Asstrée y las ninfas contemplan el cuerpo ¿desnudo? de…
Cuando busco “Rohmer” entre los timbres y etiquetas del vestíbulo del domicilio personal de Éric Rohmer, encuentro, a su lado, “Blanchot” y “JL Godard”: azar que me maravilla e ilusiona…
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Ante mi maravillada sorpresa, Rohmer desencanta mis ilusiones: “… se trata de otro Blanchot. El suyo murió hace años. En cuanto a Godard… fuimos vecinos durante muchos años, en este mismo edificio. Nos cruzábamos todos los días en la escalera. Nos saludábamos. Jamás me invitó a entrar en su casa. Ni yo lo invité a entrar en la mía. Godard y yo somos dos originales”. Y subraya el “originales” con cierta ironía.
… El romance de Astrea y Celadón nos lleva a hablar de Griffith, Murnau, Hitchcock, Rosellini y otros genios tutelares. Y yo le confieso mi admiración por la turbadora belleza de las ninfas de su última película, con pasiones tan carnales como las de unas mortales tan bellas como sus ninfas del río y los bosques. Se extraña que compare su defensa épica del amor fiel (carnal y espiritual) con la ética de algunos héroes de Jean-Pierre Melville.
─¿A qué película se refiere? ─me pregunta, intrigado.
Y yo intento explicarle mis teorías sobre la ética y la estética de El samurai. No sé si llego a convencerlo. Pero ese viraje de la conversación nos lleva a Truffaut, Godard, Chabrol, de los que habla en muy distintos tonos íntimos.
Cuando cae la tarde, nos precipitamos en el abismo de lo visible y lo invisible en su obra, en Conrad, en Don Quijote. Debo confesar que no he visto su Don Quijote.
─¿Tiene usted prisa..? ─me dice; dispuesto a explicarme el pasaje de Don Quijote en Le Genou de Claire. Y me arrastra hasta otra donde habitación donde busca una casete con una copia reciente de su película.
Efectivamente, allí están don Quijote y Sancho en unos frescos de época (¿siglo XVII?), descubiertos por azar, durante la búsqueda de los exteriores, en las inmediaciones del lago de Annecy. ¡Las huellas de la Casa de Saboya, España, sus héroes y sus príncipes en una película de Rohmer..!
Sin embargo, con la caída final de la tarde y la llegada de las sombras, descubro que Rohmer tiene una visión ideal de ese pasaje de la novela de Cervantes. Él lo interpreta como una muestra sublime de heroísmo. Yo lo interpreto como una página atroz de la burla cainita de los héroes. Se trata del capítulo XLI de la Segunda parte del Quijote.
Luis Rivera says
Envidia, pura y asquerosa envidia, amigo mío, es la que siento yo, que creí haber superado el sentimiento. Que gozo de tiempo poder hablar libremente con un creador.
De los mitos que no he roto, que guardo en algodones y acuno de vez en cuando, Rohmer, Melville, Godard, Chabrol y Resnais además de Sautet con su cine negro, permanecen tan frescos como al principio. No he citado a trufaut salvo ahora, porque de él me interesan películas sueltas, aunque mucho, La noche americana, Jules et Jim y La Sirena del misisipi (esta última sobre todo). Y eso me lleva a creer que cuando el cine francés es mejor es cuando es más americano. Después de todo yo leía Cahiers.
JP Quiñonero says
Luis,
Te pones en un plan… por mi parte, el que me parece Maestro absoluto es JP Melville. Luego, el resto, en orden disperso. Películas de este o el otro (JetJ), algún Chabrol, etc.
Todos son unos teóricos temibles: te analizan una película de Hich. y te dejan traspuesto. En ocasiones, la teoría quizá vaya más allá de la creación (los godards de los últimos veinte o treinta años). Pero, globalmente, da gusto, en efecto…
Q.-
Santiago Navajas says
En España, salvo en la castiza Cahier du Cinema y algún otro, la última de Rohmer ha sido vapuleada por «algunos críticos» Así en El País, El Mundo.
Por mi parte, maravillado como siempre por la sutileza, elegancia y lucidez de este máximo representante de la Ilustración cinematográfica, estoy escribiendo la crítica para este fin de semana en Libertad Digital. ¿Habrá leído Rohmer La galatea cervantina?
Saludos
JP Quiñonero says
Santiago,
Hombre… No se me ocurrió preguntarle. No lo tengo claro. Él insiste mucho en la Segunda parte del Quijote. Pero la ve desde una óptica un poco o un mucho idealista, cuando yo la veo como una culminación de todas las negruras más atroces. Cuando él habla del heroísmo de Don Quijote en La rodilla de clara, filmando unos frescos o azulejos de la secuencia de capítulo XLI de la 2ª parte, montados Sancho y el Caballero en un caballo de madera… Rohmer hace el elogio del héroe presto al más desigual combate… cuando yo veo una trampa cruel y feroz contra el heroísmo ciego… aunque, en verdad, hay una frase de Don Quijote que pudiera dejar creer que él se deja engañar voluntariamente, lo que confirmaría la intuición de Rohmer…
Todo esto son minucisas, claro. Lo esencial, me digo, es un director de cine, hoy, ¡capaz de entrar en esos matices de Cervantes, comparándolo con el heroismo a lo Conrad..!
Q.-
PS. Gracias por el recuerdo de la película de AM..