personal, Allègre ha escrito un libro devastador, para el PS, para las ideas socialistas francesas y para la pareja de Ségolène Royal y François Hollande, presentados como inquietantes y temibles aventureros, cuyas ambiciones íntimas y tribulaciones carnales, dentro y fuera del lecho nada conyugal, han hundido al PS en su crisis más grave desde la refundación de 1971.
¿El socialismo francés, hoy? “El PS no tiene ideas. Y no las tendrá en un futuro inmediato. Han hundido el partido en la guerra de clanes”, sentencia Allègre.
TREPADORES Y CHACALES
¿Alguna personalidad socialista pudiera sacar al PS de la crisis? Allègre responde: “Honestamente, a la izquierda no hay nadie del calibre intelectual y político de Sarkozy. Nadie”.
¿Qué se puede esperar de los jóvenes lobos que aspiran a suplantar a Ségolène Royal? El ex ministro socialista es implacable: “Más que cachorros de león se trata de chacales o de jóvenes hienas, siguiendo los pasos de la leona”.
¿François Hollande, primer secretario del PS y padre de los cuatro hijos de Ségolène? Allègre saca la daga verbal: “Hubo un tiempo en que pensé que tenía madera de líder. Hoy pienso que es un trepador chanchullero. Sus maniobras, atizando las rivalidades entre Jospin, Ségolène y Dominique Strauss-Kahn, esperando beneficiarse, son las que han hundido al PS”.
CABARETERA SIN ESCRÚPULOS
¿Ségolène Royal…? Allègre hacer un retrato al escalpelo, implacable: “Puro populismo demagógico. La mejor comparación posible es con Eva Perón, la esposa del dictador argentino: una bailarina de cabaret que se apoderó del poder eliminando físicamente y sin escrúpulos a todos sus rivales”.
A partir de esa comparación con una “bailarina de cabaret, sin escrúpulos”, Allègre disecciona la figura pública de Ségolène con una rara ferocidad: ignorante, trepadora, sin escrúpulos, ambiciosa sin límites, temible como comunicadora populista, incompetente, envidiosa, gafe, capaz de mentir con la desfachatez de los demagogos sin escrúpulos. Allègre resume la filosofía política de la ex candidata socialista a la presidencia con esta sentencia: “El “royalismo” es el comportamiento de gente cuya ambición va mucho más allá de sus capacidades”.
Dick Turpin says
Hola JPQ.,
me parece fascinante lo que acontece en el PS francés. Es cierto que en muchos aspectos el partido está anquilosado, pero resulta extraordinario el esfuerzo que hacen en la autocrítica, aunque sea furibunda y cruel, destructiva e intenstina, y aunque en ella se pierda buena parte de las energias que podrían dirigirse a otros menesteres.
No puedo evitar las comparaciones con nuestros partidos políticos… bufff, se me caen los palos del sombrajo.
Otra cosa que me encanta de Francia -y también de Inglaterra y Estados Unidos- es que la vida política pasa en muchos casos por los libros. Los candidatos, aspirantes, despechados, políticos en activo y en retiro; todos se las ingenian para sacar un libro. En España sólo se escriben panegíricos al jefe -el que sea, el de turno- o memorias, sin desemerecer su interés, demasiado a posteriori como para que el lector llegue a sentir la pasión por la actualidad -y su conexión con trasfondos, ideas y planteamientos del político en activo-. Una pena.
Saludos,
DT
P.S.: ¿Conoces alguna buena biografía de Charles de Gaulle? mejor si está traducida al español. Gracias.
P.S.2: sobre lo del stat counter, servidor es reincidente en tu infierno… con gusto.
JP Quiñonero says
Dick Turpin,
Lo del Ps francés lo ves con ojos muy amables: es más bien una carnicería de todos contra todos. CA escribe cosas que nadie no socialista se atrevería a decir contra Ségolène.
Por el contrario, la política francesa pasa por los libros, sin duda. Incluso los pedagógicos y con ideas: de esos se habla poco, ya que son «poco periodísticos».
Sobre el General… hay una bibliografía inmensa. Lo más sencillo es navegar un poco por el Centro de Recursos de la Fundación que lleva su nombre, aquí.
En castellano… supongo que lo mejor siguen siendo los libros de memorias de André Malraux… Malraux mentía con una facilidad pavorosa. Pero ¡qué talento literario..!
Q.-
Dick Turpin says
Gracias Q.,
puede que lo vea con buenos ojos como dices, pero creo que los odios y los navajazos en el PSfrancés demuestran que están vivos, que se pierden en lo esteril, pero que hay gente dispuesta a dar alguna batalla… y vuelvo a mirar a España, donde suponemos que los congresistas, senadores y demás «muchachos» están vivos, porque cobran, pero no dicen está boca es mía -ni mucho menos escribir algo- y son tan felices, simplemente siguen lo que indica el tipo que levanta un dedo o dos para saber si ese día hay que decir «si» o «no»… muy poco. Así que en comparación, que haya gente fajándose -aunque sea a lo tabernario a veces- me parece algo. EN algunos casos es la lucha por la supervivencia del Partido -y no sólo por mantener el propio status, que también- y eso me parece meritorio… con todo lo sucio y mezquino que puede llegar a ser.
saludos,
DT
JP Quiñonero says
Dick Turpin,
Vaya usted a saber… tu lo ves en un tono más o menos «épico» / optimista («están vivos») y yo en un tono guerra civilista / trágico: se devoran los unos a los otros. Nobody’s perfect, oye,
Q.-