Die Zeit denunciaba en 1995 la “sublevación de los privilegiados”, cuando la prensa cainita descarrilaba en el desierto proclamando “un nuevo mayo de 1968”. Doce años más tarde, Nicolas Sarkozy intenta la misma reforma: poner coto a los privilegios de una elite de empleados de empresas públicas…
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Nicolas Sarkozy considera que el modelo social francés es “injusto”, “insostenible”, “ineficaz”, favoreciendo la “irresponsabilidad”, la “desigualdad” y la “improductividad”. El presidente propone un “nuevo contrato social” que deberá “armonizar” los distintos regímenes de seguridad privilegiados, impulsar el trabajo después de los 65 años, flexibilizar la jornada laboral de 35 horas semanales y favorecer contratos y despidos “más flexibles”.
A juicio del presidente, el modelo social francés ha llegado a un límite “insostenible”. Víctima de sus viejas tentaciones intervencionistas y socializantes, el Estado francés ha terminado transformándose en un “ogro filantrópico” (Octavio Paz), aumentando las injusticias, creando pobreza, dando el peor ejemplo de improductividad e injusticia. A juicio de Sarkozy, Francia necesita “con urgencia” un nuevo “contrato social”, incrementando las libertades, consolidando las solidaridades.
Veremos en qué queda tal análisis y promesas.
Elementos de juicio:
● Las jubilaciones privilegiadas, en Francia, según Le Monde, utilizando cifras del Tribunal de cuentas.
● Entrevista con Jacques Marseille: ¿Puede salir Francia de la espiral demagógica que la ha empobrecido?
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